Destino
Todos me hacen sentir como si el quererte, es algo malo.
Yo no elegí este camino, es el camino que me ha encontradoPor suerte he traído el pequeño libro de literatura en la cartera sino ahora mismo me hubiera colgado del candelabro. Hay ciertos poemas, canciones o sonidos que nos hacen sentir identificados y me aterra eso justo ahora. Richard lleva al menos una hora en la planta baja hablando con un par de hombres o lo que sea, me he quedado aquí arriba porque encontré un lugar tranquilo donde la música clásica no me atormenta, ni el ruido de la gente o las copas que chocan me vuelven loca.
Con este momento sola he pensado en muchas cosas; en la universidad y en que lo más probable es que si se están retrasando en enviarme un correo tal vez no haya entrado, en ahora un nuevo tema que me causa insomnio mi padre biológico que me ha dado tiempo, pero se ha tratado de acercar varias veces que he rechazado, Lassie y todo lo que le dije tal vez tenga razón estoy cambiando y aunque eso es parte de la vida lo mío se está yendo de mis manos ¿qué va a pasar con esta relación? Debo quedarme aquí a enamorarme de él para cuando tenga que irme o él tenga que casarse separarnos
No deseo ser reina en verdad yo no serviría para eso y aunque he escuchado los murmullos de ¿ella será la reina nueva? De las mujeres del alta me preocupa pensar en los planes de Richard, ¿estaré en ellos? ¿Él está en los míos? Antes de que mi cabeza pudiera pensar más lo veo mirarme con una sonrisa desde la mitad de las largas escaleras de mármol
—¿Con qué ahora eres un ratoncillo de biblioteca? — pregunta acercándose a mi
—No es tanto así, pero me gusta puede que hasta llegue a leer otras cosas aparte de terror — tomó el libro y lo giro.
—¿Un libro de poemas? ¿Ahora eres una poeta frustrada? — pregunta y se lo quito de las manos.
—¿Cómo te fue allá abajo? — pregunte con curiosidad.
—Conseguí que me dejen dar un discurso, pero estoy algo nervioso como hace un rato.
—No tengo nada más que confesar realmente estoy en blanco — dije poniendo mi libro en su lugar.
—¿Qué tal si hiciéramos algo? — pone su mano en mi cuello con cuidado
—¿En serio?
—Si tú no quieres está bien solo fue una estúpida idea estoy nervioso — dice alejándose sonrojado.
Le tomo la mano y me pongo de pie jalándolo me sigue con complicidad caminamos veloces entre la pomposa gente intentado que no lo vean escabullirse para cuando por fin logramos encontrar un lugar privado que es un salón donde solo hay pinturas y cuadros llenándolo.
— Esto es horrible — anuncia mirando el lugar como yo.
—Estoy de acuerdo contigo — me río — acabemos con esos nervios tuyos.
—Te quiero —me dice, y se quita el saco.
No es la primera vez que lo dice, pero esa sensación de mariposas me atormenta como la primera
—Te quiero — solté con nervios.
No quiero que suene a que solo le sigo la corriente, pero tampoco quiero que sea meloso y cursilón como solía ser antes.
Da un paso hacia mí, me quita la cartera y la deja en el suelo. Da
otro paso, me coge por las muñecas y me las pone en su cuello. Yo satisfecha de distraerlo de todos los asuntos.En vez de preguntarle nada o insistir más, lo cojo del cuello de la camisa y
pego las caderas a las suyas. Ya está duró me toma la cadera y lo peino con los dedos. Su boca cubre la mía. En un segundo está metiéndose la mano
en para bajar la cremallera.—Tienes que tomar el vestido y levantarlo — dice con voz ronca.
Lo oigo respirar entrecortado cuando le ayuda y bajo sus pantalones hasta el suelo mientras que él se baja el bóxer yo me levanto el vestido con dificultad pues es demasiada tela. Se coloca el condón que le puse en el bolsillo. Me sube la mano por el muslo desnudo, agarra el elástico de mi tanga y me la baja. Me apoyo en sus brazos para poder ayudarlo a quitármelas con bastante torpeza.
Nos reímos y me besa en el cuello. Me aprieta las caderas con las manos, me levanta la pierna y la enrosca alrededor de su cintura.
Me pongo la mano en el escote del vestido para intentar bajarme los tirantes, pero Richard me dice al oído:
—Déjatelo me gusta, eres preciosa.
Me levanta un poco la pierna y luego me toma el muslo con presión hasta que lo tengo dentro de mí.
Mi espalda está apoyada contra la pared y Richard empieza a subirme y a bajarme. Lo hace con un fervor y una desesperación que nunca había visto en él. Jamás. Es como si yo no tuviera que decir nada
—¿Está... bien... así? —pregunta a cómo puede mientras me penetra con velocidad.
—Sí —gimo.
La sensación de que me lo esté haciendo así, contra la pared, con mis piernas en su cintura, me gusta mucho.
—Bésame —suplica.
Deslizo la lengua por sus labios hasta que abre la boca y me deja adentrarme en ella. Le tiro del pelo y hago lo que puedo para besarlo mientras él entra y sale de mí más y más rápido. Todo es demasiado rápido pero nuestro beso es lento
— Te quiero —dice en mi boca mientras yo jadeo y gimo y siento esa presión en mi vientre cada vez más intensa.
Jadea un par de veces y me muerdo el labio para no gritar.
Estamos a punto de corrernos los dos.
—Richard — le digo y me mira.
Entonces se tensa. Jadea y deja caer la cabeza en mi pecho. Ladeo la cabeza contra la puerta y de pronto un crujido se hace presente en la habitación y una puerta detrás de unos cuadros en los tripees ilumina aún más la habitación
—Aquí está mi colección de... — Richard se separa de mi lo más rápido que puede y torpemente se agacha para subir el pantalón mientras dejo caer el vestido al frente.
—Ahh... — dice la chica sorprendida de encontrarnos — lo lamento nos vamos
Richard se enreda y cae al suelo en un golpe seco.
—No paso nada aquí — soltó apenado poniéndose de pie agitado — es un malentendido.
La chica mira a la otra con una sonrisa incómoda. —No se preocupe alteza nosotras no vimos nada de nada, iremos a otro lugar.
Ambas salen deprisa cerrando la puerta con fuerza, el corazón me late rápido a más no poder y viendo la cara de miedo de Richard no puedo evitar reírme.
—¿Esto te da gracia? — pregunta atónito
—Ellas te vieron el culo, ya no tienes nada de qué avergonzarte — dije y a mala gana empezó a reír hasta que ambos llenamos el salón con las risas.
—Gracias por estar aquí, para empezar, creo que no me había divertido en una reunión hace mucho tiempo.
Solecitos soy yo de nuevo, ¿están listos para el final de esta historia? Estoy más emocionada que nunca por el fin, se vienen más intensos que nunca los próximos capítulos así que estén atentos. Espero que estén muy bien sigan cuidándose del coronavirus
Se despide su amiga @feliaxis besos y cuchillos xx
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𝐸𝑙 𝐷𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝐷𝑒 𝑈𝑛𝑎 𝑍𝑜𝑟𝑟𝑎
Teen Fiction𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨: 𝐓𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚𝐫𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐝𝐚𝐬, ¿𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐭𝐚𝐥 𝐠𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐫...