CAPÍTULO 99: Busán

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Volver a caminar por las calles de su ciudad al lado de Jimin era un sueño. Recorrieron todos los lugares que marcaron su infancia, recordando a cada paso los momentos que habían vivido juntos.

- ¿Dónde conociste a Jiminie oppa, Jungkookie? - le preguntó la pequeña que se agarraba con fuerza a su mano. El rubio sonrió al escucharla.

- Lo conocí en mi primer día de colegio, yo tenía la misma edad que tú. - explicó el menor. Yejin abrió los ojos sorprendida.

- ¡Pero eso debe ser hace mucho! - dijo mirándolos a los dos. - ¿Sois novios desde entonces? - Jimin soltó una carcajada.

- Fuimos amigos muchos años, luego Jungkook tuvo que irse y no nos vimos en un tiempo. - le explicó. - Pero el año pasado nos volvimos a encontrar.

- ¿Y ahí os hicisteis novios? - el mayor asintió con la cabeza. - Eso es bonito. - respondió ella con ternura.

- ¿Ves este anillo? - preguntó Jimin sacándose la cadena de debajo de la ropa. - Me lo dio tu hermano antes de irse, para que siempre me acordara de él. - la pequeña miró a su hermano emocionada.

- ¡Entonces tú ya estabas enamorado de Jiminie oppa! - Jungkook se echó a reír.

- Increíble que hasta una niña de seis años se diera cuenta antes que nosotros. - pensó.

...

Pasearon por Busán todo el día, incluso volvieron a almorzar en el mismo sitio al que el señor Jeon los llevaba de pequeños en sus días libres.

Para Jungkook era duro volver a todos esos lugares donde guardaba tantos recuerdos, pero a la vez reconfortante por tener a Jimin a su lado y a la pequeña Yejin que escuchaba entusiasmada cada historia que los dos chicos le contaban.

...

- ¿Lo habéis pasado bien? - les preguntó la señora Bae cuando volvieron a casa, entrada la tarde. Los tres chicos asintieron con la cabeza.

- ¡Jungkookie me ha llevado a los sitios donde iba con Jiminie oppa cuando eran pequeños! - respondió la menor emocionada.

- Vaya, ¡eso debe haber sido genial! - la pequeña volvió a asentir con fuerza.

- ¿Dónde está Sangwoo? - preguntó el pelinegro extrañado al no ver a su hermanito cómo siempre, pegado a su madre.

- En el salón, se quedó dormido jugando. - dijo la mujer riendo. - Ve a despertarlo, seguro que se pone muy feliz.

Jungkook caminó seguido de Jimin en busca de su hermanito pequeño, mientras que su hermana se dirigió a la cocina con su madre contándole historias de lo que habían hecho durante el día.

El rubio se sentó en uno de los sillones y observó a Jungkook, que despertaba a su hermano con toda la ternura del mundo. El pequeño se aferró a su cuello en cuanto abrió los ojos y Jimin no pudo sentir más que felicidad al verlos.

Sabía que su chico se sentía a gusto con ellos, que había encontrado su sitio en la familia y eso le alegraba. Además el pelinegro era realmente bueno con los niños y cada vez que lo veía interactuar con ellos no podía evitar soñar despierto un poco.

- ¿Y si algún día nosotros tuviéramos un bebé propio? - pensó emocionado al verlo acariciar la cabecita de Sangwoo, que se dejaba caer en el pecho de su hermano, aún medio dormido.

- ¿Por qué nos miras así? - preguntó Jungkook con diversión al ver su cara. Jimin se puso serio al instante.

- Por nada. - le respondió fingiendo indiferencia. - Eres un buen hermano.

- ¿Crees que sería un buen padre? - el rubio abrió los ojos sorprendido. ¿Acaso ahora también sabía leer mentes?

- Puede ser, no lo he pensado. - mintió. El pelinegro soltó una carcajada.

- Algún día lo comprobaremos. - le respondió guiñándole un ojo. Jimin comenzó a ponerse rojo.

- Voy a ver si tu madre necesita ayuda. - dijo levantándose apurado para salir del salón.

....

Aprovecharon la semana en Busán lo máximo que pudieron, pasearon y jugaron mucho con los pequeños, también hablaron con Suna sobre sus vidas y les contaron sobre el futuro próximo. Pero sobre todo, pasaron mucho tiempo juntos, disfrutando el uno del otro.

Aunque se le hizo enormemente difícil controlar las hormonas, especialmente por las noches cuando compartían cama. A veces las cosas comenzaban a descontrolarse un poco y uno de los dos tenía que ser fuerte para frenar.

Habían decidido no hacer nada durante la estancia en casa de los Bae. Aunque parecían bastante respetuosos tampoco era necesario darles una clase de sexo gay, mucho menos a los niños que se dormían y despertaban en cualquier momento.

- ¿Mañana te quedas a dormir en mi casa, verdad? - le suplicó el pelinegro susurrándole al oído. Jimin rió bajito.

- Kook, llevo una semana fuera de casa, no puedo llegar y volver a irme. - el menor mordió con suavidad su oreja.

- Entonces iré yo a la tuya. - respondió con una sonrisa.

- ¿En que momento se te quitó la vergüenza de follar en casa de mis padres? - le preguntó fingiendo molestia. Jungkook lo miró confundido.

- ¿Por qué dices eso? - Jimin trataba de aguantarse la risa

- Ya no te importa que entre alguien de mi familia y nos pille. - siguió diciendo mientras sentía como el pelinegro comenzaba a ponerse nervioso.

- Eso no es verdad Jimin, es solo que tu familia es muy abierta de mente y sé que no nos juzgarán. - respondió abrumado. - Yo no quiero pensar que pasaría si nos pillan aquí... - el rubio no aguantó más y soltó una carcajada, Jungkook lo miró aún más confundido.

- Me estaba burlando de ti. - le confesó entre risas. El menor se apartó de él y se giró dándole la espalda. - ¡Jungkook!

- ¡Mañana no voy a dormir contigo! - dijo molesto. - Te va a tocar hacértelo solo.

Jimin se acercó a él por la espalda pegándose a su cuerpo. El pelinegro trataba con todas sus fuerzas de no girarse.

- ¿Seguro que me vas a dejar solito? - le preguntó en el oído. Jungkook asintió con la cabeza. - Yo que pensaba que tenías ganas...

El menor se quedó en silencio y Jimin empezó a alejarse de él.

- ¿Qué haces? - dijo aún más molesto agarrándolo de la cintura para que volviera a pegarse a él.

- Alejarme, si no tienes ganas. - respondió haciéndose el ofendido. El pelinegro se giró y se puso frente a él.

- Llevo una semana con un dolor increíble porque cada vez que te miro se me pone dura y no puedo tocarte. - le dijo sin vergüenza. - ¿Cómo te atreves a decir que no tengo ganas? - el mayor se encogió de hombros.

- No lo sé, no lo parece ya. - mintió para ver su reacción. Jungkook pellizco su abdomen.

- Mañana volvemos a casa y te vas a enterar. - lo amenazó. - Te voy a exprimir tanto lo que queda de verano, que no vas a tener ganas de hacer nada en toda tu estancia en Nueva York. - Jimin no pudo evitar soltar una carcajada.

- Entonces tendré yo que hacer lo mismo contigo, ¿no? - el pelinegro lo miró fijamente arqueando una ceja.

- Que empiece el juego entonces.

No me sueltes [JIKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora