Capitulo 16

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Los días pasaron y Atenea se fue alejando cada vez más de sus amigos. Si los veía de lejos, trataba de evitarlos y buscaba otros pasillos aunque tardara más en llegar a su destino; y si los topaba, les preguntaba cómo estaban y luego les decía que tenía que irse, o en el caso de Elisavet, sólo la miraba con mucho arrepentimiento en su interior, y se iba. Y con Hérmes era diferente, cada vez que se lo encontraba, le mentía diciendo que Theodore o Laurie la esperaban.

Los chicos la veían pasar casi siempre sola, cosa que a Theodore le seguía preocupando. Aunque a veces, pasaba con una chica de Hufflepuff que le ayudaba con las tareas, Chrissy Evermore.

Elisavet la miraba con nostalgia, pero al mismo tiempo con mucha decepción. Theodore la miraba con todo el amor del mundo, pero esta vez era un amor nostálgico. A diferencia de ellos, Pansy la miraba sospechosa, y Draco la miraba como siempre, con deseo, pero extraño también, pues su comportamiento se le había hecho muy extraño. Y de todos, los únicos que sabían y daban por seguro que algo estaba mal, eran Laurie y Camille, pero no sabían cómo ayudarla.

Laurie decidió no acercarse demasiado a Atenea, no porque le diera miedo, si no porque él y Camille ya habían especulado acerca del plan.

Por la tarde, ya muy cerca de la hora de dormir Laurie decidió que tenía que hacer algo para ayudar a su mejor amiga. No serviría de nada si mantenía sus especulaciones en secreto, así que decidió contarle a alguien. Pensó primero en Theodore, pero sabía que cuando se trataba de Atenea, podía llegar a ser impulsivo; así que pensó "¿quién mejor que Hérmes? Se preocupa por ella incluso más que ella misma".

Laurie se levantó de un brinco de su cama, y salió corriendo de su habitación dirigiéndose a la de Hérmes, que estaba afuera de la sala común. Por suerte, aún habían unos cuantos alumnos en los pasillos, pero el toque de queda se estaba acercando. Lo único con lo que Laurie no contó, fue que Draco lo vió salir corriendo de la sala común, y cómo Draco últimamente había generado una gran afición por observar y escuchar, lo siguió.

Laurie tocó la puerta hasta que Hérmes abrió.

—Dios mío, ¿acaso te está persiguiendo la gata de Filch?— bromeó Hérmes y lo dejó entrar.

—No. Hérmes, tenemos que hablar— dijo Laurie muy serio.

—¿Qué pasó?— preguntó Hérmes preocupado y emparejó la puerta. Sin embargo, Draco se acercó a ella y logró escuchar todo a la perfección.

—Es sobre Atenea—

—¡¿Qué tiene?!— preguntó Hérmes preocupado.

—No, ella está bien. Bueno, eso creemos, pero... Mira ella ha estado actuando extraño. Hace unos días terminó con Theodore. Pero todo fue una mentira. Le dijo que estaba enamorada de alguien más con quien había pasado más tiempo. Lo extraño es que Atenea no ha pasado el tiempo con nadie más que no seamos nosotros.—

—Pero no entiendo, eso qué tiene que ver con...—

—Sh, espera. Ese mismo día, también tuvo una pelea con Elisavet...—

—Espera, ¿cuándo fue eso?— interrumpió Hérmes sospechoso.

—Fue el martes pasado— respondió Laurie.

—¿Y sabes qué le dijo?—

—Si. Mira...— Laurie suspiró —Elisavet me contó todo y me dijo que ella había ido a verla porque no había bajado a comer en todo el día. Dijo que ella se veía extraña y estaba muy seria con ella, y que de repente le empezó a reclamar porque no le gustaba que ella y tú estuvieran juntos...—

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