Jungkook y Namjoon comían sentados frente al televisor, veían una película bastante cómica que los hacía reír, aplaudir e incluso atragantarse un par de veces. El pelinegro no despegaba los ojos de la pantalla mientras llevaba el tenedor a la boca, pero el sonido de su teléfono móvil llamó su atención.
Dejó su plato en la mesita que tenía justo en frente y lo agarró. Tenía un mensaje nuevo de un número desconocido. Lo abrió rápidamente, intuyendo de quién podía ser. Y no se equivocó.
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Jimin bloqueó su teléfono y lo soltó en la cama donde estaba tumbado. Había llegado hacía apenas unos minutos de clase. Taemin lo había dejado en la puerta de su casa y el rubio ni siquiera lo invitó a pasar. Tenía demasiadas ganas de llegar para escribirle a Jungkook ya que no había podido en clase.
El pelinegro estaba muy distinto a como él lo recordaba, es verdad que mantenía su carita de niño, pero su cuerpo... Había cambiado mucho.
Era muy alto, le sacaba unos cuantos centímetros, llevaba ropa ancha, pero al abrazarlo pudo sentir los definidos músculos bajo su ropa. Lo cubría entero con sus brazos, haciéndolo sentir pequeñito, cosa que le resultó extrañamente agradable.
De niños habían dormido muchas veces juntos, pero Jimin se preguntaba cómo sería dormir entre los brazos del Jungkook del presente. La imagen mental le puso los vellos de punta. Seguramente será como dormir en el puto paraíso - pensó.
El grito de su madre desde la planta de abajo, avisándolo de que la comida estaba lista, lo sacó de sus locos pensamientos. Controlate Jimin, tienes novio, no puedes ir por la vida pensando cómo sería dormir en los brazos de otro chico - se decía a sí mismo mientras bajaba las escaleras.
Se sentó en la mesa con su hermano y su madre, su padre rara vez venía a comer, siempre estaba muy ocupado trabajando.
- ¿Qué tal vuestro primer día chicos? - preguntó la señora Park mientras le servía la comida a sus dos hijos.
- Acabo de empezar y ya estoy cansado. - suspiraba su hermano pequeño mientras se tapaba la cara de forma dramática.
- Oh vamos mocoso, ¿cómo puedes ser tan vago? - replicó Jimin - No quiero imaginar cómo estarás a mitad de curso.
- En terapia probablemente hyung, la vida de estudiante es demasiado dura. - respondió Jihyun totalmente afligido.
- Hijo mío cada día eres más dramático - la señora Park reía ante las exageraciones de su hijo. - ¿Y qué tal tu día hijo? - preguntó dirigiéndose a Jimin - Último año ya.
- Bien, mamá. En realidad el primer día no hacemos nada, solo presentarnos y eso... nada nuevo. - respondió Jimin bajo la atenta mirada de su madre. - Pero no te vas a creer con quién me he cruzado. - Su madre y su hermano lo miraban expectantes. - ¿Recuerdas a Jungkook? El hijo del señor Jeon, de cuando vivíamos en Busán.
- ¿El pequeño Kook? ¡Oh claro que lo recuerdo! Era una ternura ese crío. Siempre tan lindo y educado ¿No me digas que está aquí? - la señora Park estaba emocionada, hacia muchos años que no sabía de esa familia y guardaba bonitos recuerdos de ellos.
Jimin asintió sonriente. - Está en primero, su clase está en el mismo pasillo que la mía, hablamos un poco. Bueno en realidad entró en mi clase perdido y nos encontramos. - La madre de Jimin lo miraba incrédula. - Quien lo iba a decir después de tanto tiempo.
- Me alegro mucho de que os hayáis reencontrado al fin. - la señora Park estaba muy contenta por la noticia. - ¿Habéis quedado hoy?
- Si, cuando salga de danza me irá a buscar.
Jimin sonreía tanto que sus ojitos se cerraban en medias lunas. Su madre y su hermano lo miraban emocionados. El chico había pasado muchos años buscando a su amigo, estuvo mucho tiempo triste por haberlo perdido. Sabían perfectamente que Jimin jamás se olvidó de él y que ahora lo tuviera de vuelta en su vida, los hacía muy felices.
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No me sueltes [JIKOOK]
Fiksi PenggemarLa vida separó a Jimin y Jungkook, después de una infancia llena de cariño y amistad. Años después, ella misma se encargó de volver a unirlos. Pero nunca vuelve quién se fue, aunque regrese. ¿Podrían mantener la amistad que construyeron en un pasado...