Capítulo 71

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Es alto, sus ojos cafés me miran como si estuviera asustado. Se pasa los dedos por la corta barba que le adorna el rostro con un par de líneas.

— ¿También se va a desmayar? — dije mirándolo, me cae muy mal pero no deseo que muera antes de cobrarle los daños.

— No, es que alguien en la preparatoria se llamaba así — dice y saca un pañuelo del saco negro para limpiarse la cara — malos recuerdos.

— Ya veo que si — dije sin prestarle mucha atención y un Coleman raspado pero entero sale en una silla de ruedas acompañado por una enfermera.

— Aquí está el príncipe Coleman, sano por suerte, no todos los accidentes son tan inofensivos — dice ella.

— Ya lo creo — dije y me puse en cuclillas para estar a su altura — ¿te sientes bien?

— Solo me duelen los raspones por la caída y un poco la cadera, pero nada más — explica y mira al hombre de frente — ¿Señor Kennedy?

Ah con qué es famoso, ¿no?

— Vaya, pero si es la realeza en todo su esplendor veo que tengo una pésima suerte en este lugar. — Bromea y Richard se levanta despacio — Lamento de verdad lo sucedido — dice el hombre.

— En verdad no se preocupe, fue mi culpa yo me cruce sin mirar en ningún momento, que pena que hayamos llegado a esto.

— ¡Te atropelló! ¿A dónde creería que te llevaría eso? — solté y me miró mal.

— ¿Eres siempre tan directa o solo con los desconocidos? — me pregunta el hombre.

— Siempre, sin duda alguna — dice Richard haciendo una mueca.

— No te pedí que le respondieras por mi — dije, pero me ignoro.

— Señor Kennedy no creo que haya nada más de que hablar aquí por este pequeño incidente sucedido, pero, le agradezco su preocupación.

— ¿Cómo no estar preocupado? — dice y me mira de reojo — creo que tendrá una muy buena cuidadora.

Richard me mira y me sonríe ligeramente — También tiene sus momentos — lo miro incrédula.

— Entonces me retirare, pero si necesitas algo, lo que sea, llámame — dice y le da una palmada en el hombro.

— Lo prometo muchas gracias, señor — dice y el hombre asiente mirándome una última vez.

— ¿Quiere llevarse una foto mía para verme mejor? — solté.

— ¡Ryland!

Se ríe y niega con la cabeza — Me parece interesante tu aspecto, aclaro que no dije malo, sino interesante. Eres llamativa — dice caminando hacia mi muy de cerca — permíteme.

Pasa su mano por mi rostro y quita un mechón que me caía por la frente.

— Agradezco la amabilidad, pero no me gusta que se me acerquen extraños. —Le dije apartándome.

Asiente y se aleja — Creo que será todo — mira a Richard y se aleja por ahí

— Ese hombre es extraño — murmure.

— No me lo parece, pero, si tú lo crees está bien — dice serio.

— ¿Quieres que llame a Largo? Anda por aquí.

— Esperare a que vuelva — intenta sacudir la tierra que lleno su saco rojo, pero no lo logra.

—Déjame ayudarte — pase mi mano con cuidado por la tela para apartar la tierra poco a poco.

𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora