CAPÍTULO 6

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Maratón: 2/5

Ya había pasado una semana desde la noche en que Lyudmila se escapó de la mansión. A pesar de todo; el ambiente no era tan tenso por el simple hecho de que la joven no salía de su habitación, eso implicaba no tener discusiones con Damian Wayne. Comía en su dormitorio y también tenía un baño para ella sola.

—Amo Bruce, sé que no es de mi incumbencia y sé que tiene otras responsabilidades pero debería hablar con la señorita Romanov. No ha salido de su habitación en días y sólo hace dos tiempos de comida. Podría enfermarse.

—Gracias Alfred, ya iré con ella.

EL mayordomo asintió en respuesta a lo último y se fue. Bruce subió hacia la habitación de Lyudmila media hora después ya que las cosas no podían seguir así. Tocó la puerta y se abrió paso para entrar. La joven se encontraba acostada en el suelo escuchando música en su reproductor MP3 ya que no tenía ni celular ni una computadora o algo con que desaburrirse, todo porque Bruce le había prohibido el uso de ciertos aparatos.

— Hola ¿Puedo pasar?

—Ya lo hiciste, —le contestó aún con los ojos cerrados.

—Yo sólo quería hablar contigo.

—Ya lo hiciste, —volvió a repetir la acción con sus ojos.

—Mila...

— ¿Qué quieres? No tengo tiempo para hablar, estoy ocupada; —la joven se sentó en el suelo para encarar al más adulto y hacer un gesto de disgusto.

—Si claro, se nota lo ocupada que estas.

Después de ello la chica esquivó la mirada y se volvió a recostar en el suelo cerrando sus ojos.

Bruce soltó un suspiro ante la actitud de la joven y prosiguió, —quiero hacer las paces contigo.

Mila abrió nuevamente sus ojos y observó el techo de su habitación por unos segundos, luego se volvió a sentar y vio nuevamente los ojos de Bruce. La rubia levantó sus cejas en señal de que continuara hablando mientras se quitaba los audífonos. Bruce tomo una leve bocanada de aire por los nervios. Se puso en cuclillas frente a la joven y la miró con ternura, algo que no solía hacer a menudo.

—Quiero disculparme. Sé que no he sido la mejor persona contigo y sé que te traté muy mal por haberte escapado de la mansión pero... no fue tu culpa. Yo no le puse un alto a Damian antes y eso provocó que te fuera y yo... lo lamento mucho.

Lyudmila lo observaba atenta. No era tan tonta como parecía, era muy inteligente. Esta inhalo y exhaló fuertemente para después sonreírle falsamente.

— ¿Cuánto tiempo te llevó hacer ese discursito de cuarta? Eres Bruce Wayne, das conferencias a grandes públicos y te ligas a cualquier mujer que pase frente a ti cada fin de semana; pero te cuesta hablar con una adolescente de 17 años. Que gracioso.

Ese comentario le molestó a Bruce; si las miradas mataran Mila estuviera muerta. Al ver la postura que tomo este, la joven calló en cuenta de lo que dijo y borró de golpe la sonrisa que tenía.

—Perdón, —agachó con pena su cabeza.

Bruce terminó por tomar asiento en el suelo sin quitarle los ojos de encima.

—Me tomó 20 minutos. Pero lo que te digo es sincero.

La joven escuchaba atenta, no se sentía con ánimos de pelar. Ya no. Quería estar bien, así que pondría de su parte. Su padre no iba a volver, ni nadie de los que había conocido. Esa parte de su vida había llegado a su fin.

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