Theodore aceptó la invitación y se hospedó por unos días en mi casa.
Durante su estancia con los Gaunt, es decir, conmigo y mi familia, nos divertimos bastante. Cuando salíamos visitábamos lugares nuevos, y si nos quedábamos en casa nadábamos, leíamos, pero sobre todo, nos manteníamos al tanto de todo lo que había sucedido durante la ausencia de ambos.
Esos días nos sirvieron de distracción, pues aunque la mayoría de las personas trataban de fingir que todo estaba como antes, la verdad era que nada era como antes, todo había cambiado, así que el estar acompañada de un viejo amigo me hizo muy feliz, como si al menos un pequeño porcentaje de nuestra antigua vida no hubiera cambiado del todo. Fueron unos días muy liberadores.
Tiempo después Theodore tuvo que irse. Aún así, tratábamos de escribirnos cartas a diario y si era posible, salíamos juntos a comprar cosas o nos acompañábamos si alguno de los dos tenía que salir.
El primero de septiembre llegó rápidamente. Era el momento de regresar a Hogwarts, lo cual me tenía más estresada y nerviosa de lo que había esperado. Hérmes me consoló diciéndome que solo iba a ser un año más en Hogwarts y que tenía que disfrutarlo, pues era el último de todos. Ese pensamiento me ayudó por un tiempo hasta que llegamos a la estación de Kings Cross.
El hecho de ver la emoción de tantos niños entrando a Kings Cross, algunos con sus padres, otros con sus amigos, me trajo muchos recuerdos a la mente.
Recordé cómo cada año, todos nos reuníamos en la entrada de la estación para cruzar a la plataforma juntos. Sonreí.—¿Sigues nerviosa?— preguntó Hérmes mientras caminábamos hacia la entrada a la plataforma 9 3/4.
—Un poco... Nunca me había puesto nerviosa en mi "primer día de clases"— admití.
—Lo sé, es bastante extraño, pero es comprehensible. Todos hemos cambiado en los últimos años, Atenea, y no necesariamente son cambios "buenos" o "malos". Cambiamos para avanzar, y avanzamos para crecer, así que no te sientas mal por haber cambiado. Siempre hay una razón, tal vez aún no la veas, pero pronto llegará y dirás "Maldición, Hérmes tenía razón como siempre"— dijo imitando mi voz en la última frase haciéndome reír.
—Que sabio, hermanito— reí.
—Lo sé— sonrió con satisfacción mientras miraba al frente.
Llegamos al portal para llegar a la plataforma y lo cruzamos. Recuerdo que ese portal me sorprendió demasiado cuando lo crucé por primera vez.
Volví a ver aquel tren rojo. Jamás había admirado lo majestuosa que era esa máquina como lo hice en ese momento. El vapor saliendo de él y cada vagón hacían esta experiencia tan mágica.
Hérmes y yo buscábamos a algún conocido entre la multitud, pero solo veíamos pequeños niños de primer año y algunos más grandes pero más jóvenes que nosotros.
De repente, escuché que alguien llamó mi nombre llamando la atención de ambos, Hérmes y yo.—¡Atenea!— gritó Blaise a lo lejos y luego caminó rápidamente hacia mi entre la multitud. Sonreí, y cuando llegó lo abracé con mucha fuerza —¿Por qué nadie me dijo que ya estabas aquí?—
—Era un secreto... una sorpresa— sonreí.
Blaise saludó a Hérmes también, y luego nos metimos al tren. Caminamos hasta el último vagón en donde estaban usualmente los estudiantes de años más arriba, prefectos e incluso maestros. Cuando llegamos al lugar en el que siempre nos sentábamos, vi que alguien ya estaba sentado allí de espaldas. Nos acercamos lo suficiente y este alguien volteó hacia nosotros.
—¡Atenea!— se levantó rápidamente para saludarnos.
—¡Theo!— lo abracé, y me senté a lado de la ventana.
—Hérmes— lo saludó Theodore.
—Theodore, cuanto tiempo— dijo Hérmes sarcástico, pues lo habíamos visto hace no más de 3 días.
—¿Cómo? ¿Ustedes ya se vieron y no me dijeron nada?— se quejó Blaise —Son unos malditos— nos reímos.
Blaise se sentó frente a mi junto con mi hermano, mientras Theodore estaba sentado a mi lado.
Algunos estudiantes aún estaban subiéndose al tren, y ya no faltaba mucho por partir.
Estábamos platicando los cuatro acerca de lo que habíamos hecho en todo este tiempo, pues Blaise había preguntado, cuando una chica peli negra y de tez morena se paró frente a nosotros.
—¿Hérmes Gaunt? ¿eres tú?— lo saludó con una sonrisa enorme.
—¡Amira! ¡Cuánto tiempo! Dios mío, has cambiado muchísimo— dijo mi hermano levantándose de su asiento para saludar a la chica.
—¡Mírate a ti! ¡Ahora eres todo un dios griego!— dijo Amira refiriéndose a su cabello y barba —Por poco no te reconocía—
—Ese es el chiste— se rió Hérmes —¡Ven! ¡siéntate con nosotros!—
Amira se sentó y nos saludó a todos. Al parecer, Amira y Hérmes serían ambos los nuevos prefectos de Slytherin, y además, Amira sería suplente de Slughorn en pociones.
Continuamos hablando, y justo cuando el tren estaba por partir, un chico de cabello castaño y ondulado, piel bronceada y nariz respingada se acercó a nosotros.
—¡Amira! ¡Hérmes! No sabía que ustedes habían sido elegidos para ser los prefectos de su casa— dijo el chico y después nos saludó a nosotros.
—Si, la verdad me tomó por sorpresa esta nueva modalidad del colegio, pero me pareció tan interesante que no me pude negar— admitió Hérmes.
—Escuché también que eres el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, y Amira ¿es cierto que eres la nueva suplente de pociones?— preguntó el chico con curiosidad y entusiasmo.
—Así es, Fio... ¿y tú? ¿te dieron algún puesto?— preguntó Amira.
—Lamentablemente no. Tendré que conformarme con ser prefecto de Ravenclaw—
—Bueno, pero al menos lograste ser prefecto.— se metió Blaise a la conversación.
Mientras todos hablaban yo miraba por la ventana. El tren iba en marcha y aún faltaba alguien: Draco. Me quedé en mis pensamientos y Theodore definitivamente lo notó.
—Ey, Ate, ¿pasa algo?— preguntó despacio.
—No, no... todo está bien.
—¿Segura?— me preguntó con preocupación. Lo miré a los ojos y traté de darle una de mis mejores sonrisas. Él pasó su brazo por mis hombros y me pegó a su pecho —Es por Draco ¿no es así?—
—No... bueno... si... No lo he visto— acepté.
—¿A quién?— preguntó Blaise con curiosidad.
—A Draco— respondió Theodore.
—Oh... No he sabido nada de él en años...
—No ayudes Blaise— dijo Theodore lanzándole una mirada sarcástica.
—Lo siento, pero es que es la verdad. ¿No has hablado con él, Atenea?
—No... Yo estoy aún más perdida que ustedes...
-

ESTÁS LEYENDO
FIX ME
Hayran KurguNOTA DE LA AUTORA: Esta historia se divide en tres partes. La primera parte para Draco Malfoy, la segunda para Theodore Nott y la tercera es sorpresa. Les recomiendo leer todas las partes para entender mejor la trama. Hemos escuchado mucho acerca d...