Capitulo 4

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Llegamos al salón de té. Buscamos una mesa para dos personas y nos sentamos. El lugar era bastante lindo, muy acogedor y al mismo tiempo elegante. Lo habían remodelado y había quedado excelente.

—Se ve bien, ¿no?— preguntó Theodore al verme que estaba observando cada sitio del lugar.

—Si, es muy agradable. Tenía mucho que no venía aquí.

—Lo sé. La última vez que venimos este lugar daba más miedo que la casa de los gritos— reí —Pero, cuéntame ¿cómo has estado? ¿qué tal te ha ido? Por cierto, ¿cómo la pasaste ayer?— volví a reír por la cantidad de preguntas que hacía y lo emocionado que estaba.

—Bueno, pues yo he estado bien. Últimamente las cosas habían estado muy bien en Baie-Saint-Paul...—

—Perdona, ¿en dónde?— me interrumpió.

—Oh, Baie-Saint-Paul. Es un pequeño pueblo en Quebec, Canadá. Muy lindo por cierto.

—¡¿Entonces te fuiste hasta Canadá?!— preguntó sorprendido y yo reí mientras asentía.

Le conté lo que había pasado en los últimos años de mi vida, pero nada era demasiado interesante, aunque él decía que si lo era y me pedía que le contara cada detalle de cada cosa. Estaba muy sorprendido acerca de la convivencia magos-muggles que se vivía en aquel lugar y yo solo reía por los gestos de sorpresa que hacía.

—Así es... Ahora tú cuéntame qué ha pasado aquí— cambié de tema.

—Bueno, muchas cosas en realidad. Todo ha cambiado bastante. La gente apenas está volviendo a la normalidad. Fueron tiempos muy difíciles. Algunos de los mortifagos que quedaron lograron escapar y hay personas que temen que la historia vuelva a repetirse una tercera vez.

—¿Y cómo estás tú? ¿qué piensas?

—No lo sé, Ate. Las cosas cambiaron al igual que los tiempos. No puedo desear que esto no hubiera sucedido porque si no no hubiera aprendido tantas cosas. Yo, en lo personal, estoy bien, mi familia está bien; pero hay muchas personas que no lo pasaron para nada bien.

—Lo sé. Tenía mucho miedo de que algo les sucediera... ¿Y cómo están los chicos? ¿Sabes algo de ellos?

—No, sólo he hablado con Blaise, y a veces con Daphne. A Pansy la vimos cuando regresó del hospital, pero sólo fue por sus cosas y se fue, creo que sus padres se la llevaron a francia, Daphne me dijo que a veces le escribe para preguntar por ti, si ya regresaste.

—¿Y Draco?— Theodore me miró y volteó hacia otro lado como si le hubiera preguntado algo incómodo.

—Él... Draco y yo no hemos hablado desde que te fuiste. Supe que después de la batalla él también escapó por unos meses con su familia, pero cuando volvieron nunca nos buscamos— dijo serio.

—Oh, lo siento... ¿Y Goyle?

—¿No te enteraste?— me miró confundido.

—¿De qué?

—No sé si supiste por qué murió Crabbe— dijo y yo negué —Estaban Malfoy, Zabini, Crabbe y Goyle en la sala de los menesteres cuando vieron a Harry, Ron y Hermione y comenzaron a discutir. Una cosa llevó a la otra, y la discusión ya no era solo una pelea verbal. Draco trató de detenerlo pero Crabbe no le hizo caso y creó un fuego demoniaco con su varita. No pudo controlarlo, y murió en el incendio. Goyle estaba con él en ese momento. Sólo Draco y Blaise lograron escapar con ayuda de Harry, Ron y Hermione.— dijo y lo miré triste.

—¿Cómo lo supiste?

—Blaise me lo contó todo. Inmediatamente después de salir de ahí, Blaise fue a mi habitación. Estaba llorando desconsoladamente. Fue la primera vez que lo vi llorar.

—No tenía idea. Jamás escuché su nombre en la radio.

—En la radio solo nombraron una tercera parte de todos los que fallecieron en la batalla. No tienes idea de lo horrible que fue ver a amigos, profesores, compañeros tirados en el suelo sin vida. Habían niños de primer año que murieron de una forma tan horrible. Las camillas ya no alcanzaban— me miró con los ojos cristalizados, así que no dudé ni un segundo, pegué mi silla a la suya y lo abracé.

—Vi a George en su tienda. Ya no es el mismo de antes. Trata de hacer creer a los demás que está bien, pero su interior está hecho pedazos. Es como si una parte de él se hubiera ido con Fred— dije aún en sus brazos.

—Lo sé— guardó silencio por unos segundos —Yo estaba ayudando a un chico de segundo año cuando vi que metieron un cuerpo en una camilla. Estaba calcinado, y no tenía idea de quién era, hasta que escuché que los profesores decían que era Fred Weasley. No lloré porque el trauma era más grande que la tristeza. Atenea, que bueno que te fuiste, porque no sé qué hubiera hecho si te hubiera perdido a ti o a Blaise. Ahora, ustedes dos y mi familia son lo único que tengo.—

Nos quedamos en silencio por unos minutos. Yo me quedé pensando en todo lo que había vivido Theodore. Sabía que había sido duro, pero jamás me imaginé que también había sido algo tan crudo.

—¿Theo?

—¿si?

—Ven a mi casa. Puedes quedarte los días que quieras. Podremos nadar, platicar, o lo que quieras, pero... tenemos que seguir adelante— dije separándome de él. Theodore me miró aún triste, y tratando de sonreír asintió.

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