CAPÍTULO 44: Consejos

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Los chicos dormían tan profundamente que ninguno escuchó la puerta de la cabaña abrirse, salió cerrando con cuidado para no despertarlos. Agarró una de las sillas que habían dejado fuera y se sentó envuelto en una manta. No podía dormir, necesitaba un poco de aire.

Escuchó la puerta de al lado abrirse y apareció Namjoon. Se quedó mirándolo extrañado.

- ¿Qué haces aquí hyung? - le preguntó al mayor que se acercaba a él con otra silla. - Es muy tarde.

- No puedo dormir sin Jin. - le dijo riendo. - ¿Qué haces tú aquí?

- Tampoco puedo dormir. - sonrió con tristeza al mayor.

- ¿Te pasa algo? - le preguntó Namjoon con preocupación.

- Me pasa que estoy saliendo con una persona que no amo, que se lleva horriblemente mal con mi mejor amigo y que no termina de convencer a mi familia... Ah y para colmo estoy enamorado de otra persona. - respondió con ironía. - A parte de eso, nada hyung.

El mayor rió. - ¿Y qué piensas hacer?

- Si te digo la verdad, no lo sé. - respondió con sinceridad. - No puedo decir que me da igual Taemin, porque estaría mintiendo y me da pánico ir más allá con Jungkook y estropear una amistad de tantos años.

- Te entiendo Jimin, no es fácil tu situación. - el rubio asintió. - Es difícil estar entre dos personas y no dañar a ninguna. Deja que tu corazón te guíe y no tengas miedo.

- Eso intento hyung, pero no puedo evitar pensar en el futuro. Somos muy jóvenes todavía ¿y si no sale bien? No quiero volver a perderlo. - le dijo con tristeza.

- Comprendo cómo te sientes, también pienso eso muchas veces. - confesó. - Al fin y al cabo solo soy un año mayor que tú. Pero si Jin resulta no ser para mí, al menos me quedaré con haber disfrutado de él todo este tiempo.

- En eso llevas razón.

- Disfruta lo que la vida te da Jimin, es mejor arrepentirse de lo que haces que de lo que no haces. - el rubio sonrió. - Si él es para ti, el tiempo se encargará de demostrártelo.

- Gracias hyung. - le dijo acercándose a él y dándole un abrazo. - Creo que eres la persona más sabia que conozco. - Namjoon se echó a reír.

Se acurrucaron uno con el otro y se quedaron dormidos sin darse cuenta.

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Jungkook se levantó desesperado, no eran ni las siete de la mañana y no había podido dormir casi nada. Miró a la cama vacía de Namjoom y se echó a reír. - Seguro que no podía dormir sin Jin. - pensó.

Se puso los zapatos y una sudadera y salió de la cabaña con cuidado de no despertar a Hoseok y Taehyung que dormían profundamente.

Su primo y Jimin, acurrucados cada uno en una manta, dormían en sillas apoyados en la pared de la otra cabaña. Se acercó a ellos confundido.

- ¿Qué hacéis aquí? - dijo sacudiendo a los dos chicos, que se despertaron sobresaltados.

- ¿Qué hora es? - le preguntó Jimin con la voz ronca. - Nos quedamos dormidos charlando.

- Las siete menos cuarto. - respondió Jungkook riendo. - No sé cómo habéis podido dormir aquí.

Namjoom se levantó sin decir una palabra y se dirigió a la cabaña donde dormía Jin.

- Necesito mi dosis de Kim Seokjin para sobrevivir. - dijo cerrando la puerta tras él. Jimin se desperezó en la silla, crujiendo su dolorido cuello. Jungkook aprovechó y se sentó a su lado.

- Me vas a tener que dar un masaje. - advirtió el rubio. - Me he reventado el cuello.

El pelinegro lo miró con picardía.

- Yo a ti te doy lo que me pidas Jiminssi. - le dijo guiñándole el ojo. Y Jimin se echó a reír.

- ¿Lo que te pida? - le preguntó con sensualidad siguiéndole el juego. El menor asintió sin dudar. - Un café estaría bien entonces.

Jungkook bufó y se levantó de la silla. Jimin se reía a carcajadas.

- Un café será. - dijo caminando de vuelta a su cabaña para preparárselo. El rubio le agarró la muñeca y lo obligó a frenarse. Jungkook se giró y lo miró a los ojos. Se acercó lentamente y se agachó para ponerse cara a cara con él, que seguía sentado.

- No juegues con fuego Chim. - le advirtió con una sonrisa juguetona. - Te puedes quemar. - Jimin apretó la mandíbula.

- A lo mejor necesito un poquito de calor. - le dijo sin vergüenza.

Jungkook se acercó a él y lo besó. Sus lenguas juguetearon entre ellas con deseo, la boca del mayor lo volvía loco. Mordió su labio inferior con fuerza y a Jimin se le escapó un gemido. El pelinegro se separó de él observándolo con una ceja arqueada. Jimin lo miró confundido.

- Como vuelvas a hacer eso te arranco la ropa aquí mismo. - le dijo con seriedad. Jimin soltó una risa tímida. El menor le dejó un rápido beso en los labios y se dirigió a la cabaña.

La puerta de la otra se abrió y Yoongi apareció con cara de pocos amigos.

- ¡Iros a un hotel! - gritó hacia dentro cerrando la puerta de un golpe. Jimin se echó a reír.

- Buenos días hyung. - le dijo al mayor que se sentó con desgana en la silla a su lado.

- Buenos para esos dos que están ahí restregándose. - respondió Yoongi asqueado. - Parecen dos perros pegados. Esta noche duermo en la caseta de campaña.

- ¿Hay casetas de campaña? - preguntó Jimin sorprendido.

- Trajimos una por si acaso, estos dos se las dan de formales pero son los peores. - dijo señalando la cabaña tras ellos.

Jungkook apareció con dos cafés en la mano y miró confundido a Yoongi sentando junto a Jimin.

- ¡Oh gracias Jungkookie! - le dijo el mayor quitándole un café de las manos. - No me extraña que Jimin esté enamorado de ti. - Jungkook bufó y volvió a entrar en la cabaña a por otro café.

Jimin miró a Yoongi con molestia.

- ¿Qué? - preguntó con tranquilidad el mayor al sentirse observado. - ¡Tú mismo lo dijiste!

- ¡Oh hyung, cállate! - le pidió el menor rodando los ojos. Yoongi soltó una carcajada y se levantó de la silla.

- Si necesitas la caseta solo tienes que pedirla Jimin. - le dijo guiñándole un ojo mientras se alejaba por el camino de tierra.

No me sueltes [JIKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora