La clase más inútil, más aburrida del mundo si existe y estoy en ella. La profesora ha hablado sin parar de diseñar el ambiente perfecto para cualquier tipo de situación, ¿a quién carajo le importa eso?
— Bien, esto será todo por este día recuerden por favor hacer muy bien su trabajo. Pueden retirarse — dice y no lo pienso ni un minuto cuando me levanto de golpe para salir de ahí.
Por dios, creo que en mi vida me había aburrido tanto. Camine los más rápido que pude, pero choque con la espalda de alguien
— Permiso — dije al separarme, un hombre con traje me mira sorprendido.
— Perdóneme, no me di cuenta por donde iba — se disculpa el sujeto.
— Perdonado — dije moviendo de lugar pues él no se mueve.
Se ríe inmediatamente y me giro para ver cuál es la gracia — ¿Me puedes indicar donde está la oficina del director? — pregunta con una sonrisa
— Allá abajo — solté.
— Vaya que indicaciones — dice divertido — me recuerdas mucho a mi cuando era joven
— Si, bueno por mucho que me encanta que los desconocidos se me acerquen y me comparen con ellos tengo una clase — me gire, pero no escuche nada más de él así que baje las escaleras rápido.
El timbre desgraciadamente sonó en cuanto puse un pie en el primer piso. Carajo. Corrí lo más rápido que pude y aclaro que casi me rompo el pie porque me resbale, pero llegue con vida al salón. Para mí buena suerte tengo clase con Weytter.
Me pare en la puerta y sin mirarme me dijo:
— Pase, siéntese y comenzaré la explicación en unos segundos.Asiento, pero me quedó recargada en el marco un momento para recuperar el aire perdido. Hasta que otro cuerpo choco conmigo y ambos terminamos en el suelo.
— Auch — exclame en el suelo. Caí para mi mala suerte encima de Coleman, mierda es cuestión de tiempo para que Diana aparezca por el pasillo con algo para golpearme.
— Me golpeaste un pulmón — se queja bajo mi cuerpo.
Me levanté con dificultad y con las miradas sobre mí. Le tendí la mano que acepto confundido.
— ¿No te puedes fijar por donde caminas? — pregunte sacudiendo mi bolsa.
— Llegaba tarde — se excusa.
— ¿Ambos están bien? — pregunta el profesor de pie
Asiento y paso antes que él para sentarme al fondo. Ignoro las miradas y murmullos que dan estos zopencos. Solo espero no tener que soportar otro drama de Diana esqueleton.
— Bien, para empezar la clase de hoy debo leer un recordatorio que me dejo la profesora de teatro - saca una lista e intento sacar mi cuaderno de la bolsa — nombrare a los que están en la lista de voluntarios.
Querido Diario:
¿Me extrañaste? Se que te tengo abandonado viejo amigo, pero quiero que sepas que por supuesto tengo una excusa. La vida es una tremenda oportunidad para volverte suicida, el caso es que necesito de tus sabios consejos, amigo. Se que hice algo bastante grave y que me traerá consecuencias en el futuro le dije a Coleman que me gustaba ¿leíste mis palabras? Es un gran alboroto que no hubiera pasado si hubiera cerrado mi ebria boca, todo está de la verga aquí sin contar que ayer Erik se fue, mi cabello se destiñe, tengo migraña y sobre todo la acabo de cagar llegando a la escuela. ¿Por qué no me haces un favor y me matas mientras duermo? Olvídalo hazlo en cuanto lleguemos a Nueva York será mejor para mi biografía que una fotógrafa sin cámara se haya suicidado en una calle congelada de la gran manzana...— Rory Ryland, Dorian Green, Mónica Lenies y, por último, pero no menos importante Richard Coleman — rompo el lápiz que tenía en la mano haciendo que el crujido se haga evidente alrededor pues estaba silencioso.
— Ups — dije soltando los pedazos que quedaron.
¿Me podría ir peor? ¿Ahora qué sigue? ¿El típico cliché donde me lo ponen de compañero para enamorarnos profundamente?
— Ryland — me llama el profesor y levanto la mirada — harás de compañero con Brooks.
Abro la boca asombrada. Bien. De ahora en adelante debo dejar de hacerme esas preguntas, porque en efecto si puede irme peor.
Levanto la mano, pero el profesor no me mira —¡Yuju! Buen mozo, le estoy hablando — dije en voz alta con la mano arriba
La mirada del profesor Weytter es de vergüenza pura. — ¿Qué se le ofrece, señorita? — contesta apenado
— Me niego rotundamente a hacer equipo con esa bestia nocturna — aclare refiriéndome a Brooks
— Tiene que hablarlo con la profesora, ella los ha puesto de esa forma — asiento y hago una mueca cuando veo a un chico a mi lado mirándome con asco.
— ¿Qué me miras espagueti? — le pregunte y se giró — Sí, eso pensaba yo.
Saque otro lápiz de la bolsa y regreso a mi diario
Bueno, amigo acabas de ser testigo de otro maravilloso milagro en la vida de Rory Ryland. Debo irme amigo, pero te buscaré más tarde.
Se despide tu vieja amiga la zorra púrpura ...
La clase se trató de... siendo sincera no tengo ni la menor idea, pensé que le estaba prestando atención, pero resulta que no. Cuando se escucha el timbre me levanto de la silla y espero a que todos salgan, ya el salón vacío me acerco al escritorio.
— Buen mozo — saludo y niega con la cabeza.
— ¿Por qué gritaste eso? — pregunta sonrojado.
— Me pareció divertido, a veces se me olvida lo encantadora que puedo ser — dije, pero no respondió — ¿le pasa algo?
Fruncí el ceño y me miró negando con la cabeza — Mi esposa está embarazada — soltó.
Vaya eso tampoco lo vi venir — felicidades supongo, no sé qué decir mucho en estos casos, pero no se ve contento — le señaló.
— No lo estoy, me está volviendo loco con todo lo del bebé y demás cuando apenas tiene unas semanas — se pasa las manos por la ligera barba que le adorna el bronceado rostro.
— Bueno, creo que sería hora de decirle adiós ¿no?
—¡Claro que no! — dice en voz alta —¡va a tener un hijo mío!
Bufe — No estamos en la edad media, profesor no debe estar con alguien a quien no tolera solo por eso. Separen esta terrible unión y cree una relación con el niño
— No es tan fácil — dice.
— Si, en realidad no me haga caso no sé nada de eso, aunque soy un vivo ejemplo de que el amor no es lo mejor en la relación — sonríe al entender mi referencia y se pone de pie.
— Agradezco tus lo que sea que sean — hago una reverencia — ¿puedo abrazarte?
No es la petición más rara que me ha hecho este hombre, pero, me acerco a él que tiene los brazos abiertos. Un ligero y rápido abrazo
— ¿Por qué fue eso?
— Se que venías a verme cuando no tenías con quien hablar de tus problemas y bueno hoy los lugares se cambian — le sonrió ligeramente antes de irme.
En cuanto cruzo la puerta del salón para ir a mi clase una mano me agarra con fuerza el brazo.
— ¿Por qué carajos lo estabas abrazando? — pregunta un furioso Coleman
Intento soltarme, pero me toma con más fuerza. — Suéltame — dije moviendo el brazo, lo miro, la mandíbula tensa y esa vena que parece querer saltar de su cuello solo me dan un indicio — ¿Coleman, estás celoso?
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𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎
Teen Fiction𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨: 𝐓𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚𝐫𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐝𝐚𝐬, ¿𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐭𝐚𝐥 𝐠𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐫...