Capítulo 76

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Dos personas+ desnudez + una regadera = Sexo muy húmedo o una muy probable caída acompañado de algún tipo de contusión en la cabeza

Me pega a la pared mientras el agua tibia cae sobre nosotros subo mis piernas hasta su cintura para que nuestros sexos choquen mientras le rodeó el cuello con mis brazos aferrándome a él.

— Richard — lo llamé en un susurro cuando sentí su erección muy cerca de mi entrada.

— Dime — murmura distraído.

— ¿Quieres intentarlo aquí? — murmure y sus ojos claros se encontraron con los míos.

— ¿No crees que es algo más que obvio? — pregunta medio en broma

Siento como de un solo movimiento se adentra a mi interior haciendo que un gemido se me escape en su boca.

— Mierda — murmuro intentando ignorar la sensación de que me tiemblan las piernas.

Con su mano me ayuda para que la otra pierna también lo rodee y me cargue por completo. Siento como ha llegado más profundo es inevitable que no suelta algún sonido no soy de piedra.

— Levanta la cabeza — me ordena y lo hago sus labios se posan en mi piel haciendo que me ría por la sensación de su lengua.

Suelto una carcajada — Richard deja de jugar — murmuró riendo.

— Ya, me lo dices debido a que lo disfrutas ¿no es así? — pregunta burlón.

— Justo en este momento quiero que folles o cómo quieras llamarle, pero ahora mismo — suelto con frustración.

Se ríe. Le pellizco el brazo en venganza, pero solo consigo que se ría aún más fuerte, así que decido callarlo acercándolo hacia mí y cerrando mi boca en la suya. Inmediatamente separo sus labios le permite el acceso a mi lengua. No tardamos en frotarnos el uno contra el otro mientras el agua sigue cayendo sobre nosotros.

Comienza a moverse y separo mis labios para gemir por la sensación — Mío ... se siente muy bien — murmure mientras me aferro a su cuello, él empieza a jadear mientras ambos respiramos con dificultad.

— ¿Mío? — me pregunta jadeante y me toma con más fuerza.

— Ahh — suelto cuando sale de mí y entra con fuerza — Richard...

— ¿Se siente bien verdad? — sus manos aplican bastante fuerza en mis muslos que estoy muy segura de que sus dedos quedarán marcados en mi piel.

Agacho la cabeza y le beso el cuello haciendo que se estremezca, se tambalea un poco por lo cual me aferro más.

— ¿Est... estás bien? — pregunte.

— Siento que si me sigues besando me caerá junto contigo.

— Sal de mi — dije medio molesta — espero que tus empleados limpien muy bien el suelo

Levanta una ceja, pero me hace caso se pone de rodillas y lo ayudo a terminar en el suelo boca arriba

— Se siente raro — dice, pero me burlo — ¿qué harás?

— Te montare como si fueras mi juguete favorito — solté burlona, pero me miró con un cierto brillo en los ojos

— ¿En serio? — pregunta curioso.

— Muy en serio, cariño — me pongo en cuclillas frente a él y con cuidado para sentarme en su regazo.

— Hmm — dice cuando lo hago — estás algo pesada.

Abro la boca indignada y lo tomo con la mano para acomodarme sobre él. entró en mí tan completamente que inmediatamente me enderecé.

— ¡Joder! ― solté. Los dos jadeamos simultáneamente y me quedé completamente quieta. Dejo caer la cabeza hacia atrás mientras coloco mis manos en su pecho para recargarme.

― Haz algo... por favor... ― Suplicó roncamente. Con una sonrisa, me acomodé siguiendo ese ritmo que tenía conmigo hace rato — ¿Puedo... eh tocarte?

Asiento y con nervios roza mi seno haciendo que jadee, parece entender que me gusta la sensación porque con desconfianza su mano lo cubre mientras lo amolda. En este momento olvidé todo en lo que podría haber pensado en algún momento

— Más... — empiezo a mover mis caderas de manera en que ambos podamos sentir el movimiento rápido

Veo como se muerde el labio y cierra los ojos intentando mantenerse tranquilo, pero nunca pensé que lo vería con algo relacionado al tema sexual en realidad llegué a pensar que este chico no tendría nada de eso en ningún momento. La cara que tiene ahora mismo, su piel que brilla con cada gota de agua que le llega a caer a través de mi cuerpo y ese sonido que se le escapa de los labios me empieza a volver loca.

— Dios... me veng... — siento una presión en el vientre y cuando sin esperarlo mueve la cadera hacia arriba haciendo que choquemos con fuerza la sensación se hace mucho más fuerte.

— Ryland...

De adelante a atrás lo más rápido que puedo sin lastimar, necesito liberar la presión que tengo de una forma u otra cuando sus manos me rodean cada lado de mis piernas para forzar que no me separe

— Ajá — digo intentando no gritar en realidad había olvidado que me hablaba

— Te quiero — murmura jadeando y en ese momento desliza sus manos por debajo de mi culo y me levanta de tal forma que empuja hasta el fondo. El movimiento me nubla la visión. Me hace jadear y gemir y retorcerme hasta que todo mi mundo se concentra solo en venirme ya.

— Ahhh — lo intenté sinceramente lo hice, pero los gemidos y yo somos buenos amigos entonces no podemos ignorarnos.

Mientras terminó siento como él se tensa y me llena de semen. Mierda ... he olvidado hasta el hambre que me despertó hace una hora, él ha conseguido que me venga y me olvide del mundo en realidad.

Se levanta sobre sus codos conmigo encima aún en busca de mis labios. El beso es dulce y suave, y envía un nudo a mi estomago como si todo estuviera bien hasta que se separa de mi

— ¿Me quieres? — pregunta casi en mis labios.

¿Me lo ha dicho? ¡carajo me dijo te quiero! Dios si estás viéndome envíame sabiduría para no cagar este momento con mis nervios

— ¿Ryland, me vas a responder algún día? ¿Me quieres? — suelta preocupado

Lo miro a los ojos intentando que no se me note el miedo que siento. 

𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora