Capitulo 10

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El sol se había metido. La oscuridad de la noche se apoderaba de todo el bosque, el lago, y sólo se veía el reflejo de la luna.

Estaba en mi habitación sentada en la orilla de mi cama contemplando las fotos que tenía en mi repisa. Después de un rato, me encontré mirando una sola foto.

Era una foto en la que salíamos Draco y yo, ambos sentados en las gradas del estadio de quidditch apoyando al equipo de Slytherin. Ambos sonriendo.
Era la foto que miraba a diario para mantenerme motivada. Y era la foto que abrazaba antes de dormir cuando sentía que no podía más.

Era horrible que un recuerdo tan bonito se convirtiera en uno tan doloroso.

Me sentía tonta, reemplazada y, de alguna manera, utilizada. ¿De verdad fui tan ingenua como para creer que Draco iba a esperarme y que las cosas serian como antes?

Me culpaba por haber creído eso. Y esa culpabilidad y recuerdos, hicieron que mis ojos soltaran una gran cantidad de dolor convertido en agua; pues aquella persona que antes había significado el mundo entero para mi, ahora había destrozado ese mundo y mi corazón.

También me culpaba por creer que él me recibiría con los brazos abiertos. Me culpaba por haberlo dado todo, porque ahora yo tenía nada.

Acomodé unas cuantas cosas antes de dormir y me fui a la cama, pero sin dormir, pues por horas me fue imposible conciliar el sueño. Mi mente divagaba por un laberinto sin salida.
Me acostaba de un lado, y luego de otro; cambiaba el lado de la almohada y hacía todo lo posible por arrullarme, pero entre más intentaba menos lo lograba, así que dejé de intentarlo.

Me levanté de mi cama, salí de mi habitación y de la sala común, y comencé a caminar por el pasillo. No iba por ningún camino ni tenía un lugar en mente al que quería llegar, solo me dejaba llevar por mis piernas.

De repente, me encontré en el embarcadero del lago negro.
Me senté a la orilla del lago y contemplé la hermosa vista nocturna. Las estrellas se reflejaban sobre el agua, al igual que la blanca y reluciente luna. El agua se movía con calma, apenas y se podía percibir el movimiento de esta.

Continué admirando el paisaje cuando escuché a alguien caminar detrás de mi. Me giré rápido a ver quien era.

—¡Dios mío! Me espantaste— dije pensando que había sido un profesor.

—Lo lamento, no fue mi intención— dijo Theodore soltando una suave risa —O al menos no del todo... ¿Qué haces aquí a estas horas?—

—Me encantaría responderte pero antes debo hacerte la misma pregunta.

—Pero yo pregunté primero— dijo y se sentó a mi lado. Me miró a los ojos y su rostro cambió de felicidad a preocupación en cuestión de segundos —¿Estuviste llorando?—

—¿Por qué?

—Tienes los ojos rojos. ¿Estuviste llorando?— preguntó nuevamente y yo giré mi mirada a la luna —¿Por qué lloraste?— preguntó y yo me giré a verlo. Mi orgullo no me dejaba contestar su pregunta, pero él logró leerme —Es por Draco, ¿no es cierto?— asentí y me regresó una sonrisa con compasión —Ven acá— extendió sus brazos y me atrajo hacia él.

Odiaba que me abrazaran cuando estaba triste porque únicamente me hacían recordar la razón por la que me sentía miserable y me hacían llorar aún más. Pero esta vez verdaderamente necesitaba el abrazo. Necesitaba sentir que aún tenía a alguien conmigo y que no estaba sola. Necesitaba sentirme querida.
En los brazos de Theodore, mis ojos dejaron caer varias lágrimas, y él lo notó.

—Lo siento tanto. De verdad no tenía idea de él y ... Astoria— resopló —Y en la mañana, cuando los vi juntos, lo único que pensé fue en ti. Y te aseguro que Blaise pensó lo mismo, pero no queríamos que te enteraras. Tal vez fue una terrible decisión, pero queríamos protegerte—

—Soy tan idiota—

—No, no lo eres. Tú esperabas que pasara lo que todos esperarían si estuvieran en tu situación. Esperabas que las cosas fueran como antes, y es que las cosas son igual que antes para ti, el único que cambio fue él... Aunque ya que lo pienso, tal vez si lo eres un poco... Por no darte cuenta de lo mucho que vales, y de qué hay muchas personas que te quieren y que harían lo que fuera por estar en el lugar de él—

Continué mirando el lago.

—¿Como quién?— pregunté esperando que su respuesta fuera lo que tenía en mente.

—Eso no importa. El punto, Atenea, es que tú le diste todo. Tú lo ayudaste cuando nadie más estuvo ahí para él, y él no supo valorar eso. Lo estuviste esperando mientras el buscaba a alguien más, y eso lo hace un gran... — se detuvo a sí mismo. Me reincorporé y lo miré a los ojos con tristeza —... Al final, el que perdió más fue él, no tú— terminó, y pasó un mechón de pelo detrás de mi oreja para luego dedicarme una sonrisa pequeña pero sincera.

—Pero no puedo evitar sentirme así.

—Entonces no lo evites, siéntelo y deja que se vaya por sí solo.

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Hola amorcitoss!
Lamento el capitulo cortito peeero no podía añadir más a este día, tampoco queremos drama tan rápido, ¿verdad?

Dos mensajitos cortitos:
1. ¡Ya terminé la escuela, lo que significa que ya soy completamente suya y podré actualizar mucho más seguido, por lo que, si es posible, tendrán capítulos nuevos diario! ¡Yaaay!
2. Arriba en multimedia les estaré dejando canciones de vez en cuando para que entren totalmente al mood de la historia, pues creo fielmente que todo es más fácil de explicar y entender con una sola canción. Trataré de dejarles el video con la letra en español para que no tengan que buscar nada más.

La canción de hoy: Visions of Gideon de Sufjan Stevens.

Los amo muchísimo, y prepárense para una historia llena de drama inesperado.

FIX MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora