Capitulo 18

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Los rayos del sol entrando por la ventana no era algo de lo que los de Slytherin estuvieran acostumbrados. En el momento en el que un pequeño rayo tocó el rostro de Laurie, comenzó a despertar.

Se sentó en la camilla y miró a su alrededor sin entender lo que había sucedido. Recordaba un poco de lo que había pasado, pero no recordaba por qué estaba ahí. Miró a su derecha, y en la camilla de a lado vio a Atenea. La miró con preocupación pensando que sus esfuerzos para que no resultara lastimada habían sido en vano. Pero luego notó que, a diferencia de él, ella no tenía medicamentos en su mesa de noche, y mucho menos intravenosos.

Laurie se sacó la aguja del brazo, e intentó levantarse de la cama para ir al librero que estaba en frente. Sin embargo, su cuerpo se sentía muy pesado, y le era muy difícil mantenerse de pie, así que se volvió a sentar.

Tomó su varita, apuntó al libro y con un "Accio!"y el libro llegó hasta sus manos.

Se recostó, pero sintió un ligero dolor en la parte de atrás del craneo, así que se cambió de posición y comenzó a leer. Era un libro de hechizos avanzados, los cuales él ya conocía, pero al menos de esa manera se distraería por un rato.

A los treinta minutos, una suave voz llamó su nombre.

—¿Laurie?— preguntó Atenea con la voz adormilada.

—¿Atenea?— Laurie se giró en seguida y la miró.

Atenea lo miró con felicidad y en seguida se levantó de su casilla y se abalanzó sobre él, mientras Laurie reía.

—¡Dios! ¡Me asustaste tanto!— dijo tomándolo del rostro con una sonrisa enorme que en seguida se borró —No vuelvas a hacer eso, ¿si?— dejó una de sus manos sosteniendo su rostro y pasó la otra por su cabello.

—Lo siento— dijo Laurie.

—No, no tienes por qué pedir disculpas... Yo soy la que debe disculparse— lo miró con tristeza.

—¿Por qué?— preguntó Laurie y luego apretó los ojos fuertemente y gritó —¡Auch!—

—¡Lo siento! No sabía que tenías un chichón en la cabeza— dijo Atenea tratando de no reír pero sintiéndose mal por haberlo lastimado.

—Ahora lo sabes— sonrió Laurie —Entonces... ¿por qué te disculpas?—

—Porque... Me alejé de ti, me alejé de los chicos, de mi hermano, de todos... Les estuve escondiendo algo... pero te prometo que sólo lo hacía para protegerlos. Yo de verdad pensé que de esa manera los iba a proteger, pero estaba cayendo directo en la trampa de Atticus— admitió Atenea, esta vez quitando sus manos de encima de Laurie.

—¿Qué fue lo que ocultaste?— preguntó Laurie mirándola con preocupación.

Atenea respiró profundamente y habló —Prométeme que no vas a hacer nada al respecto

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Atenea respiró profundamente y habló —Prométeme que no vas a hacer nada al respecto. Al menos no ahora—

—¿Por qué...? ¿A qué te....?—

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