La vida separó a Jimin y Jungkook, después de una infancia llena de cariño y amistad. Años después, ella misma se encargó de volver a unirlos.
Pero nunca vuelve quién se fue, aunque regrese.
¿Podrían mantener la amistad que construyeron en un pasado...
Llevaba tres días sin ver a Jimin por culpa de los malditos trabajos de Dibujo Técnico. La profesora no paraba de ponerle problemas y tenía que quedarse durante los descansos deshaciendo y haciendo de nuevo. Sabía que el rubio practicaba danza todas las tardes y quería darle una sorpresa, pero no conocía su horario, así que decidió escribirle a Taehyung.
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Terminó de comer, lavó los platos y se metió en la ducha. Salió con la toalla rodeándole la cintura y se paró frente a su armario.
- ¿Qué debería ponerme? - se cuestionó en voz baja.
La cabeza de su primo se asomó por la puerta.
- ¿Vas a salir? - le preguntó.
- Si hyung, prometo no llegar tarde. - miró a su primo con ojitos de Bambi. El mayor rió.
- ¿Necesitas ayuda con la ropa? - le dijo señalando su armario.
- ¡Sí, por favor! - suplicó el menor.
Los dos chicos se pusieron a buscar. Namjoon era realmente bueno haciendo conjuntos, se notaba que Jin había influenciado positivamente en él en cuanto a estilismo.
- Creo que así vas genial. - dijo observando a su primo en el espejo.
Llevaba un vaquero ajustado con cortes en las rodillas, una camisa ancha de cuadros azules y blancos y debajo de esta una camiseta ajustada básica negra. Encima llevaba una chaqueta de cuero negra y como siempre, sus botas negras militares.
Namjoon cogió un gorro negro del perchero y se lo puso.
- Ahora sí, perfecto. - dijo orgulloso el mayor. - Jimin va a babear cuando te vea. - el menor lo miró confundido a través del espejo.
- Yo lo sé todo, primito. - le dijo palmeándole la espalda. - Me voy, tengo que recoger los libros de la facultad. Pásalo bien y ten cuidado. - Namjoon se giró y salió por la puerta.
- Si hyung. - le respondió Jungkook
- ¡Y usa condón! - gritó el mayor antes de salir de casa.
Caminaba por las calles de Seúl con el GPS encendido, Taehyung le había mandado la dirección de la Academia de Baile. Salió con tiempo por si acaso se perdía y efectivamente, se perdió. Pero no le costó demasiado encontrar el camino correcto.
Faltaban quince minutos para las seis de la tarde y decidió esperar fuera, los chicos aún estarían en sus clases oficiales y no quería molestar. Había quedado con Taehyung en que saldría a darle el encuentro en cuanto se quedasen solos.
Se puso a trastear en su móvil para matar el tiempo, tratando de calmar los nervios que sentía. Le hacía mucha ilusión ver a Jimin bailando, Hoseok le había dicho que era realmente bueno.
Unos minutos después, vio a gente salir y Taehyung apareció entre ellos corriendo. Le hizo señas con las manos para que entrase en silencio. Jimin y Hoseok estaban sentados en el suelo descansando y cogiendo aire.
- ¡Mirad a quien me he encontrado! - los chicos giraron la cabeza en dirección a la puerta. Tae tenía una sonrisa de oreja a oreja en el rostro. Se echó a un lado para abrirle paso al menor.
Jungkook atravesó la puerta y entró en la sala de prácticas. El mayor de los chicos se levantó rápidamente para saludarlo, Jimin seguía sentado en el suelo con los ojos como platos y la mandíbula desencajada. Miró a Taehyung y este se encogió de hombros.
La figura de Jungkook se paró delante de su cara. - ¿No me saludas? - le preguntó sonriendo desde arriba mientras le extendía la mano para ayudarlo a levantarse.
Jimin recorrió con descaro todo el cuerpo del menor con la mirada hasta llegar a su cara, lucía increíble así vestido. Agarró su mano y Jungkook lo levantó de un impulso. Sus caras quedaron a centímetros de distancia. Notó como sus mejillas ardían por la cercanía, giró un poco la cara evitando su mirada y le dio un abrazo. El mayor lo rodeó por la cintura y lo levantó.
Jimin sentía su cuerpo derretirse en los enormes brazos del menor, lo cargó apenas unos segundos pero su corazón iba a mil por hora. Taehyung y Hoseok los observaban divertidos desde la otra punta de la sala, fingiendo buscar música para poner.
- ¿Qué haces aquí? - le preguntó el rubio sonriente cuando lo bajó.
- Quería darte una sorpresa ya que no he podido verte estos días y además te prometí que vendría a verte bailar. - su corazón palpitaba con fuerza.
- Jimin. - lo llamó Hoseok. Él se giró para mirarlo. - Ya que ha venido Jungkook ¿por qué no le enseñas tu solo?
- No, no... - el menor negó efusivamente con las manos. - Me da vergüenza hyung.
- ¡Oh vamos Chim! - se quejó el menor.
- Minnie, eres consciente de que vas a presentarlo en el próximo recital, ¿verdad? - le preguntó Tae, él asintió nervioso. - Entonces qué mejor que empezar a tener público.
- Vamos Jimin, dame el gusto de verte bailar. - le suplicó el pelinegro juntando las manos y mirándolo con ojos tiernos.
- Está bien, chantajista. - resopló y empezó a quitarse los zapatos. Taehyung se acercó a ellos.
- Oye Jungkook, ¿por qué no lo grabas? - le dijo. - Así Jimin puede ver si tiene fallos o necesita cambiar algo. - Jimin lo miró con una ceja arqueada.
- De hecho es buena idea. - lo apoyó Hoseok. - nosotros no podemos grabarlo porqué tenemos que ayudarlo con las telas. - Jungkook asintió feliz y sacó su teléfono.