NOTA DE LA AUTORA: Esta historia se divide en tres partes. La primera parte para Draco Malfoy, la segunda para Theodore Nott y la tercera es sorpresa. Les recomiendo leer todas las partes para entender mejor la trama.
Hemos escuchado mucho acerca d...
De ese día, recuerdo también cómo corría por los pasillos desesperadamente, aunque no sabía si era por el retraso con el que iba a clases, o por la batalla de pensamientos y sentimientos dentro de mi. Ahora creo fielmente que la primera sólo fue una excusa de la segunda.
Ni siquiera recuerdo en qué parte del castillo estaba corriendo cuando el mayor inconveniente ocurrió.
Al ir a toda velocidad, me fue imposible frenar cuando un chico salió también a toda velocidad de un salón. Chocamos, y accidentalmente tiré los libros que llevaba en las manos. Y encima, ambos nos habíamos lastimado, pero nada más grave sucedió.
—Lo siento, de verdad— me disculpé recargada en el suelo.
—No hay problema... Creo que es el destino que no quiere que asista a la clase de hoy de Defensa Contra las Artes Oscuras— se levantó, y me extendió la mano para ayudarme a reincorporarme.
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—¿Tu también vas tarde a la clase?
—Si, asumo que tú igual. ¿Por eso corrías?— preguntó con una sonrisa.
—Si, creo que vamos algo tarde, y yo estaba en las mazmorras, así que tuve que correr— me agaché a recoger los libros y las hojas sueltas que le había hecho soltar.
—Oh, comprendo— hizo lo mismo.
Miré una de las hojas sueltas. Era una página de un libro de vampiros en el que explicaban la anatomía de aquellas bestias que se hacían pasar por personas.
—¿Te gustan los vampiros?— pregunté.
—Oh, no, no... De pequeño me daban miedo— confesó —Es una tarea de Artes Oscuras—
—¿Una tarea? ¿El primer día de clases?— pregunté entregándole sus libros.
—Si, al nuevo profesor le encanta dejar tareas—
—¿Ah si? Muy curioso, porque el nuevo profesor es mi hermano, y él odia las tareas. Él cree que las tareas no ayudan para nada si el alumno no tiene interés— respondí con una sonrisa, pues lo había atrapado en su mentira.
—Bueno, me atrapaste, soy un vampiro— bromeó.
—Ya que lo pienso, si podrías pasar como uno. Piel pálida, y eres bastante atractivo, así que ahora dudo acerca de si eres un vampiro o no— bromeé y comenzamos a caminar hacia la clase.
—¿Así que a ti también te gustan los vampiros?— preguntó el chico con emoción.
—Bueno, jamás me he encontrado con uno, pero mi hermano si. Dice que no son muy agradables, pues de alguna manera se creen superiores a los demás solo por ser inmortales. Repito, eso fue lo que Hérmes me dijo—
—Bueno, lo que he leído dice lo mismo, aunque yo si he conocido vampiros, y algunos han sido agradables—
—¿Pues de donde eres? ¿Transilvania?— bromeé.
—Francia, de hecho. Montpellier—
—Debe ser hermoso—
—Si, lo es— asintió mientras miraba al frente con una sonrisa en sus labios. Seguramente recordaba su ciudad natal, pues se veía bastante feliz —¿Cuál es tu nombre?—
—Atenea Gaunt, ¿y el tuyo?—
—Oh, una Gaunt— sonrió —Mi nombre es Alexandre Stéphane Laurent, pero puedes llamarme Alex, Steph, o por mi apellido— dijo educadamente.
—¿Entonces puedo llamarte Laurie?— dije y sonrió.
—Así me llamaba mi abuela— dijo con una sonrisa melancólica y con la mirada hacia el suelo.
—Lo siento—
—No, no te preocupes. Fue hace bastante tiempo, pero me hiciste recordar una hermosa parte de mi infancia. Gracias— dijo Laurie genuinamente.
Aquél chico era muy educado. Tenía alrededor de 18 años, y por lo que había visto en sus libros, estaba en último año, al igual que yo. Sólo que para él era su último año en realidad, y yo tuve que retomarlo. Así que yo era únicamente un año mayor que él, pero él tenía una madurez increíble que me hacía dudar acerca de si yo era lo suficientemente madura para alguien de mi edad.
Llegamos al salón de clases. Hérmes ya había comenzado, y cuando nos vio en la puerta, asintió sin interrumpir la clase para dejarnos pasar.
Sólo había una banca vacía en la que ambos nos sentamos, yo a la izquierda y él a la derecha. Busqué con la mirada a mis amigos, y un par de bancas adelante vi las espaldas de Theodore y de Blaise.
Comencé a sacar mis libros de mi bolsa cuando Laurie se acercó a mi y me dijo despacio —Creí que me miraba a mi, pero al parecer te mira a ti—
Miré a mi derecha, Laurie se hizo hacia atrás para no estorbar mi vista. Draco estaba mirándonos fijamente, pero cuando se dió cuenta de que lo descubrimos, se giró hacia el frente.