Capitulo 31

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Iba corriendo por los pasillos con el diario en la mano. Le preguntaba a todos si habían visto a Draco, pero nadie sabía nada de él. Pregunté a los chicos y ninguno lo había visto en las últimas horas. Comencé a preocuparme.

Busqué en el gran comedor, en la biblioteca, en las mazmorras, en el patio y en cada salón que se atravesaba, pero no logré encontrarlo.
Cerré los ojos, respiré profundo y traté de concentrarme. Una imagen se me vino a la mente, pero se fue en seguida; aún así logré captarla. Era el baño de las chicas.

Corrí hacia allá y cuando me acerqué escuché unas voces. Una de ellas era su voz. Luego lo vi a él. Volteó rápidamente dejándome ver sus ojos tristes e hinchados.

—¿Con quién hablabas?— pregunté confundida desde lejos.

—Hablaba con My... con nadie...

—¿Con quién?

—No importa... ya se fue— dijo mirando hacia un lado y luego regresando su mirada hacia mi.

Me acerqué a él. No podía negar que me sentía molesta aún, pero era tanta mi felicidad de haber encontrado la nota, que una parte de mi orgullo se esfumó por un momento.

—Tengo que hablar contigo

—¿De qué?— preguntó nervioso.

—Es importante.

—Escucha, si es por lo qué pasó allá...— dijo con un poco de desesperación.

—No, no... no es nada de eso...— aún seria, le di el diario y él lo tomó confundido —Léelo—

Comenzó a leerlo. Yo lo miraba mientras no se daba cuenta. Me encantaba hacer eso. Su piel perfecta, su cabello suave, sus cejas fruncidas cuando se concentraba y cuando apretaba la mandíbula inconscientemente eran, sin duda, lo que más me gustaba ver.

—No entiendo, ¿esto qué tiene que ver?— me miró confundido señalando el diario.

—Diecinueve muggles... y un mago... Este collar ha matado a todas estas personas simplemente con el tacto...

—¿Te refieres a....

—¡Si!

—Pero ¿qué nos garantiza que esto nos va a ayudar?

—No perdemos nada intentándolo.

—¿Y como lo conseguimos?

—Ahí dice que actualmente se encuentra en Borgin & Burkes... Podemos ir y escabullirnos en una de nuestras salidas a Hogsmeade...

—Lo compramos, y...

—Lo traemos a Hogwarts.

—¿Y si nos hace daño a nosotros?

—Tendremos que ser muy cuidadosos. Y tenemos que investigar un poco más acerca del collar... Si es que funciona como creo, podríamos "obsequiarlo" al profesor Dumbledore...

—Pero sabrían que fuimos nosotros...

—Entonces tendrá que ser de manera indirecta... Podríamos hacer que alguien se la obsequie, o que alguien mande el regalo sin decirle quien lo manda. Algo se nos ocurrirá, pero primero tenemos que enfocarnos en el collar, tenemos que conseguirlo, y si todo va como espero que vaya, no nos causará ningún problema. Mientras, yo investigaré acerca del collar y tú conseguirás el dinero para comprarlo, aunque seguro ya lo tienes, y no tengo ni idea de cuánto cueste, no creo que demasiado, ¿o si?

Continué hablando, hablando y hablando. Draco sólo me miraba a los ojos. Algunas veces creía que ni siquiera estaba escuchándome, pero yo seguía contándole todo el plan que había formulado.

—Entonces... ¿qué opinas?— lo miré a los ojos.

Me miró con alivio, y segundos después, sin decir nada, se abalanzó sobre mi. Claro que me sorprendí, pero lo abracé de regreso.

—¿Qué pasa?— pregunté confundida.

—Perdón— dijo genuinamente —Perdóname por lo que te dije... por cómo te llamé... Lo siento ¿si? Es solo qué hay tantas cosas pasando por mi cabeza...—

—Sh...— acaricié su cabeza —...Lo sé... No te preocupes... Pasado pisado, ¿si? Yo solo quiero que tú estés bien—

—No eres un peso para mi ni para nadie, al contrario. Me has ayudado mucho más que cualquier otra persona, has estado ahí para mi todo el tiempo, pero yo soy un maldito malagradeci...— Iba a continuar pero lo callé con un beso.

Luego, lo tomé de la cabeza y lo pegué más a mi. Él pasó sus manos por mi cintura, y luego por mi espalda baja hasta llegar a mis glúteos y los apretó ligeramente. Enredé mis brazos en su cuello y luego me cargó hasta sentarme en un lavabo. Empezó a dejar besos en todo mi cuello y luego succionó hasta dejar chupetones. Solté un pequeño gemido que hizo reír a alguien. En ese momento, Draco y yo paramos inmediatamente y volteamos a uno de los cubículos del que venía la risa.

—Lo olvidaba... Myrtle está aquí— dijo Draco un poco molesto.

Myrtle salió del cubículo y nos miró a los dos con una sonrisa enorme, pero no era una sonrisa que transmitía paz, era todo lo contrario.

—¡Muak! ¡Muak! ¿Qué hubiera sucedido si yo no me hubiera reído?— se rió Myrtle —¡Vaya, Malfoy! ¡Te ves tan feliz que casi me olvido de lo triste que estabas hace unos minutos!

—Vámonos— dijo Draco molesto. Me tomó de la mano y me ayudó a bajar del lavabo.

—¿Van a continuar en su habitación?— se burló Myrtle —¡Besitos, Besitos! ¡Aahh!—

Me reí de la vergüenza que acabábamos de pasar; pero también me daba risa que a Draco le molestara.

Salimos del baño rápidamente y caminamos hacia la sala común, mientras yo me reía.

—¿Qué te parece tan gracioso?— preguntó Draco fingiendo seriedad mientras una pequeña sonrisa salía de su boca.

—¡Debiste ver tu cara!— me reí.

—Sigo sin encontrar la gracia.

—Al menos ahora podremos decir "recuerdas cuando Myrtle nos espió mientras estábamos en el baño?"— dije y comencé a reírme haciendo que Malfoy me mirara de reojo, con su mirada arrogante, pero riéndose.

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