Entre más corro deprisa, la luz de la calle se va perdiendo hasta ya no quedar nada más que oscuridad.
— ¡Ayuda! — Grite de nuevo pero el sudor me empieza a empapar el cuerpo, tengo miedo y estoy empezando a entender cómo se siente la chica a la que persigue el asesino en serie.
¿Así es cómo terminará? Esto no es el final o eso espero.
— ¡Aurora ven acá! — grita y lo veo mucho más cerca de mí.
— ¡Ayu...ahhhh! — siento que esto puede ser el fin. Me revuelvo entre sus brazos e intento gritar por ayuda durante unos segundos antes de que este me tapara la boca con la mano.
— Aurora, si vuelves a gritar te rompo la boca para que aprendas a callar — no dejo de moverme, ni de intentar sacar algún sonido.
Es mucho más fuerte que yo, pero también es demasiado peligroso. He escucha la frase de tener a tus enemigos cerca pero no creo que se refiera a tenerlos a si de cerca. Me atrapó y soy consciente de que no creo que me deje ir como la primera vez
Dos extraños a la mitad de la calle en plena oscuridad; mientras que un hombre alto sostiene a una chica que patalea con fuerza y no hay nadie para ayudarla, te agradezco la seguridad dios. Este camina conmigo mucho más rápido mientras me toma con tanta fuerza que siento un dolor en el estómago.
Es ahora o nunca, levanto la cabeza y la echo para atrás con fuerza para golpearlo.
— ¡Idiota! — se tambalea y siento como me ha caído algo en la nuca, lo más probable es que sea sangre me suelta y se toca la nariz. En cuanto toque el suelo mojado me levante lo más rápido que pude para correr a mi auto. — ¡Ven acá, hija de puta!
Nadie puede detenerme en este momento, corro lo mejor que puedo por la calle deseando no ser atrapada de nuevo.
— ¡Ayuda! ¡ayuda! — Grite desesperada — ¡Alguien ayuda!
Sé que no hay ni una casa cerca de aquí pero no pierdo la esperanza de que alguien venga y me encuentre. Me toman de la chaqueta con fuerza y todo se viene abajo me tiene agarrada con fuerza de frente, veo como su nariz está horrenda llena de sangre.
— Te dije que te quedaras quieta, ¿acaso eres tan estúpida? — Pregunta molesto se nota en la cara que tiene ganas de matarme y no dudo ni por un momento que lo haga.
— Suéltame por favor, te lo pido, suéltame — no puedo zafarme de esto, mierda — Jimmy escúchame, por favor, no me hagas daño por favor te lo ruego.
Sonríe contento — ¿Esperas que me quede satisfecho viendo como sigues normal mientras a mí, me encerraron en un puto lugar? No te vas a volver a escapar de mí.
Sus brazos están llenos de tinta y no puedo evitar pensar en esas noches en las que le trazaba los tatuajes con el dedo para no pensar en lo que hacía y justo ahora tengo miedo de que sean estos lo último que vea. No quiero acabar de esta manera, siendo torturada por el que se suponía que era mi primer amor.
— Jimmy, perdón no lo haré de nuevo, lo prometo, pero suéltame — las lágrimas salen sin permiso, pero no puedo culparme estoy aterrada de verlo.
— No, eso jamás te ayudara, sabes bien que no me gusta que llores — dice acercando su rostro al mío — todo era perfecto y lo arruinaste.
— Me golpeabas Jimmy, lo hacías todo el tiempo y ¿creías que me quedaría sin hacer nada? — solté en un sollozo agitada.
— Lo hice porque no tenías control, eras y serás siempre una completa imbécil además de una sucia puta que le gusta follar con quien se le pasé enfrente.
— ¡No soy una imbécil! — lo pateó con fuerza y la chaqueta se rompe liberando mis brazos se esté.
En cuanto parpadeo estoy en el suelo de nuevo con solo una blusa de tirantes tocando el frío. Me pisa con fuerza la pierna
— ¡Ahhh! — me duele demasiado y por el ruido que escuche lo más probable es que me haya roto algo. — ¡Déjame en paz de una vez!
Me toma de ambas piernas y me arrastra por el asfalto no puedo sentir nada más que un profundo dolor en todo el cuerpo.
— ¡Jimmy, por favor, basta! — me suplique, pero solo siguió llevándome soy como un puto animal herido que arrastran después de matarlo.
Intento levantarme y me suelta, cuando me giro para quedar boca arriba esta frente a mí apunto de agacharse.
— Te dije que no te volveré a dejar que te vayas, eres mía — dice y me acaricia el rostro empapado de lágrimas con la mano.
Cierro los ojos intento pensar que esto no está pasando, que nunca me metí con él y que estoy en mi casa sola, parece que sabía que tenía que hacerlo un fuerte golpe en la frente me saca un grito gutural de dolor.
— Ahhhhh — abrí los ojos y estaba sonriendo con una piedra en mano veo que de ella salen pequeñas gotas de sangre que me caen en el pecho — solo hazlo, Jimmy.
Ya no quiero luchar solo quiero salir de esta película del infierno. Cierro los ojos que me arden y siento como pone sus manos en mi espalda para levantarme del suelo, ya de pie siento que todo gira a mi alrededor tengo aún dos teorías; estoy a punto de morir de un golpe en la cabeza o me voy a desmayar para despertar enterrada viva en algún lugar. No me carga pone mi brazo sobre su hombro podría golpearlo de nuevo pero la pierna y todo mi cuerpo me duele tanto que no me puedo mover.
— Aurora — dice con perversión y se me hace un hueco en el estómago.
Mis ojos se están cerrando y aunque lucho para que no pase, cada paso es aún más imposible. No sé si estoy a punto de morir o algo así, pero hay unas luces blancas en el camino antes de que todo se ponga oscuro.
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𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎
Novela Juvenil𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨: 𝐓𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚𝐫𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐝𝐚𝐬, ¿𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐭𝐚𝐥 𝐠𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐫...