Sorrow

CAPÍTULO 83

Robin se balanceaba de un edificio a otro con una destreza inimaginable y la respiración controlada. Descendiendo en uno de los más altos, cayó con la punta de los pies y caminó con determinación y silencio.

La prominente figura frente a él provocó una diminuta pero genuina sonrisa en el rostro. Su hermano parecía concentrado en el edificio de enfrente y su posición rígida, dispuesto a atacar, le indicaba que ya sabía todo sobre Mila.

—Me alegro verte.

Aunque dudó un par de segundos, Robin vió como la cabeza de Red Hood asentía sin siquiera girar a verlo.

—Te debo una disculpa.

—No es momento —fue en ese instante que el antihéroe se puso de pie y encaró al menor de la familia—. Nuestra prioridad es Mila.

A pesar que su semblante permanecía rígido, el tono frío con el que Jason se había dirigido, paralizó su cuerpo por completo. Sin embargo, consciente de ello, prefirió no insistir, ya que muy en el fondo, reconocía que su hermano se había comportado como tal y de algún modo había sido traicionado.

—¿Están en ese edificio?

Red Hood asintió.

La presencia de alguien más, hizo que Robin mirara de reojo mientras el antihéroe ni se inmutaba.

Red Robin saludó con un movimiento de cabeza a ambos y fue correspondido de la misma forma.

—Hay que entrar —con la mirada fija en el edificio de enfrente, Red Hood ajustó el par de Glock 19 en su cinturón.

—¿Tienes un plan? —Red Robin preparó el palo Bo.

Red Hood asintió. Dando media vuelta, se centró en sus hermanos, quienes se mantenían expectantes del mayor.

—Víctor tiene aliados. Pero somos más fuertes —dijo retirándose el casco—. En la entrada principal hay cincuenta de sus hombres. En los siguientes niveles calculo que hay más de trescientos hombres. Fuera de las oficinas de Máscara Negra hay diez hombres custodiando pero Mila no se encuentra ahí. La tiene en los últimos pisos. Podríamos entrar por el tejado, pero el cable no llega hasta ahí y daríamos aviso si intentamos entrar.

—¿Qué sugieres? —Damian se cruzó de brazos sin quitar la mirada del mayor quien no llevaba el antifaz que solía usar bajo el casco; suponiendo que debió ser porque no le dio tiempo.

—Ellos esperan que entremos por la puerta principal —respondió llevándose las manos a los bolsillos—. Vamos a entrar por ahí.

—No es mal plan. Pero falto yo para que sea perfecto.

La grave y divertida voz de alguien más se hizo presente. La mirada de todos se posó en Nightwing, quién se había mantenido expectante de lo que sus hermanos planeaban.

—Es bueno verte —dijo dirigiéndose al antihéroe, quien se limitó a asentir—. Podemos dividirnos. Red Robin y Robin pueden atacar la entrada principal. Yo puedo deshacerme de los hombres en el nivel...

—Cuarenta.

Nightwing asintió con confianza.

—Tú ve por Mila —no era una solicitud, mucho menos una orden. Solo eran palabras de confianza por parte de Dick hacia Jason—. Nosotros nos encargamos.

El antihéroe miró a Dick quien mantenía una sonrisa dónde mostraba sus blanquecina dentadura. Luego su mirada se centró en Tim; que aunque su sonrisa no era tan marcada cómo la de Dick, si era genuina. Y luego estaba Damian, quién lo observaba con un destello en aquel par de ojos jades; la línea se encorvó disimuladamente y por unos instantes, la calidez que extrañas veces brindaba el menor, se hizo presente.