Jimin leía la carta una y otra vez cada vez más confundido. No entendía como la madre de Jungkook lo había encontrado, tampoco porque había aparecido de esa manera en su vida tantos años después.
- ¿Qué crees que debería hacer? - le preguntó el pelinegro. Tras el primer shock al recibir la carta la noche anterior, había conseguido calmarse.
- No lo sé, Kookie. - respondió doblando el papel y devolviéndoselo. - Entiendo que te de rabia que aparezca ahora, pero si tu corazón te pide escucharla, hazlo. - Jungkook agachó la cabeza. - Eso no significa que tengas que perdonarla.
- ¿Vendrías conmigo? - Jimin lo miró sorprendido. - Me sentiría más cómodo si estás ahí.
- Creo que es algo demasiado privado. - Jungkook hizo una mueca de molestia. - Pero puedo estar cerca si así estás más tranquilo.
- ¿Debería llamarla entonces? - el pelinegro cada vez tenía más dudas, una parte de él se negaba en rotundo a ver a esa señora, pero otra parte necesitaba respuestas.
- Piénsalo durante el día y si te decides a llamarla, hazlo mañana con tranquilidad. - le aconsejó Jimin.
Namjoon tocó la puerta y entró a la habitación.
- ¿Os apetece ir a dar una vuelta? - le preguntó a los chicos sentándose en la cama al lado del rubio.
- Claro hyung, ¿viene Jin también? - respondió el menor.
- Iba a pasar el día con Yoongi y Tae. - el pelinegro hizo una mueca de tristeza. - Solo nosotros tres, Hoseok me dijo que está con su chica aprovechando el día libre.
- ¡Vamos! - dijo Jimin levantándose de la cama. - ¿A dónde nos vas a llevar hyung?
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Los dos mayores caminaban molestos soportando las burlas y risas del menor.
- ¡Eres odioso Jungkook! - le gritó su primo girando la cara para no verlo.
- No es mi culpa que seáis tan torpes. - se burlaba el menor. Jimin le lanzó una mirada asesina.
- No vuelvo a jugar contigo a nada. - le dijo con maldad. - Mírame bien Jeon Jungkook... ¡A nada!
Namjoon se echó a reír al escuchar las palabras del rubio. El pelinegro corrió a abrazarlo y lo levantó en el aire.
- Eso no te lo crees ni tú. - le susurró mordiendo la piel de su pecho. Jimin pataleó y lo golpeó hasta que volvió a dejarlo en el suelo. Namjoon se acercó a él y le pasó el brazo por el hombro.
- Vamos a comer algo Jiminie, yo invito. - dijo riendo ignorando a su primo a conciencia. Jungkook saltó en la espalda de su primo.
- ¿A mi no me invitas hyung? - el mayor negó con la cabeza riendo. - Tendré que llamar a los tíos entonces.
El mayor soltó una carcajada y pellizcó su pierna.
- Está bien, chantajista. - respondió. - Pero tu chico elige dónde.
Jimin caminó por el centro comercial observando cada restaurante que encontraba a su alrededor.
- Ahí. - dijo señalando un bonito restaurante japonés.
Entraron y se sentaron en una mesa que encontraron libre, el camarero se acercó a ellos y tomó nota de su orden.
- ¿Ese de allí no es Kai? - preguntó Namjoon en un susurro. Los dos menores se giraron con disimulo. Jungkook observó la escena confundido.
- ¿No salía con Taemin? - Jimin se puso tenso al oír su nombre.
- No, me dijo Hoseok que ya no estaban juntos. - respondió volviendo a girarse hacia su mesa.
- Bueno, ya sabemos porqué. - dijo Namjoon soltando una carcajada. Jungkook asintió de acuerdo.
- Bien merecido se lo tiene. - el rubio arqueó una ceja al escucharlo.
- Por esa regla de tres, yo también me merezco que tú me engañes. - el menor se puso rojo de la vergüenza, no había pensado antes de hablar.
- Bueno, pero eso no va a pasar. - aseguró Namjoon riendo por la tensión absurda que se había formado. - Dime Jimin, ¿qué tal llevas los últimos meses de clase? ¿Estás preparado para selectividad?
- Eso creo hyung, espero poder optar a una buena universidad. - respondió con una sonrisa nerviosa.
- Sería genial volver a veros a ti y a Tae todos los días por los pasillos como antes. - dijo el mayor. - Aunque mereces estar en la mejor universidad de danza del país después de todo lo que has demostrado. - Jimin se encogió de hombros.
- Lo que hice no fue profesional, pude haberme lesionado y una universidad de prestigio no querrá un alumno así. - Jungkook hizo una mueca de molestia.
- No es justo. - protestó. - Eres el mejor bailarín que he visto en mi vida. - los chicos se echaron a reír.
- Ay mi pequeño Jungkookie, - le dijo su primo acariciando su pelo. - ya deberías saber que la vida no es justa.
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Observaba al rubio dormir plácidamente en su cama, adoraba tenerlo ahí con él. Se levantó con cuidado para no despertarlo y sacó de su cajón la carta de su madre para volver a leerla. Miró su reloj, eran las nueve de la mañana.
Se armó de valor y agarró su teléfono, saliendo de la habitación para no molestar a Jimin. Se encerró en el baño y se sentó en la taza del váter. Marcó el número que aparecía en la carta.
Un tono, dos, tres... Jungkook comenzaba a perder la poca esperanza que tenía. Cuatro, cinco... No había respuesta. Separó el teléfono de su oreja para colgar y escuchó una voz al otro lado de la línea.
- ¿Hola? - dijo una voz femenina. El pelinegro se quedó en silencio sin saber cómo empezar. - ¿Jungkook? ¿Eres tú? - preguntó la mujer.
- S-si... - alcanzó a responder el chico a duras penas.
- ¡Oh Jungkookie cariño! - escuchó a la mujer sollozar. - No sabes cuánto me alegra que me hayas llamado.
- ¿Podemos vernos? - preguntó con brusquedad ignorando sus palabras.
- Claro que sí, solo dime dónde y a qué hora. - respondió ella emocionada.
- Solo quiero respuestas, no se haga ilusiones. - aclaró el menor.
- Te contaré todo. - respondió la mujer con seguridad.
- Nos vemos en una hora en la puerta de su hotel. - dijo el menor antes de colgar el teléfono.
Se levantó de la taza, enjuagó su cara y salió del baño para volver a su habitación donde Jimin seguía plácidamente dormido.
- Chim chim. - lo llamó moviéndolo con cariño. El rubio abrió un ojo y lo miró.
- ¿Qué pasa? - preguntó preocupado.
- Voy a verla. - respondió con seguridad. El mayor se despertó de golpe y se sentó en la cama frotándose los ojos. - ¿Me esperarás aquí?
Jimin se acercó a él, acunó su cara entre sus manos y lo besó con ternura.
- Aquí estaré.
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No me sueltes [JIKOOK]
Fiksi PenggemarLa vida separó a Jimin y Jungkook, después de una infancia llena de cariño y amistad. Años después, ella misma se encargó de volver a unirlos. Pero nunca vuelve quién se fue, aunque regrese. ¿Podrían mantener la amistad que construyeron en un pasado...