Capitulo 35

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La noche llegó. Cenamos y después nos fuimos a nuestras habitaciones.
Me puse mi pijama mientras Theodore iba por sus cosas a su habitación.
Después de unos minutos, ambos estábamos acostados en la cama platicando acerca de lo que habíamos hecho en el día. Decidí omitir lo de Hérmes para no preocuparlo, pero si hay una persona que me conoce mejor que nadie es Theodore, así que no pasó demasiado tiempo cuando él se dio cuenta de que algo no iba bien.

—¿Qué tienes?— preguntó acercándose a mi.

—¿De qué?—

—Te ves preocupada— dijo pasando un mechón de cabello por detrás de mi oreja.

—No, estoy tranquila—

—¿Vas a mentirme? Me lo dices como si no te conociera— soltó una risita, y luego me abrazó —Ya dime, ¿qué sucede?—

—No es nada. Solo un pequeño problema con Hérmes pero no es nada que no se pueda solucionar— mentí.

—¿Segura?—

—Si— asentí. Theodore me miró a los ojos.

—No, no es eso, ¿cierto?— Theodore suspiró —No quiero que creas que te pregunto porque soy un entrometido. Te pregunto porque quiero ayudarte. Déjame ayudarte— dijo mirándome a los ojos.

Sonreí y dejé un suave beso en sus labios. Él se acostó recargándose en la cabecera de la cama, y yo me acosté en su pecho. Le conté absolutamente todo lo que había sucedido y las conclusiones a las que Laurie y yo habíamos llegado. Solo escuchaba con atención y sin interrumpir.
Al final, se mantuvo callado pensando por unos segundos.

—¿Estás segura de que es amortentia?— preguntó dudoso.

—Estoy más que segura. Todo fue fan repentino e inesperado, ¿sabes? No dudaría ni por un segundo que Hérmes esté bajo los efectos de una poción de amor o algo así—

—Pero... ¿No crees que se hubiera dado cuenta? Hérmes es experto en todo eso...—

—También lo pensé. Tal vez lo pusieron en su comida sin que él se diera cuenta—

—No lo sé... Suena bastante... Extremo... ¿no lo crees?... Para un puesto de Defensa contra las Artes Oscuras es demasiado, y no creo que Sascha se atreva a tanto, ¿o si?—

—Sascha por si solo no se atreve ni a matar a una mosca. En eso no hace honor a su casa. Pero no conocemos a Atticus. Hay algo en él que no me agrada—

—Bueno, en eso tienes razón. Atticus me recuerda bastante al profesor Snape, pero al menos Snape era un buen profesor—

—Lo sé—

Después de unos minutos más de plática, ambos nos quedamos dormidos.

Recuerdo que tuve un sueño bastante extraño. Un sueño que me hizo levantarme en la madrugada sudando frío.

[El sueño]
Estoy a la mitad de un salón oscuro. Siento algo extraño en la boca. Pongo mi mano en ella y comienzo a sentir como empiezan a caer mis dientes en la mano. Dos de esos dientes estaban más afilados de lo normal, eran colmillos.
Volteo al frente y veo a Laurie llorando, pálido, con unas ojeras horribles y con las manos llenas de sangre.
Salgo corriendo del salón. Veo a Katherine rogando algo a Hérmes mientras él la mira con disgusto. Hérmes se va y Katherine se queda tirada en el suelo. Sascha se acerca para ayudarla pero ella sale corriendo y se lanza del castillo al lago dejando su cuerpo sin vida. Sascha grita y hace lo mismo.
Volteo a mi derecha y veo a Atticus peleando con Hérmes. Le lanza un Crucio y Hérmes se retuerce en el suelo. Grito y Atticus voltea a verme. Sus ojos sangran como si llorara lágrimas de sangre. Atticus sonríe y se dirige hacia mi. Me lanza un Avada Kedavra pero Theodore se mete en el camino y le da a él. Se escuchan gritos desgarradores.
[Fin del sueño]

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