Capítulo 29

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Estacione el auto lo más lejos posible, puto diciembre el pueblo se llena de gente al extremo y me dejan sin lugar para estacionar. Planeo ir a donde Lassie para comprarme un café, aunque no sea el mejor.

Camino por las banquetas llenas de luces, en el reflejo en cristal de la tienda de trenes miro mi cabello el púrpura ya dejo de ser intenso ahora solo parece opaco. Mierda debo ir a pintarme de nuevo. Está bien ahora creo que puedo pagar un tinte mucho más caro, en la próxima vez. Miro mi celular y veo que tengo un mensaje de Coleman de pronto alguien se estrella contra mi

— Hola — me saluda Erik.

— Hey, no pensé encontrarte por aquí.

Mira alrededor curioso

— ¿Aquí? ¿En un lugar público? — pregunta — vaya Ryland ahora me siento mal de salir.

Puse los ojos en blanco — No me refiero a eso, idiota — dije y se río.

— Quería salir a explorar el lugar, mi hermana dijo que era lindo y acogedor. Al menos eso decía el folleto

Se mete las manos a los bolsillos de la sudadera negra. Se ve bien, no necesita tener mucho con algo tan sencillo como mezclilla es suficiente.

— ¿Te gustaría ir a tomar algo? — me pregunta

— ¿Sabes llegar a algún lugar? — le pregunte y negó con la cabeza.

— En realidad no solo llevo una semana aquí, pero esperaba que tú si supieras de algún sitio.

Asiento, le tomo la manga del suéter y lo llevo arrastras hacia el café de Lassie. Veamos llevo más tiempo aquí pero no soy de salir mucho.

Llegamos a la cafetería que para mi sorpresa está bastante atestada. Creo que jamás imaginé tanta gente, de pronto me topé con los ojos de Lassie y una sonrisa al verme.

— Que sorpresa, forastera. ¿Llegas tarde? — mira a Erik por unos segundos de arriba a abajo — ¿Y el guapo quién es?

Ambos nos reímos al escucharla, pero él se presenta — Soy Erik Douglas ... — dice con la mano extendida — es un gusto.

Lassie me mira curiosa, pero le saluda de la misma forma.

— Lassie, dueña de este café y amiga de la forastera. Es un gusto igual, hay una mesa al lado de la ventana pueden sentarse ahí

— Gracias — murmuró, pero me toma del brazo para hablarme.

— ¿De dónde sacaste a este morenazo? Es un bombón, creo que a mamá le gusta

—¡Lassie! — la regaño — es nuevo en la escuela y bueno pues le estoy enseñando los lugares buenos — me mira de arriba a abajo —¡No! ¡no me refiero a eso!

Se ríe — es broma, pero si está muy bien el muchacho además se nota amable. Me agrada más que el otro narcisista

— ¿Coleman? — pregunte.

— Ajá, espero que no sea lo que pienso, pero cuando te mira tiene esa mirada como si buscara algo en ti. No lo sé, pero no me agrada en cambio este chico al entrar te miraba como si viera a la felicidad en persona.

— Ya, Lassie son imaginaciones tuyas. Me iré a sentar

Asiente y me dirijo a la mesa donde está Erik esperándome. Al jalar la silla se pone de pie. Giro mi cabeza y está detrás mío moviendo la silla para que me siente.

— Que caballero — me burlo.

Se sienta frente a mí, pone su vista a la ventana mientras va pasando la gente, sus ojos se ven brillantes hacen que el color café parezca más claro

— Mi papá decía que siempre debías acomodar la silla para una chica — explica y no puedo evitar sonreír.

— Jamás, lo habían hecho por mi así que, te lo agradezco.

Un chico bajito con delantal nos deja dos menús viejos con algunas manchas de grasa y la cara de Erik muestra algo de asco, con toda la razón el mío tiene un chicle seco pegado

— ¿No quieres que vayamos a otro lugar? — pregunta, pero niego con la cabeza.

— No te preocupes, Lassie siempre me da del café bueno. Jamás te levantes a pedir algo.

Asiente y sonríe ligeramente. Suelta el menú, me mira con atención intento fingir que no lo noto, pero termino riendo nerviosa.

— ¿Qué? ¿Por qué me miras tanto? — pregunte

— Te conozco desde hace muchísimo tiempo — bromea.

— ¿Y qué? — pregunte dejando el menú en la mesa.

— Te ves perfecta, el primer momento me pareciste hermosa y llevabas maquillaje, ahora estás frente a mí sin usarlo, pero te ves mucho más preciosa — dice y no puedo evitar reír haciendo que él sonría

— Ya, por favor Erik — dije — ¿no te parece que esas cosas están gastadas?

— Se que piensas que es un truco para conquistarte, pero en realidad no, solo creo que mi deber como persona que tiene ojos y un buen gusto es decirte que eres agradable a la vista — explica serio haciéndome reír.

— ¿Agradable a la vista? Eso es todo lo contrario a lo que me dicen

— Esas deben de ser las personas que miran el cielo y solo piensan "bolas blancas llenándolo todo" en lugar de disfrutar la vista como cuando está el atardecer y el cielo se torna rojo con naranja, el contraste de las nubes hace parecer que estás viendo una obra de Arte, pero en el cielo.

— ¿Estás diciendo que todos me ven como algo tan insignificante, pero para otro soy una obra de arte? — pregunte curiosa

Sonríe, asiente con la cabeza

— Exacto, eso es Rory — dice.

Un par de vaso de café humeante se posan en medio de nosotros. Levanto la vista y Lassie me guiña un ojo antes de dirigirse a Erik

— ¿Cómo te gusta el café, hijo? — pregunta ella.

— Algo de leche y dos de azúcar — dice tomando un vaso.

— Entonces deberías dejar ese, no le puse azúcar, pero ahora traigo otro

— No, está bien así en serio.

— No es molestia alguna traerte otro — dice.

— No, a mi si me lo parece, por favor así está bien — dice amablemente

— De acuerdo, iré a ayudar al personal a atender otra mesa — se va sin antes levantar el pulgar detrás de él.

Puse los ojos en blanco y le di un sorbo a mi café. Siento el líquido caliente pasar por mi garganta derritiendo todo el frio que no sabía que tenía.

— Háblame de ti — dice y me sorprendo un poco, normalmente nadie me pide eso.

Me sorprendió un poco, pero lo disimuló, dejo mi café y me limpió la cara.

— ¿Qué quieres que te diga? — pregunte, no soy la mejor socializando.

— No lo sé, sobre tu familia, amigos cosas así...

Como ignorar el vaso de agua fría que me acaba de arrojar a la cara, no tengo absolutamente nada bueno que contar de eso. En realidad, nada estoy en blanco, porque puedo mentir, pero no quiero tener que pagar las consecuencias después.

— ¿Quieres la versión honesta o la versión falsa? Porque tengo las dos. 

𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora