Capítulo 64

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Una hora después y transporte de comida de contrabando.

Estoy acostada sumamente adolorida en esta fea cama después de los medicamentos me doy cuenta que es muy incómoda, ambos estamos comiendo comida china que Lassie le metió en el saco a Coleman para que me la trajera porque tuvo una emergencia en el café.

— Es una verdadera pena que ya nadie ordené los rollos primavera — dije mirando el rollo entre mis palillos.

Me mira incrédulo — Eso te parece una pena, mi nuevo saco huele a azufre.

— ¿Por qué a azufre? — pregunte divertida.

Se traga su carne y me mira mal — Porque tenía miedo de que alguien me mirara y quisiera revisarme para ver que no tenía nada de malo. Además, esta comida no es tan buena.

— Bueno, Richard tampoco puedes pedir demasiado este pueblo es un asco.

— No lo es tanto si estás en tú en el — dice con la mirada en la comida, pero también mirándome de reojo.

Me ha dejado helada con mi rollito a medio comer en la mano, ¿acaso estamos entrando en eso de las cursilerías?

— Tienes un ... un lindo cabello — dije nerviosa.

Bravo, ahora pareces adolescente con su primer novio.

No es la primera vez que coqueteo con un chico, pero si es la primera vez que coqueteo con un Coleman.

Se ríe y niega con la cabeza

— ¿Por qué estás nerviosa? — pregunta con una sonrisa que ahora me pone más nerviosa.

— No quiero decir nada técnicamente mal, pero es que tampoco puedo quedarme callada antes tus comentarios.

— Hazlo si no te sientes cómoda, ya llegará el día en el que los hagas estando menos incómoda como hoy.

Asentí y dejo mi comida en la pequeña caja de cartón que me han traído. No sé por qué, pero tengo sueño, de pronto me siento cansada pero no quiero cerrar los ojos y despertar en la calle.

— ¿Qué sucede? ¿Se te quitó el apetito?

— Tengo sueño — murmuró y asiente también dejando su caja.

Se pone de pie, toma ambas cajas y sale del cuarto en cuanto lo hace siento una fea sensación en el pecho como si ya no lo fuera a ver. Me volví paranoica.

— Listo, le di cinco dólares al hombre que está afuera para que tirara la comida en el basurero de afuera, — me mira — ¿qué te sucede? te ves pálida

— No quiero dormir y despertar en la calle sola — susurro con nervios.

Se acerca a mí y me toma la mano — No lo harás, te lo prometo cuando despiertes estarás aquí conmigo. No me iré de tu lado.

¿Qué pasa?

— ¿Puedes acostarte conmigo aquí? Suena ridículo, lo sé, es solo que siento que ya no estoy segura estando sola.

Antes de que pueda decir algo más, él ya me está ayudando a ponerme al otro lado de la cama para subir, ¿quién lo diría? Coleman en una miniatura de cama conmigo

— Esta cama es demasiado incómoda — dice a mi lado.

— Ahora ya sabes que es lo primero que debes arreglar siendo rey, un estúpido hospital con camas pequeñas.

— Deja de hablar y duerme necesito que estés bien para poder discutir contigo cómodamente.

Bostezo - ¿Discutir de qué?

𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora