La vida de Yoongi nunca fue fácil, pero sus padres siempre lucharon por sacarlo adelante. Los veía partirse la espalda trabajando por sueldos pésimos que apenas les daba para vivir.
Nunca tuvo lujos, ni caprichos, a veces ni siquiera tenía ropa decente que ponerse o un buen plato de comida que llevarse a la boca, pero jamás se quejó. Aceptó lo que le tocó vivir y se prometió que cuando fuera mayor lucharía por ayudar a sus padres.
La vida lo golpeó una y otra vez, incluso arrebatándole a su madre, pero nunca le consiguió quitar las ganas de salir adelante. Era un luchador nato y cualquiera que se molestara en conocerlo, en ver más allá de sus sarcasmos y sus caras de asco, caía rendido a sus pies.
Verlo postrado en una cama, lleno de heridas, moratones y vendas, al borde de la muerte, se hacía difícil para todos sus amigos, pero para uno de ellos en especial.
'Yoongi y Jin se conocieron una tarde de invierno casi 13 años atrás, cuando el mayor paseaba tranquilo con su bicicleta por el parque y unos niños mayores lo increparon.
- ¿Por qué vas vestido de rosa? Mariquita. - le dijo uno de ellos empujándolo y haciéndolo caer de la bici.
- El rosa no es de niñas, es solo un color. - respondió Jin tratando de levantarse del suelo con los ojos llenos de lágrimas y rabia. Apretó los ojos al ver el puño de otro de los chicos dirigirse a su cara, pero el golpe nunca llegó.
- ¿Estás bien? - le preguntó un chico bajito y pálido. Jin asintió con la cabeza aún asustado. El chico se giró para irse.
- ¡Eh espera! - gritó. - ¿Cómo te llamas? - el pálido se dio la vuelta.
- Yoongi. - respondió. - ¿Tu eres hijo de los Kim, verdad? - el mayor asintió con la cabeza. - Mi madre solía trabajar para tu familia antes de...
- ¡Oh, lo siento mucho! - dijo Jin apurado. El menor se encogió de hombros. - Me llamo Jin.
- Te queda muy bien el rosa, Jin. - el mayor sonrió avergonzado. - No dejes de usarlo por lo que digan los demás. - se giró sobre sus propios talones y echó a andar.'
No sabían cuando despertaría, ni siquiera si lograría hacerlo y cuáles podrían ser las secuelas. Cuanto más tiempo pasara, más grave sería. Taehyung se pasaba el día sedado, cada vez que recuperaba los sentidos trataba de salir corriendo de la habitación, entraba en pánico, gritaba y pataleaba porque quería ver a Yoongi.
La señora Kim llegó a la mañana siguiente, también los padres de Jimin pasaron por el hospital ese día.
Taehyung pudo contarles a duras penas lo que había pasado: iba haciendo tonterías en el coche haciendo reír a Yoongi, apenas estaban pasando la pizzeria cuando en un cruce el coche que venía por la izquierda se saltó un stop y el mayor, por prestarle atención a él, no se dio cuenta.
Se llevó casi todo el impacto del otro vehículo, además de que por un fallo del coche, el airbag no saltó, así que se golpeó con fuerza la cabeza contra la ventana y el volante.
Perdió la consciencia poco después al ver el cuerpo inconsciente de Yoongi sangrando.
Por suerte él se encontraba bien y solo se había roto un par de huesos del brazo, nada que tiempo y reposo no pudieran solucionar.
- ¿Cuándo podré verlo? - preguntó con tristeza a su hermano mayor.
- Tae, debes relajarte primero. Llevas dos días sedado casi todo el tiempo por lo mismo. - explicó. - No podemos permitir que te pase algo a ti también, entiéndelo.
- Pero necesito que sepa que estoy con él. - respondió el castaño con un nudo en la garganta.
- ¿Crees que el se sentiría bien sabiendo cómo te pones? - preguntó. El menor negó con la cabeza. - Cuando te recuperes y te sientas con fuerzas, te llevaremos a verlo. Estoy seguro de que él te quiere a su lado, pero te quiere bien, no volviéndote loco.
Taehyung se quedó en silencio aguantando sus lágrimas, quería demostrarle a su hermano que era capaz de controlar su pánico. Jimin lo observaba con tristeza desde el sillón, sentía impotencia de ver a su amigo así y no poder hacer nada por él.
Jin salió de la habitación en busca de su madre, que había bajado con Namjoon a la cafetería, y dejó a los dos amigos solos.
- ¿Se va a morir? - le preguntó el castaño con los ojos llenos de lágrimas. Jimin se levantó y se sentó en la cama junto a él.
- Claro que no Tete. - respondió con seguridad acariciando su pelo. - Sabes lo duro que es, seguro está cogiendo fuerzas para volver con nosotros con más ganas.
Las lágrimas del menor rodaban por sus mejillas, pero él trataba de no hacer ruido al llorar.
- Llora si necesitas hacerlo - le dijo Jimin con cariño. - Pero no te vuelvas loco pensando en cosas que ni siquiera han pasado.
Taehyung se giró acurrucándose a él y dejó que sus lágrimas y sus sollozos salieran con libertad.
- Todo ha sido mi culpa. - Jimin lo miró confundido. - Yo hice que se desconcentrara.
- Tú no tuviste la culpa de que el otro conductor no cumpliera las normas, Taehyung. - respondió con seriedad. - Tú solo hiciste reír a Yoongi, como haces siempre con él y con todos. - el menor se quedó en silencio apoyado en su pecho. - Hasta Jin dice que nunca lo vio tan feliz como lo está desde que sale contigo. ¿Cómo puedes culparte por hacer feliz a una persona?
- ¿Crees que me quiere de verdad? - preguntó el castaño secándose las lágrimas. Jimin soltó una carcajada.
- Su padre nos dijo que se pasa el día hablando de ti y que... - el rubio se quedó callado y su amigo lo miró confundido. - Prométeme que no vas a decir nada de esto.
- Te lo prometo Minie, dime qué te dijo el señor Yoonjun. - suplicó Taehyung.
- Dice que se pasa horas en su estudio escribiendo canciones, que un día se animó a enseñarle un par que había escrito. - el castaño hizo una mueca de confusión.
- Ya sé que se pasa el día escribiendo, quiere ser productor, por eso estudia música. - respondió con obviedad.
- Tiene un cuaderno lleno de canciones escritas para ti. - dijo Jimin con una sonrisa. - Y la primera es de hace más de un año.
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No me sueltes [JIKOOK]
FanficLa vida separó a Jimin y Jungkook, después de una infancia llena de cariño y amistad. Años después, ella misma se encargó de volver a unirlos. Pero nunca vuelve quién se fue, aunque regrese. ¿Podrían mantener la amistad que construyeron en un pasado...