Es por su seguridad, señorita. O al menos esas habían sido las palabras de Alfred antes de dejarla encerrada en su propia habitación.
Volvía a ser una prisionera y el par de horas ahí, comenzaban a quitarle el oxígeno.
Casi al anochecer, la puerta fue abierta y la prominente silueta de Bruce hizo que terminara de fruncir el entrecejo.
—¿Qué diablos pasa contigo? —a paso firme, Mila había caminado hacia Bruce y con cada palabra que daba, el pecho del hombre era golpeado—. Pensé que habíamos progresado y vuelves a encerrarme.
La razón por la que se encontraba ahí era simple. Tenía que contarle sobre Víctor. Y, aunque en un inicio se negaba a decirle, luego de hablar con Selina, había llegado a la conclusión que era lo mejor.
—Necesito que me escuches —sin ejercer presión, tomó las manos de Mila entre las suyas y detuvo los golpes que no habían causado ningún daño—. Mila —exclamó.
La joven forcejeó con tal de librarse de Bruce, pero fue casi imposible al tratarse de alguien que le doblaba en fuerza y estatura.
—Mila. Escúchame. Víctor escapó de Arkham.
Bruce se limitó a ver cómo aquellos verdosos ojos comenzaban a cristalizarse cada vez más y la respiración se volvía más pausada. Acortando el pequeño espacio que los separaba, la envolvió con sus brazos hasta que la escuchó hipiar.
—Ya debe saber dónde estoy —murmuró.
Con el estómago revuelto y las manos temblorosas, acarició la cabeza de Mila. Deseaba decirle que estaba equivocada, que no sabría dónde estaba. Pero no podía mentirle.
—No dejaré que te pase nada —su tono de voz era suave cómo una brisa de verano y eso era suficiente para Mila—. No voy a permitir que te lastime.
—Si te pasa algo...
Bruce negó con la cabeza. Milla lo sabía porque había sentido el movimiento sin siquiera mirarlo.
—No me pasará nada —susurró separándose de Mila—. Pero debo irme.
Lyudmila asintió levantando la mirada. Una mirada en la que parecía confiar todo de ella en Bruce y que suplicaba no ser decepcionada.
Vio al hombre salir de su habitación y se vio obligada a tomar asiento en la cama. De vez en cuando encendía la pantalla frente a ella, pero para su mala suerte, lo único que transmitían eran los noticieros.
«Les informamos que el paradero de Hiedra y Señor Frío fueron localizados en el área Este y Norte respectivamente. En estos momentos se encuentran siendo trasladados al Asilo de Arkham».
Al menos ellos ya habían sido atrapados, pensó Mila. Aunque sabía que no sería por mucho. Después de todo, Arkham parecía un centro de dormitorios para criminales dónde entraban y salían cómo si fuera su propia casa.
«Sin embargo, aún no se localizan los paraderos de criminales en potencia cómo el Guasón o Harley Quinn».
La fotografía de Víctor apareció en el noticiero y el corazón de Mila se estrujó inmediatamente.
Él no era Víctor.
No el suyo.
O quizás nunca lo fue.
Sus ojos volvieron a humedecerse y de un movimiento, tomó el control en sus manos.
Dispuesta a apagarlo, tocó el botón que le permitiría ignorar todo lo que estaba sucediendo. Pero ese era el problema. El miedo siempre prevalecía y en su mente seguiría rondando la noticia.
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Sorrow
Fanfic"Es irónico como las personas hacemos hasta lo imposible tratando de evitar el dolor y, es por lo que más pasamos en nuestras vidas" ═════════════════════ ≪ •❈• ≫ ═════════════════════ ATENCIÓN El fanfic que leerán a continuación es completamente...