𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎

Capítulo 46

Ryland :

Despierto con un dolor de cabeza infernal, de verdad tenía ya un tiempo sin beber y ahora recuerdo el por qué. Doy un manotazo a la sábana, la tela es suave eso es el primer punto que me grita que no estoy en casa.
Abro los ojos asustada pero cuando veo que estoy en la habitación de Coleman me tranquilizó poco a poco y me dejo caer en el colchón.

— Buenos días — dice entrando a la habitación contento, trae una manzana en la mano y antes de llegar su clóset la muerde.

— ¿Buenos días? — solté nerviosa y un tanto confundida.

Me sonríe mientras se pone el saco, ahora camina hacia donde estoy con una chaqueta en la mano y la manzana.

— Mira hace unos años hubo una fiesta de disfraces, use esta para mi disfraz de los cincuenta. Supongo que te quedará bien.

Me lo pone enfrente y yo cada vez estoy más perdida con todo esto. Pero todo empeora cuando su cara está muy cerca mío con una sonrisa dibujada.

— Se te perdió alg... — me calla poniendo sus labios contra los míos.

Su mano me sujeta la nuca. Abro la boca y Coleman no desaprovecha la oportunidad de meterme la lengua. Su labio inferior está frío, y paso la lengua por la superficie. Debería detenerlo, pero no lo hago el sabor dulce de la manzana hace que me distraiga.

— Llegaremos tarde — dice separándose de mí.

Asiento con la boca entreabierta como estúpida y me sonríe. Se aleja lentamente de mí, ¿qué hice exactamente ayer?

Me levante de la cama y veo su ropa en mi — Oye, ¿puedo preguntarte algo? — asintió — ¿puedo...

— Si, aún te queda media hora para darte una ducha si es a lo que te refieres — me informa y comienza a alejarse.

No era eso, pero aprovecharé la oportunidad de bañarme con agua caliente. Llego a la ducha sin molestias en cuanto cierro la puerta un olor a incienso me llega a la nariz y me marea.

— ¿A quién mierda le gusta el incienso? — me pregunte en voz alta.

Ignoré el olor y comencé a desnudarme, aunque no están difícil, estoy en ropa interior con su camisa puesta. Debería de preocuparme, pero no es la primera vez que pasa. Dios padre nuestro del infierno el agua de la regadera está increíble en cuanto meto por completo mi cuerpo bajo el chorro me comienzo a relajar.

— Hmm... — murmuró extasiada.

Me agacho y veo que en el suelo está un calcetín mío. ¿Pero qué mierda? En verdad necesito saber que paso anoche, comienzo a enjabonar mi cuerpo con una esponja nuevo y la sensación de esto me hace sentir que puedo olvidar todo lo que me ha pasado por un momento.

— ¿Puedo pasar? — pregunta desde afuera.

—¡No! — le grite.

Pero la puerta se abre y lo veo entrar con los ojos cerrados. Choca con la puerta.

Me reí al verlo hacer una mueca de dolor — Idiota, te dije que no podías pasar

— Era por educación, este es mi baño y necesito lavarme los dientes — dice y se frota el lugar donde se golpeó.

— ¿Ah sí? Pues este es mi cuerpo desnudo y mojado que no quiero que veas — dije, pero sonrie.

Se acerca a la puerta de cristal, pero puse mi brazo para detenerla.

— ¿Por qué no me dejas entrar? — pregunta.

Encarne una ceja — Podrías ser un pervertido en potencia que solo quiere violar mi sensual cuerpo — explique y rio.

— Tienes un punto, pero no ayuda a mi causa que estés pegando al cristal tus pechos mojados — miro hacia abajo y es cierto me despego para cubrirme con los brazos, pero aprovecha para entrar.

— Fuera de aquí pervertido, te mojaras el estúpido traje caro — ¿por qué estoy teniendo esta conversación con él?

— Que importa — susurra sin preocupación e intento tomar mi brazo — ven.

Se pone de rodillas e intenta tomarme las piernas para acercarme. — ¿Qué carajos te pasa, Coleman? ¿Otra vez despertaste caliente? — me tomo ambas piernas, pero no tengo de dónde agarrarme.

Asciende sus manos por mis muslos y traza círculos con ella. Acerca el rostro a mi piel e intento no retorcerme cuando sus labios rozan mi piel. Apoya una de sus manos en la parte trasera de mi muslo para mantenerme en el sitio mientras hace lo mismo con la derecha.

— ¿Qué... qué estás haciendo? — pregunto al ver que sube su mano un poco más.

— Separa las piernas — dice, pero me es imposible realmente. Sonríe con superioridad cuando sus manos las separan dejándome a toda su disposición.

Comienza a repartir algunos besos por la cara interna de ellos. Hasta que llega justo a donde quería. Cuando siento su lengua lamiéndome justo debajo del agua que cae por moverme de lugar casi pierdo el equilibrio. Esto es demasiado hasta para mí.

— Coleman ..., no puedo... — no sé qué estoy intentando decir, pero cuando su lengua se acelera, le jalo del pelo con fuerza.

De acuerdo voy a organizar todo, me levanto con un dolor de cabeza infernal y un curita en la frente, sin la ropa que traía ayer además de un lapso de tiempo perdido. Él feliz besándome como si fuera no se... es frustrante no recordar que paso sin embargo por el momento la preocupación ha sido cambiada por placer.

Me empiezan a temblar las piernas, y él suelta entonces usa las dos manos para sostenerme.
— Mierda... — maldigo en voz baja — mmm... Coleman.

Noto cómo sonríe pegado a mí antes de continuar. Cierro los ojos con fuerza y dejo que la sensación se apodere de mi cuerpo. Coleman aparta la boca de mí y me mira contento, sabe que en este momento no soy tan fuerte como para decirle que me deje en paz. Su sonrisa de superioridad se siente como una patada.

— Vamos, Ryland — dice y en cierto sentido no se a que se refería, pero yo lo tome como un "correte" Y lo hago. Solté un par de gemidos en voz baja e intenté aferrarme a la llave de la regadera, me temblaba todo el cuerpo.

Cuando abro los ojos intentando respirar normal él sigue de rodillas, con una sonrisa. Se pone de pie, pero no me quita los ojos de encima. Esta empapado, el cabello le cae un poco en la frente y la tela de su camisa se pega a él.

— Bueno creo que ahora estoy tan mojado como tú — señala la camisa gris que acabo de ver junto a los pantalones.

No respondo, cierro la llave veo que sale primero él para cambiarse supongo yo. Al estar afuera tomo la toalla que deje y me enrollo en ella cuando me miro al espejo veo que tengo un par de marcar en el rostro como si hubieran volado algunos cristales a mi cara.

¿Ryland qué mierda hiciste anoche?