— Uno nunca debe revelar los secretos — dije acercándome a los dos ventanales para cerrar las persianas.
— ¿Por qué lo haces? — pregunta confundido.
— Es para que solo se vean tus velas, ahora ayúdame y empieza a encenderlas — gruñe, pero lo hace, y saque la cámara de la caja con mucho cuidado.
— Bien, todo estará listo — le ayudo a terminar con las otras velas hasta que las diecinueve están encendidas — ahora acércate al pastel te tomaré una foto.
— ¿Usaras tu cámara nueva? — pregunta orgulloso.
— Sip — me agacho un poco y enfoco el lente para que solo se vea el junto a la luz, el haber cerrado las cortinas le dio un toque estupendo.
En cuanto la tomo un sonido se escucha entonces, Coleman sonríe. Se ve muy contento y eso me hace sentir bien
— ¿Puedes tomar otra? — me mira con cierto brillo en los ojos que lo hace lucir inocente como un niño. Tal vez es el que vive dentro de él saliendo en el momento que nunca pudo vivir en su infancia.
Asentí — ¿Te está gustando tomarte fotos eh? — bromeo
— Pero quiero que salgas en la foto — dice y me río. Pero se pone serio y un tanto nervioso.
Me callo al instante — ¿De verdad? — pregunte.
— Si — susurra y asiento de nuevo.
Coloco la cámara en una buena posición además de activar el temporizador, en cuanto lo hago tengo veinte segundos para acercarme a él. Me sorprende cuando me hace un campo en la silla para que este junto. Sonrío a mi vez ligeramente, y me pego a él y se hace la foto.
— Bien creo que es hora de apagues las velas, cumpleañero — dije, y me levanté de la silla.
— Es cierto — se acerca un poco a pastel y durante unos segundos lo mira para después cerrar los ojos y soplar.
Sonrió, y me acerco al interruptor para encender la luz. Esta quieto como si pensara que hacer ahora. — Creo que tienes algo aquí — apunta a su mentón y me limpie con mi mano.
— ¿Dónde? No tengo nada — me limpie con la manga de la blusa, pero nada.
— Acércate — dice y hace un gesto con la mano. Lo hago, estamos casi pegados — aquí — su dedo me unta pastel de la nariz a la boca
Abrí la boca sorprendida —¡Tarado! — exclame limpiándome — Traigo maquillaje y me llenaste de esa mierda.
Sonríe — Fue parte de la tradición
Asiento, estiro la mano, tomo un pedazo pequeño de pastel con cuidado y se lo echo en la cara. Me mira con la boca muy abierta y levanta su mano con pastel hacia mí.
— No, no, no — intento retroceder, pero la silla me detiene — Richard si me lanzas eso te juro que te dejo sin hijos.
Sonríe y me arroja el pastel en la cara me llena hasta el pelo del betún de vainilla. Mierda estoy toda pegajosa
— Ya se termina la guerra — anuncio, pero no acabará tan fácil.
— ¿Estás seguro? — dije levantándome y tomándolo de la chamarra para pegarlo a mí. Tal vez no fue buena idea pues nuestros rostros están muy juntos puedo sentir como su corazón late deprisa.
Casi me resbalo por el betún en el suelo, pero gracias al agarre el me sostiene su cara está llena de eso y tiene en el cabello también, se ve muy gracioso y cuando me rio hace lo mismo hasta que solo puedo escuchar nuestras risas en el comedor.
— Gracias por esto — dice en un susurro cuando nuestras risas se acaban.
—No hay nada que agradecer, te merecías esto desde hace tiempo.
Se acerca y casi puedo sentir sus labios en los míos — Pero tú eres la única que se ha dado cuenta, siempre parece que eras la única que sabe que necesito.
—Coleman — le digo y siento sus ojos clavados en mis labios.
— Ryland.
***
Tengo dos cosas que decir; la primera es nuestra disputa de pastel hizo un desastre en el comedor y dos a ninguno nos importó eso, estamos en su habitación a puerta cerrada con todos los candados posibles, Coleman está sentado en sillón mientras estoy encima de él besando su boca de sabelotodo
Me estremezco un poco cuando mete sus manos frías por debajo de mi blusa y la arrastra lentamente hasta mi clavícula. Me da un beso en el pecho,
antes de tirar y sacarla por encima de mi cabeza. Sus dedos me hacen cosquillas en cuanto tocan mis caderas. Se separa jadeante de mi lo justo para mirarme.— ¿Quieres ir a la cama? — pregunta en voz baja como si alguien no estuviera escuchando
— No me importa — dije acercándome más para que nuestros centros choquen
— Iremos a la cama, no lo hare en mi sillón — dice separándose y me levanto de encima.
En cuanto estoy de pie me toma de la cintura del pantalón. Baja la cremallera y desabrocho el botón ansioso aun sentado baja la tela hasta mis tobillos. Me quito las botas deprisa y saco las piernas. Es oficial de nuevo estoy casi desnuda solo espero que esta vez no tengo que lanzarme al suelo de nuevo
Llego hasta la cama y este me empuja al colchón. Estoy a punto de quejarme cuando me separa las piernas para acomodarse aún de pie entre ellas. Se agacha para besarme, pero aprovecho la cercanía y comienza a desabrochar la camisa de botón a botón mientras este me besa con desesperación.
— Ryland — jadea en cuanto termino con la camisa, ya que esta entre mis piernas las cierro en su cintura y lo hago tambalearse cuando lo empujó hasta mi — harás que me caiga si me empujas así.
— Bien por ti, ahora si podremos decir que te caíste y accidentalmente tu pene se metió en mi vagina — dije y empujé la camisa por sus hombros.
Se levantó un poco con dificultad ya que lo tengo atrapado aún, arroja la camisa por ahí y comienza a desabrochar los pantalones. Quito mis piernas de su alrededor para sentarme en la orilla de la cama para ayudarlo. Ya que terminó de bajar el cierre le sujeto la cintura del pantalón lo bajé hasta sus tobillos.
— Vaya, vaya — dije mirándolo — Coleman, ¿acaso el hacerte mayor te pone cachondo?
Sonrió mientras que me mira avergonzado.
— Es tu culpa — dice a la defensiva.
— ¿Por qué? — pregunte pasando mi dedo por el elástico de su ropa interior.
— Porque te ves muy bien — dice con el rostro rojizo — ya deja de mirarme como si estuviera loco.
Me rio — No estás loco, solo eres un pervertido que te excita verme en ropa interior, pero todo bien — dije divertida
— Ryland, ¿te puedo ser sincero?
— Si.
— A mí me enloquece hasta verte respirar — dice agachando un poco la cabeza para estar cerca de mi cara — estás hermosa cuando te quedas sorprendida.
Claro que me he quedado sorprendida este tipo ni siquiera sé quería desnudar frente a mí y, ahora sale con que se pone a mil cuando me mira ¿acaso es un mal chiste dios? ¿te burlas de mí?
Me separó para que se quite por completo el pantalón, lo hace, ahora estamos en iguales pero la pregunta es ¿debo empezar todo yo o él hará algo?

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𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎
Teen Fiction𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨: 𝐓𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚𝐫𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐝𝐚𝐬, ¿𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐭𝐚𝐥 𝐠𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐫...