Las Navidades ese año no fueron lo que Jimin esperaba, pero se sentía más agradecido que nunca de tener cerca a su familia y amigos.
Yoongi aún seguía ingresado sanando sus heridas y asistiendo a rehabilitación para recuperarse de las secuelas del accidente, Taehyung pasaba con él todas las horas que los doctores le permitían.
- ¿Qué vamos a hacer mañana por tu cumpleaños? - le preguntó a su amigo mientras caminaban hacia la salida del hospital.
- Sinceramente no me apetece hacer nada sabiendo que Yoon aún está ahí encerrado. - respondió con tristeza. - Prefiero que lo dejemos para otro momento.
- No podrás evitar que al menos te compre una tarta y soples tus velitas. - Taehyung rodó los ojos.
- Está bien, pero nada de celebraciones. - le pidió al rubio.
Sin duda no era lo que había imaginado para el cumpleaños de su amigo. Se merecía una fiesta enorme, por todo lo alto, algo al menos tan genial como lo que le habían hecho a él por su cumpleaños. Pero entendía su postura y la respetaría.
Volvían a casa en bus después de visitar al mayor en el hospital durante toda la tarde.
- ¿Os quedaréis mucho más en casa de Namjoon hyung? - Taehyung lo miró divertido.
- No me digas que ya te has cansado de Jungkookie. - respondió, y Jimin negó con la cabeza.
- No es eso, es que desde el accidente está exageradamente sobreprotector conmigo. - el castaño soltó una carcajada. - Solo quiere abrazarme todo el tiempo.
- ¿Cuanto tiempo lleváis sin...? - hizo un gesto obsceno con la mano.
- Desde que me hice el esguince hasta ahora solo lo hemos hecho una vez. - confesó en voz baja. Taehyung lo miró horrorizado.
- Jimin, de eso hace más de un mes. - el rubio se dejó caer en el respaldo de su asiento. - ¿No te duelen los huevos?
- Hemos hecho cosas, pero nunca llegamos a rematar. - dijo con decepción. - Cuando las cosas empiezan a calentarse se limita a abrazarme y darme besos en la frente.
- ¿Por qué no haces algo que despierte sus ganas? - preguntó. Su amigo lo miró con curiosidad.
- ¿Algo como qué? - Taehyung sonrió con picardía.
- Vamos a mi casa, tengo algo para ti.
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Trataba de controlar sus nervios mientras cenaba con su familia, pero le resultaba complicado sabiendo lo que pensaba hacer en cuanto se encerrara en su habitación. Jungkook por su parte, cenaba feliz ajeno a todo.
La idea de Taehyung no le había parecido tan descabellada, pero cuando sacó 'eso' se murió de vergüenza. - Hazme caso Jimin, le va a encantar. - repitió el castaño una y otra vez, y no lo dudaba, pero no sabía si se sentiría lo suficientemente cómodo con su cuerpo.
- Voy a lavarme los dientes y a ponerme el pijama. - le dijo a Jungkook agarrando también con disimulo la bolsa que traía de casa de Tae.
Se miraba al espejo analizándose centímetro a centímetro. La verdad es que no se veía tan mal como había pensado, pero aún así le seguía dando muchísima vergüenza. Se puso el pijama encima y volvió a su habitación, donde el menor lo esperaba ya metido en la cama.
- ¿No vienes? - le preguntó mirándolo extrañado al ver que no se movía de la puerta. Jimin tragó saliva y se acercó a él.
- Ven. - le dijo señalando el borde de la cama. - Siéntate aquí. - Jungkook obedeció en silencio.
Se sentó sobre su regazo a horcajadas y sujeto con fuerza las muñecas del pelinegro atándolas en su espalda con una pequeña correa negra. El menor se dejaba hacer sin decir una palabra.
Cuándo se aseguró de que estaba bien amarrado y no podría tocarlo, comenzó a quitarse la ropa despacio, empezando por los pantalones. Jungkook observaba con los ojos como platos los diminutos slips negros que el rubio llevaba puestos.
- ¿De dónde has...? - Jimin puso un dedo sobre sus labios mandándolo a callar y se giró frente a él para dejarlo observar la parte trasera donde una fina tira negra era lo único que "cubría" su trasero. El primer instinto de Jungkook fue agarrarlo, pero las correas se lo impedían, frustrándolo.
- ¿Te gusta? - le preguntó contoneándose frente a él con sensualidad. El menor parecía que iba a explotar en cualquier momento, tratando de desatarse.
- No sé que estás haciendo, ni de dónde has sacado eso pero me estás poniendo muy mal. - Jimin sonrió satisfecho observando el creciente bulto en su pantalón.
Volvió a girarse para estar frente a él y se sacó la parte de arriba del pijama. La cara del menor se desencajó por completo observando como las tiras de un arnés de cuero negro abrazaban su pecho y sus abdominales, unidas unas a otras por anillas metálicas.
- ¿Quieres matarme? - preguntó el menor tragando saliva. - ¿He hecho algo y por eso me la estás pagando?
- Esto es por todo lo que no has hecho. - respondió Jimin riendo. Jungkook lo miró con una ceja arqueada.
- Te vas a enterar cuando me sueltes las manos. - amenazó el pelinegro. El mayor se acercó a él divertido y se subió en su regazo a horcajadas. La fina tela de su slip le permitía sentir la erección de Jungkook bajo la suya con facilidad
- Levantate, quiero quitarte esto. - pidió Jimin desesperado, el menor obedeció al instante dejando que se deshiciera de su pijama.
Volvió a acomodarse encima de Jungkook, ahora completamente desnudo, y comenzó a besarlo. El menor jugaba con su lengua y mordía sus labios desesperado, suplicando una y otra vez que lo dejara soltarse porque necesitaba tocarlo.
- Hoy mando yo. - susurró Jimin riendo dejando besos por su cuello y sus clavículas. Apartó sus slips hacia un lado y liberó su erecto miembro. Jungkook se relamió observando la escena.
Unió su erección con la del menor y comenzó a masturbarlos a los dos a la vez con suavidad. Subía y bajaba con ambas manos haciéndolos rozar entre ellos. El pelinegro se mordía con fuerza los labios para no gemir.
- Jiminssi. - dijo en tono suplicante sin apartar la vista de sus miembros friccionando.
- ¿Hmm? - el mayor comenzó a acelerar el ritmo de sus manos.
- Quiero que me lo hagas tú hoy. - Jimin lo miró con una sonrisa perversa. - Pero por favor desátame, necesito tocarte.
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No me sueltes [JIKOOK]
FanfictionLa vida separó a Jimin y Jungkook, después de una infancia llena de cariño y amistad. Años después, ella misma se encargó de volver a unirlos. Pero nunca vuelve quién se fue, aunque regrese. ¿Podrían mantener la amistad que construyeron en un pasado...