—Jason no tengo todo el día, en dos horas tengo una junta. ¿Qué fue lo que sucedió con Mila?
—Ya te dije Bruce, la lunática me golpeó.
— ¿Y qué más?
—Sólo eso.
—No... hay algo más, ¿por qué te golpeó?
Jason liberó un sonido de frustración y sujetó fuertemente su cabello hasta el punto de quedarse con unos cuantos pelos en las manos. Esa era la peor parte de una discusión con su mentor; siempre se resumía en 5 fases. Uno, el suspiro de frustración; dos, la mirada acusatoria; tres, el interrogatorio; cuatro, el sermón; cinco, decir que no habría patrullaje por una semana. Desde que lo conoció era así, y le daba cólera sólo recordarlo.
—Agh, ya deja de molestar Bruce—, volvió a quejarse Jason mientras sostenía un trapo en su nariz para detener el sangrado.
—No hasta que me digas la verdad.
— Estaba tranquilamente en mi habitación y comenzó a hacer mucho ruido tocando la puerta de Damian—, pausó. —Me enojé y le fue a reclamar, como no hacía caso la llevé a su cuarto.
—Y eso explica el por qué la tiraste a la cama—, dijo Bruce con un semblante más serio de lo normal.
Jason hizo un puchero de enojo y enfocó su vista hacia unas plantas que se encontraban en la habitación. Vio un color blanco sobresalir la maceta con un leve aroma que sólo podía percibirse si se prestaba demasiada atención. Una sonrisa se formó en la comisura de su boca y escuchó atentamente a todo lo que Bruce le decía. Sólo faltaba el sermón y su castigo. Casi veinte años y lo castigaba como un niño.
En otra habitación de la mansión se encontraba Mila con Tim; este último colocando una pomada en la mano lastimada de la chica, con la que había golpeado a Jason.
—Tienes unas manos muy suaves—, comentó Tim en un susurro. Damian estaba en la habitación leyendo a cinco metros de ellos, disque supervisando a ambos.
—Gracias—, respondió la joven regalándole una de sus típicas sonrisas.
— ¿Sólo te lastimaste la mano?
—Sí—, habló Mila tocando con suavidad la mano curada.
—Sabes, no sabía que golpearas tan fuerte—, habló nuevamente el ojiazul vendando la mano de la chica.
—Ni yo.
Al terminar de vendar la mano, Tim levantó tenuemente la cabeza viendo disimuladamente el busto de Lyudmila; no llevaba sostén y sólo lo ponía más nervioso de lo que estaba; el rubor se asomaba por sus mejillas y pequeñas gotas de sudor bajaban por su frente. Esta sin percatarse miraba hacia el exterior de la ventana, recordando a cierto chico de casco rojo y la manera en cómo le había regañado en la noche. "No debí ser tan pesada, no sabía lo de mi padre", pensó.
— ¡Tim! —, interrumpió Damian desde el sillón. —Te estoy observando animal—, reprendió sin despegar la vista de su libro de anatomía.
Esto sólo provocó que ambos distraídos se sobresaltaran y voltearan a ver al menor de los Wayne.
— ¿Qué quieres Damian? Deberías estar desayunando para irte a la Academia, no aquí metido en mi habitación.
—Si mal no recuerdo, la mansión es de los Wayne. Yo porto ese apellido mientras tú...
—Cr-creo que yo ya tengo hambre—, intervino Mila al ver como se iba armando un disturbio entre ambos chicos—, Damian ¿vamos? Tienes que alimentarte bien para poner mucha atención en clases.

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Sorrow
Fanfiction"Es irónico como las personas hacemos hasta lo imposible tratando de evitar el dolor y, es por lo que más pasamos en nuestras vidas" ═════════════════════ ≪ •❈• ≫ ═════════════════════ ATENCIÓN El fanfic que leerán a continuación es completamente...