Capítulo 27

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— Dime, Erik si ese es tu verdadero nombre, ¿por qué terminar el año en un colegio?

De su boca sale el humo y me mira.

— Mi hermana ha decidido que era hora de aceptar un nuevo empleo aquí en este pueblo.

— ¿No te parece aburrido después de vivir en Seattle? — pregunte con curiosidad.

— No, en realidad es interesante parece un pueblo sacado de alguna novela de Stephen King.

— Vaya, muy buena respuesta.

— ¿Te gusta vivir aquí?

— Uy si, este sitio es mi lugar favorito en el mundo.

Tiro la colilla al pavimento helado y lo piso con fuerza.

— Bien, Chandler lamento la pregunta.

—Perdonado solo porque me llamaste como mi personaje favorito de la serie.

— Buen gusto, empiezo a creer que encontré a la chica perfecta — es imposible para mí no reírme, la labia está en todos lados — me gusta tu cabello, es diferente.

Sonrió y tengo su rostro muy cerca de mí. Puedo ver las pequeñas pecas que salpican su rostro y esa sonrisa ideal. Es un modelo o actor porno porque un chico tan guapo no puede ser un simple mortal.

—¡Ryland! — grito alguien y ambos volteamos.

Pero que sorpresa es Coleman con el ceño fruncido. Viene hasta acá con los brazos cruzados. En cuanto llega mira a Erik con desprecio y me mira a mi

— ¿Qué haces? — pregunta con una mano en la cintura.

— Que te importa — respondí cortante si no hubiera llegado tal vez tendría mi boca pegada con la de este chico.

— Necesito hablar contigo — lo mira de nuevo — en privado.

Erik se pone derecho y toma su mochila — yo los dejaré solos para que puedan hablar, nos vemos Rory — mira a Coleman y le sonríe — nos vemos, Rick.

Se aleja. Pero Coleman no le quita la vista de encima, ¿también le estará viendo el culo o solo soy yo?

— Es Richard — dice molesto — ¿por qué hablas con él?

Lo miro confundida y me cruzo de brazos — No es tu asunto, Coleman. Ahora dime ¿qué se te ofrece?

— No me gusta ese chico — lo ignoro y ruedo los ojos — leí algo anoche.

— ¿Qué es si se puede saber? — pregunte.

— Leí un artículo llamado "la magia y los beneficios del sexo oral" eso haremos hoy así que prepárate.

Ay, eso tan directo no me lo espere. Pero me mira con orgullo y asiento, ya era momento de que se le quitara lo vergonzoso.

— ¿Yo a ti o tú a mí? — pregunte.

— Yo a ti, pero si quieres darme a mí no me molesta en absoluto.

—¡Caliente!

— Por supuesto que no, pero claro que espero mostrarte lo que he aprendido por mi cuenta.

***

— Jeffrey, estaremos en mi alcoba no entres si no respondo — dice escaleras arriba.

Me acerco a él y le susurró; si escuchas gritos de él sube con agua fría.

Se ríe un poco, subo hasta su habitación donde está acomodando la cama con precisión. Al cerrar la puerta me mira sonriente

— Bien, comenzaré en cuanto te quites la ropa — anuncia emocionado.

𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora