Capitulo 2

664 44 6
                                    

Atenea's POV

Regresar a casa era algo que necesitaba. El olor a canela de las velas que mi madre encendía siempre, las blancas paredes que transmitían tanta paz, los delicados silbidos de las aves y los cálidos rayos de sol entrar por mi ventana era casi terapéutico para mi.

Era extraño no despertar con Theodore a mi lado como lo hacíamos en Hogwarts para entrar en calor, pues las mazmorras eran la parte más fría del castillo. Theodore decidió que dormiría con Laurie para no causar revuelo en la casa. Elisavet y Pansy durmieron en otra habitación, y Draco se fue a dormir a su casa que sólo estaba a unas casas de la mía. Dijo que sólo iría a saludar a sus padres y pasar esta noche con ellos, y que por la mañana regresaría.

Me cambié rápidamente e hice toda mi rutina de la mañana. Cuando terminé fui corriendo al cuarto en el que estaban Theodore y Laurie. Toqué la puerta, pero nadie respondía. La abrí un poco para ver si había alguien, y si. Ambos estaban dormidos aún, y era entendible.

Entré a la habitación sin hacer mucho ruido y me dirigí a Theodore. Lo miré dormir tranquilamente por unos segundos. Su cara se veía tan angelical. Sonreí y me acosté con él. Me acosté en su pecho y lo abracé. Soltó un suave gemido, como si quisiera hablar pero aún estaba dormido. Le di un beso en el cachete y me volví a acostar en su hombro. Theodore sonrió ligeramente e inconscientemente me abrazó.

Nos quedamos así por unos minutos, hasta que él habló.

—¿Qué hora es?— preguntó con la voz ronca.

—Casi las ocho— respondí.

—¿Qué haremos hoy?— preguntó aún sin abrir los ojos.

—No lo sé aún. Podríamos ir a patinar, hacer una fogata o cocinar pasteles. ¿Tú qué quieres hacer?—

—Yo sólo quiero estar contigo—

—Entonces estemos juntos—

—Perfecto... ¿Puedo morderte? Tengo hambre— bromeó Theodore.

—La verdad es que creo que mis cachetes no te satisfarán cómo el pan francés que preparó Neeley—

—¿Pan francés?— preguntó emocionado.

—Si. Le pedí que hiciera pan francés hoy—

Theodore amaba el pan francés, y en seguida entendió que había sido mi idea decirle a Neeley que cocinara eso. Sonrió y se dio la vuelta completamente hacia mi para abrazarme más fuerte, hasta que quedamos de frente.
Me quedé perdida mirando sus hermosos ojos grisáceos y sus labios carnosos. Él hacía lo mismo. Pasó su pulgar por mis labios, y luego los besó.

—No sé qué me hiciste, pero cada día que pasa me enamoro más de ti— dijo mirándome a los ojos y pasando una mano por mis mejillas. Sentí tan hermoso, que ya me imaginaba de qué color se habían puesto mis mejillas.

—Shhh... Son unos cursis. ¿Por qué no se van a la otra habitación y me dejan dormir?— se quejó Laurie y ambos reímos.

Le di un beso a Theodore en los labios y me levanté de la cama para dirigirme a la cama en la que estaba durmiendo Laurie, la cual estaba al otro extremo de la habitación.

—No, no puedes dormir porque hoy vamos a hacer muchas cosas y si te dejo dormir más no aprovecharás el día— dije y en seguida tomé una almohada y la dejé caer sobre su cara.

Laurie se levantó rápidamente y en un movimiento me tomó de la cintura y me tiró a la cama, para luego darme almohadazos. Yo no podía parar de reír.

—Theodore, controla a tu novia— dijo Laurie riendo.

—No, tú deja a mi novia— dijo Theodore levantándose de la cama y dejándose caer sobre Laurie.

FIX MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora