Capitulo 31 🔞

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Theodore's POV

Atenea se dio la vuelta y se sentó en mis piernas, cosa que me sorprendió un poco, pues a ella no le encantaba invadir el espacio personal.

—¿Qué pasa?— pregunté ligeramente preocupado.

—Nada. Te quiero— dijo abrazándome.

—¿Por qué estás tan cariñosa?— acepté su abrazo y me reí.

—Te quiero mucho— dijo nuevamente. Le di un beso en la mejilla y ella me respondió con otro en los labios.

Con mis piernas empujé la silla hacia atrás para que Atenea no chocara con el escritorio y tuviéramos más espacio.
Nos separamos un momento, pero Atenea volvió a juntar nuestros labios en un beso más intenso.
Atenea se giró hasta que su pecho quedó frente al mío, y aún sentada en mis piernas, en bóxers y con sus piernas alrededor de mis muslos, continuó con el beso.

En ese momento lo sentí. Sentí algo como un escalofrío, pero no uno feo. Mi piel se erizó y sentía algo en el estómago, y ese algo, bajó rápidamente a mi zona pélvica. Traté de ocultarlo y que Atenea no se diera cuenta, pero el final si lo hizo, y me miró con una sonrisa no tan inocente como la anterior.

Atenea volvió a besarme y luego empezó a dejar besos en mi cuello. Frotó sus ingles sobre mi pelvis y sus pechos contra el mío. Mi respiración comenzaba a acelerarse.

Estuve esperando este momento tanto tiempo, pero no me atrevía a pedírselo. Prefería que ella tomara la iniciativa, y así fue.

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Atenea's POV

En cuanto sentí un bulto entre mis piernas supe lo que estaba pasando. Vi que Theodore trataba de contenerse, y me causaba cierta ternura ver este lado de él que nunca había conocido, pero más que ternura me daba curiosidad. Además, algo me decía que este era el momento.

Traté de ambientarlo un poco más besando su cuello y provocándolo un poco más. Debo decir que fue un éxito.
Mientras nos besábamos, él bajó sus manos a mis glúteos y me pegó más a él. Llegó un punto en el que sentí su erección ahí abajo, lo cual hizo que mi corazón comenzara a latir más rápido y que quisiera más de eso. Entre el beso, mordí su labio antes de separarnos, y cuando lo hicimos, aproveché para quitarme la blusa, él me ayudó con eso y luego pasó sus manos delicadamente por mi cintura y volvió a pegarme a él para continuar con el beso.
Aún besándonos, comencé a desabotonar su camisa y él se la quitó rápidamente.

Nuestros cuerpos casi desnudos de movían al compás de nuestros latidos mientras sus labios pasaban por mi cuello hasta llegar a mi clavícula. Yo quería más, y él también lo hacía, ¿Qué era lo que estábamos esperando?

—Theodore— dije en su oído y él respondió con un sonido sin dejar de besar mi pecho. Tomé su cara con mis manos y lo miré a los ojos —Quiero hacerlo—

Theodore me miró sorprendido pero con una sonrisa. Segundos después, se levantó de la silla, cargándome, y se dirigió a la cama. Me acostó cuidadosamente, y se quitó el pantalón rápidamente para luego regresar conmigo. Se puso sobre mi, me miró con una sonrisa y habló.

—Yo también— dijo para después pasar una mano por mi espalda y desabrochar mi sostén. Me deshice de él rápidamente, y segundos después, Theodore estaba besando mis pechos. Comenzó con besos y luego con pequeñas succiones que llegaron hasta mis pezones. Gemí mientras me mordía el labio y él continuó.

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