Capítulo 72

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— ¿Quién eres? — pregunta mirándome de arriba abajo, gracias a dios me vestí antes de que llegara.

Voy a abrir la boca para responderle, pero Richard levanta la mano en señal de que no hable.

— Estamos en términos para iniciar una relación — su padre me mira de nuevo y luego a él con sorpresa en el rostro.

— No, es inconcebible que nos hagas esto ¿dónde está Diana? Espero que por favor me digas que esto es solo una aventura insignificante como te sugerí.

Así que el culpable de esa estúpida idea que llevo a su hijo a buscarme.

— Padre, Diana y yo terminamos hace un tiempo, pero no les dije porque no quiero escuchar reclamos.

Asiente mirándonos — ¿No quieres escucharlos? Pues lo harás ahora mismo porque el futuro de nuestro reino estará en juego si tú decides iniciar una relación con cualquier mujer de la vida galante que se siente en tu regazo.

— ¡Discúlpeme, pero estoy aquí frente a usted mientras me lanza mierda! ¡los Coleman deberían aprender a disimular un poco!

— ¿Si escuchas la forma en la que me habla? Soy su rey debería de mostrar un poco de respeto, pero no lo hace ¿cómo piensas que alguien así te puede ayudar a reinar?

— Esto no es tan serio, no me daré en matrimonio con su hijo si es lo que le preocupa. Créame que soy muy honesta al decirle que no tengo interés en formar parte de la realeza.

— ¡No me hablé así, señorita y por favor salga de la habitación! — grita enojado con la frente mucho más arrugada a comparación del ceño que su hijo hace.

— ¡Ella no se irá a ningún lado! — grita Richard furioso levantando la mirada a la de su padre — es mi decisión con quien estar y es todo no tienes que meterte en mis asuntos.

Su padre lo mira y tiene un destello en los ojos que me causa escalofríos al verlo. Arroja el periódico al suelo y da un giro sobre sus talones en dirección a la puerta, pero en cuanto Richard baja la guardia le tiende otra bofetada.

— Richard — el sonido que hizo el golpe me asusto y me acercó a él rápidamente.

— Hijo, recuerda que además de ser tu padre soy el rey, por eso mismo debes darle mucho más respeto a la figura que tienes enfrente. En cuanto a ti — dice señalándome — espero no verte la próxima vez que venga a mi propiedad.

—¿Le preocupa que yo esté en su propiedad? Lo que debería quitarle la tranquilidad o el sueño es el bienestar de su hijo. Llega de la nada y le reparte golpes como si fueran lecciones, ¿Qué es lo que le sucede en serio? Su hijo además de ser el siguiente movimiento en este tablero es una persona que requiere atención y cariño que usted jamás le da.

—No te entrometas, jovencita. No veo el porqué de tu preocupación hacia mi hijo, ¿No han dicho que esto es una relación temporal? Tú no tienes que ver en nada de su vida privada.

—Que algo tenga una fecha de vencimiento no significa que sea menos significativa.

Me mira con recelo y se da la vuelta estirando su brazo, me jalan de la blusa con fuerza y me pego a Coleman que está agachado. Su padre desaparece dando un aire sombrío al cuarto donde ahora solo estamos él y yo.

— ¿Te duele mucho? tienes la mano pintada en el rostro — le quité mano que con la que cubría el lugar.

— No te preocupes mi padre tiende a ser así todo el tiempo, ya me he acostumbrado — dice sentándose lentamente en suelo conmigo al lado.

— ¿Te acostumbras a qué? ¿el maltrato físico o mental? Que una persona te diga constantemente cosas hirientes no significa que debas creerlas. —Le acaricie la cara con la punta de mis dedos.

𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora