CAPÍTULO 90: Libre

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- Voy al baño antes de entrar a clase, nos vemos a la salida. - le dijo al rubio despidiéndose de él.

Caminó entre la gente hasta llegar a la puerta que buscaba. Entró y cerró tras él, dejándose caer sobre la pared con los ojos cerrados. Unos sollozos provenientes de uno de los cubículos lo sobresaltaron.

- ¿Hola? - preguntó acercándose con cautela. De repente el ruido cesó.

- ¿Jungkook? - dijo una voz que el pelinegro conocía muy bien.

La puerta del cubículo más alejado se abrió y dejó ver a un derrotado Taehyung, sentado sobre la taza del váter. El menor se acercó a él.

- Oye, cálmate hyung. - le pidió agachándose para estar a su altura.

- Lo siento, debería ser yo quien te consuele a ti. - se disculpó el castaño secándose las lágrimas.

- No, hyung. Tú quieres tanto a Jimin como yo, aunque sean amores diferentes. Así que los dos merecemos el mismo consuelo.

Taehyung lo abrazó y rompió a llorar de nuevo.

- Sé que es una gran oportunidad para él. - dijo entre lágrimas. - Pero no quiero que se vaya, él es... Él y Jin son toda la familia que tengo.

- Te entiendo Tete, me siento igual de solo que tú muchas veces en la vida. - confesó el menor. - Pero no lo estamos, tenemos a los chicos y nos tenemos el uno al otro.

- Lo sé.

- Superaremos esto, ¿vale? - le aseguró. - Además, él volverá.

Taehyung se secó las lágrimas y suspiró con fuerza saliendo del cubículo, el pelinegro lo siguió.

- ¿Crees que podréis seguir con la relación a distancia? - preguntó mojándose la cara. El menor se encogió de hombros.

- No lo sé, quizás él conozca allí a alguien más, o quizás simplemente se olvide de mi. - respondió con tristeza.

- O quizás eso te pase a ti. - Jungkook soltó una débil carcajada.

- Bueno, la probabilidad existe, pero no lo creo. - dijo con sinceridad. - Dudo que alguien pueda hacerme sentir como lo hace él.

- ¿Y si se pasa cuatro años allí? ¿Qué harás? - preguntó. El menor suspiró.

- Ni siquiera sé cómo seguir ahora hyung, no me preguntes eso. Lo único que sé es que me muero de ganas de suplicarle que no se vaya. - respondió con sinceridad.

- ¿No lo harás? - Jungkook negó con la cabeza.

- Nunca pondría mi felicidad por delante de la suya. Lo animaré a que se vaya, me tragaré las lágrimas. Mentiré y le diré que ya no lo amo si es necesario. - aseguró. - Su destino es ser un gran bailarín y no seré yo quien lo estropee.

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Entró al aula esperando encontrar a Taehyung en su sitio, pero no estaba. Sin embargo sus cosas seguían tal y como las había dejado antes de salir al descanso.

- ¿Dónde está el alumno Kim? - le preguntó el profesor al observar el espacio vacío a su lado.

- Se encontraba indispuesto señor, ha tenido que salir. - mintió Jimin encubriéndolo.

Esperaba que su amigo entrara por la puerta en cualquier momento, pero no fue así. Sacó su teléfono a escondidas y le escribió un mensaje, pero no hubo respuesta.

- Señor, ¿puedo ir a ver si Taehyung se encuentra bien? - preguntó el rubio acercándose a la mesa del profesor.

- No tarde Park. - Jimin asintió e hizo una reverencia antes de salir apurado del aula.

Caminó por el pasillo dirigiéndose al baño de chicos, su intuición le decía que estaría ahí. Al llegar escuchó la voz de su amigo proveniente del interior. Se disponía a abrir la puerta cuando escuchó a alguien más y se detuvo.

- Bueno, la probabilidad existe, pero no lo creo. Dudo que alguien pueda hacerme sentir como lo hace él. - Jimin no pudo evitar sonreír al escucharlo.

- ¿Y si se pasa cuatro años allí? ¿Qué harás?

- Ni siquiera sé cómo seguir ahora hyung, no me preguntes eso. Lo único que sé es que me muero de ganas de suplicarle que no se vaya. - el nudo en la garganta volvió a aparecer.

- ¿No lo harás?

- Nunca pondría mi felicidad por delante de la suya. Lo animaré a que se vaya, me tragaré las lágrimas. Mentiré y le diré que ya no lo amo si es necesario. Su destino es ser un gran bailarín y no seré yo quien lo estropee. - Jimin sentía las lágrimas rodar por sus mejillas. Le dolía en el alma saber que Jungkook no estaba ni la mitad de bien que aparentaba.

- ¿Y si su destino también es estar contigo?

- Entonces encontraremos la manera de estar juntos. Ahora vamos a clase, debe estar preocupado por ti.

Jimin se despegó de la puerta sin hacer ruido y caminó con rapidez en dirección al jardín principal, no quería que los chicos supieran que los había estado escuchando. Caminó rodeando el edificio hasta encontrar un lugar escondido y solitario. Se sentó bajo un árbol y dejó caer la cabeza en el tronco.

- ¿Estaré haciendo lo correcto? - se preguntó a sí mismo en voz baja.

Le había costado tomar la decisión, pero estando en Seúl entendió que igual que Jungkook estaba empezando a construir su vida, él quería construir la suya. Se sentía egoísta por ponerse a él primero, pero no podía desaprovechar una oportunidad por la que había luchado durante años.

El baile fue su vía de escape, su ancla en muchas ocasiones en las que se sentía ahogar. Se juró a si mismo que lograría llegar a lo más alto, que pelearía por conseguirlo, pero nunca contó con que el amor se cruzaría en su camino de esa manera.

¿Debía tirar su carrera y sus sueños a la borda a los dieciocho años por un amor? Definitivamente no.

Aunque pasara la vida junto a Jungkook, jamás se perdonaría no haber perseguido su sueño y sabía que tarde o temprano lo culparía a él. Y no quería eso.

Tendría que soportar la distancia, la ausencia. Tendría que aguantarse si algún día Jungkook encontraba a otra persona. No tenía derecho a pedirle que lo esperara, igual que él no le pediría nunca que se quedara.

Porque no, el amor no es así. El amor no te coarta, el amor tiene que hacerte sentir libre. Y como bien le dijo Namjoon días atrás:

Si él te quiere y tú lo quieres, si de verdad vuestro amor es tan fuerte, ni el tiempo, ni la distancia podrán con él.

No me sueltes [JIKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora