𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎

Capítulo 74

— ¿Cómo estás? — pregunte mientras bajo el primer escalón de la entrada,

— Iba justamente a preguntar eso, no creas que soy un chismoso, aunque lo soy, pero hace un rato he hablado con mi hermana y me ha contado algunas cosas que suceden por allá ...

— ¿Cosas? ¿Qué tipo de cosas?

Estoy en camino hasta el auto y Richard mantiene su distancia conmigo desde que respondí el celular.

— ¿Tuviste un accidente? — pregunta preocupado - me dijo algo sobre él que había tenido un accidente y que casualmente estabas ahí.

Se me escapó un pesado suspiro.

— Estoy bien, no me ha pasado nada fue a él al que le ocurrió eso.

— Menos mal, aunque aquí entre tú y yo puedes confesar ¿tú lo has empujado? No le diré a nadie lo juro — bromea y me río al aparato.

— No, aunque ganas no me faltan lo sabes, pero, si yo estoy muy bien no tienes nada de qué preocuparte Erik.

Llego hasta la puerta del auto y me voy dando cuenta de que solo estamos nosotros dos sin nadie quien nos lleve. Lo busco con la mirada, pero me evita

— Tengo una noticia para ti que espero que sea de tu agrado — dice contento — iré a ver a mi hermana en unas semanas quiero verte.

Sonrió al escucharlo y siento como si alguien me lanzara fuego con la mirada

— ¿Y tu abuela? — pregunte.

— Ha insistido en que fuera, solo estaré unos días para regresar de inmediato, pero como ya te lo he dicho me gustaría verte, claro si es que la señorita lo permite.

Me río — Claro también quiero verte, te he extrañado llámame después para avisarme que días vendrás.

— Lo haré, te dejo para que sigues en lo tuyo.

— Gracias.

— Adiós — dice.

— Adiós — en cuanto presiono el botón rojo y giro me encuentro con Richard

Me sujeta del antebrazo con fuerza que hasta empieza a dolerme. Mire su agarre sorprendida antes de mirarlo a él y ver que tiene la mandíbula tensa.

— ¿Por qué te llama? — inquiere.

— ¿Te molesta la llamada? — pregunte.

— ¿Por qué le has dicho que lo vas a ver cuando venga?

Le pongo el otro brazo en el pecho para intentar separarlo de mí.

— Porque eso es lo que haré, es mi amigo y si tengo ganas de verlo es lo que haré — le suelto con seguridad.

— ¿Qué? — enarca una ceja.

— Lo que has oído y suelta mi brazo me lastimas — me queje.

— ¿Acaso se te olvida que tenemos una relación? Somos pareja Ryland, pero parece que eso no lo has entendido él te llama y te conviertes en otra persona, pero cuando quiero acercarme a ti, no me dejas.

— Lo extrañaba es mi único amigo y eso es todo.

— ¿Y? Te sientes así porque ni siquiera intentas hacer más amigos o cosas así, yo estoy aquí para ti todo el tiempo, pero tú no me quieres — de pronto frunce el ceño — ¿te gusta?

— ¿Qué dices? — solté.

— ¡Dímelo! ¿Por eso estás rara conmigo? ¡Te gusta Erik! — grita con rabia.