Capítulo 70

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— Por esa actitud tuya siempre peleamos — dice señalándome con molestia. —¿Por qué no puedes ser más tranquila?

— ¿Qué actitud, imbécil? Yo no tengo ninguna actitud, me sacas de quicio cada que nos vemos.

— Cálmate un segundo porque no haré una escena contigo en un restaurante no soy ese tipo de persona.

—Créeme tampoco me interesa hacer una escena contigo, si solo ibas a decirme lo que dijiste creo que ya me puedo ir a mi casa.

Sujeta mi muñeca y lo mire — Espera un momento, por favor. Necesito decirte algo más, mejor dicho, darte algo que te compre — saca la mano de un costado de la mesa — te he traído algo y no es joyería.

— No lo quiero.

— No lo has visto — saca un sobre blanco y me lo tiende — realmente creo que te va a gustar.

Me tiende el sobre mientras me suelta, me planteo la idea de arrojárselo a la cara y después irme, pero me va a seguir buscando, lo abrí y miré una cantidad de papeles sellados adentro — ¿Qué es? — saco los papeles y leo con atención — ¿qué carajos significa esto?

— Era una sorpresa que te tenía hace unos días.

— ¿Por qué? No tenías que hacer nada por mí y mucho menos pagar por esa estúpida casa.

— Es el lugar donde vives, por supuesto que me preocupa las condiciones y sin mencionar todo lo que haces para salir de la deuda, poco a poco te ayudaré para que vayas arreglando ese lugar.

Negue con la cabeza — No gracias en unos cuantos meses dejara de ser mi lugar. Te lo repito no te disculpes conmigo dándome regalos caros yo no seré una versión mejorada de tu vieja novia.

Se le tensa la mandíbula — ¿Por qué te empeñas tanto en eso? Jamás te he comparado con ella ni podría hacerlo.

— Esto fue un error de mierda, así que toma tu estúpida casa y ve a que te regresen tu dinero — me pongo de pie y lance los papeles — come tranquilo que yo me voy.

— No hagas una escena, siéntate, no hemos terminado de hablar — dice con la mirada hacia abajo y en voz baja.

— No.

— ¿Acaso no me has escuchado Ryland?

— ¿Acaso eres sordo? He dicho que no. No me voy a sentar ni tampoco me quedaré para ver cómo quieres empezar a controlar todo. Si alguna vez me escucharas entenderías que yo no deseaba quedarme con ese lugar, solo quería salda la deuda y después que ellos se encargaran de venderla. Lo decidí después de irse mi madre. Vender ese lugar e irme.

Tome mi bolsa de golpe provocando ciertas miradas. Le doy un último vistazo antes de salir de esa espantosa sección donde estaba, no necesito más caridad.

— ¡Ryland! — grita tras de mi haciendo que mientras camino más gente me mire.

— ¡Déjame en paz! — dije en voz alta.

Di un giro y salí por donde entré al restaurante, ignorando a la mujer que también me llamaba, ¿a dónde ahora? Camine hacia la calle para cruzar e ir con Lassie porque eso necesito justo ahora.

— ¡Ryland! — grito y se escucha más cerca de mí, me detengo en la acera esperando a que los autos pasen — ¡Carajo mírame! — me toma el brazo con fuerza y me gira para verlo de frente.

— Pero ¿qué mierda...? — gruñí viendo mi brazo — te he dicho que no me agarres así — cuando me mira molesto con esa vena de su frente muy marcada.

— ¡Vamos a hablar ahora y no me interesa si tú no lo quieres! — grita enojado.

— ¡No es no! ¡suelta mi brazo ya! — dije intentando soltarme con fuerza, pero casi me tropiezo.

𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora