Damian, quien había permanecido en su habitación, escuchando la desesperación de la joven, terminó bajando las escaleras hasta llegar a la cocina, dónde Alfred, con el ceño fruncido y la mirada perdida, preparaba un té de manzanilla.
—Por su expresión debo suponer que aún no habla con la señorita Romanov.
Ante la calmada voz del señor, Damian asintió.
—Ya es mediodía y aún no sale de su habitación —respondió—. Supongo que debo esperar más tiempo. De vez en cuando grita y se pone a llorar. Supongo que trata de ocultar sus gritos con una almohada pero...
Con un nudo en la garganta, Damian bajó la cabeza y cerró los ojos en un intento desesperado de ocultar su tristeza.
—Lo sé —murmuró Alfred revolviendo el líquido en la taza—. Joven Damian. Creo que todos, incluído su padre, subestimamos el impacto de guardar un secreto. Solo era cuestión de tiempo para que, lo que ocultamos, estallara. Sin embargo, haberlo hablado desde un inicio, podía haber evitado todo esto.
Alfred soltó un suspiró y se dio media vuelta para tomar una pequeña bandeja de plata dónde intentó poner la taza.
Damian, al percatarse del leve temblor en las manos de Alfred, le indicó con suavidad que tomara asiento y continuó con el trabajo del señor sin protesta alguna.
—Le advertí a su padre que esto no era correcto. Pero no lo culpo. El amo Bruce tenía sus razones —Alfred limpió su rostro en un intento de apaciguar el cansancio y continuó—. Lo conozco lo suficiente cómo para saber que debe estar sintiéndose culpable. Pero confío lo suficiente en él para tener la certeza que buscará una forma de remediar todo esto y tener a todos juntos.
Damian asintió y dio media vuelta para entregar la taza al señor.
—No sé qué hacer —admitió Damian.
Palabras completamente alejadas a lo que años atrás, Alfred jamás pensó escuchar en aquel niño testarudo y altanero.
El imperceptible gesto de asombro en su deteriorado rostro se transformó en una de comprensión y orgullo al ver en el hombre que Damian Wayne se estaba convirtiendo.
—La señorita Romanov necesita tiempo. Tampoco me refiero a ignorar su dolor y dejarla sola —carraspeó el señor luego de soltar un suspiro—. He vivido lo suficiente para saber que los secretos, por más que se oculten con la intención de proteger, en escasas ocasiones se logra ese objetivo.
Damian asintió poniendo la taza frente a Alfred, quien terminó agradeciendo antes de darle un sorbo.
—Pero también he aprendido que, aunque el daño ya esté hecho, hablando con sinceridad y comprensión, se puede construir un nuevo camino dónde el dolor sea sanado junto a las personas correctas.
Frunciendo el ceño levemente y con una apagada sonrisa, Damian inclinó la cabeza; tratando de procesar las palabras del señor.
—Quiero ir con Jason y traerlo de vuelta —confesó—. Pero Mila me necesita.
El señor asintió. Alfred también quería a Jason de regreso e indiscutiblemente consentir a ese muchacho que toda su vida había sido lastimado. Con la mirada baja, contemplaba la taza de porcelana que pertenecía al juego de té que Jason le había obsequiado y sintió cómo la vista comenzaba a nublarse.
—El joven Jason es una persona complicada, pero con un corazón muy hermoso; es por eso que siempre sale tan lastimado. Pero por ahora, lo más oportuno, es hacerle saber a su hermana que usted está aquí. Ambos caminos son importantes. Pero antes de actuar es importante contemplar el panorama.

ESTÁS LEYENDO
Sorrow
أدب الهواة"Es irónico como las personas hacemos hasta lo imposible tratando de evitar el dolor y, es por lo que más pasamos en nuestras vidas" ═════════════════════ ≪ •❈• ≫ ═════════════════════ ATENCIÓN El fanfic que leerán a continuación es completamente...