Capitulo 44

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Abrí la primera carta.

"Mi querida y preciosa Atenea,
Como ya te imaginarás, el motivo de esta carta no es bueno. Contarlo por medio de una carta es muy difícil y peligroso, así que tu padre y yo esperamos a que respondas esta carta lo antes posible informándonos cuando podremos verte.
Sin más qué decir,
se agapáme.

Hera Gaunt"

Leí la parte de atrás del sobre. Esta carta había sido mandada hace un mes.
Tomé la siguiente carta.

"Atenea, corazón, necesitamos tu respuesta lo antes posible para poder actuar de inmediato. Hemos conseguido una lechuza que no tenga dueño para que el ministerio no pueda inspeccionarla.

Ahora si debo contarte todo.

Cómo sabes, las cosas en el mundo mágico están cada vez peor. El regreso de Voldemort ha traído cosas verdaderamente terroríficas, importantes y repugnantes. Hemos sabido de magos que han sido obligados, y bajo el maleficio imperius, han hecho cosas más que terribles. Las cosas no van a mejorar, al contrario, y tememos que ya-sabes-quien nos busque a tu padre y a mi para unirnos a ellos, pues ellos conocen el poder y las influencias de tu padre.
También sabemos que los Malfoy están pasando por una etapa espantosa. Narcisa se encuentra muy mal y teme por Lucius y por Draco. Ha pasado las últimas noches con nosotros. Espero que puedas apoyar a Draco mientras estés ahí, lo cual no será mucho tiempo.

Ante todo lo que ha sucedido en estos últimos meses, tu padre y yo hemos decidido que lo mejor será irnos de aquí. No podemos decirte a dónde por esta carta, aunque la hemos hechizado para que solo tú puedas leerla, pero aún así, debemos tener precauciones. Por lo pronto, solo podemos decirte que comiences a arreglar tus cosas, pues no podemos esperar a que todo se vuelva más grave.
Prepara tus cosas. Despídete de tus amigos más cercanos, pero no les des mucha información, sólo la necesaria. En dos semanas exactamente, Hèrmes irá por ti. Una semana antes te escribirá para avisarte.
Por favor, no tardes demasiado y deberás estar lista y preparada para el momento.
Te amamos.

Hera Gaunt.
Ares Gaunt."

Terminé de leer la carta con dificultad. Mis ojos estaban llenos de lágrimas.
¿Cómo se suponía que iba a dejar mi vida de repente? Sabía que era por nuestro bien, pero odiaba tener que escapar. Odiaba tener que despedirme de mis amigos, de mis profesores, del lugar en el que había crecido. Hogwarts había sido mi hogar por bastante tiempo.

Miré la fecha de envío de la segunda carta. Había sido enviada hace casi dos semanas, por lo que la tercera carta debía ser de mi hermano.
Mis manos comenzaron a temblar. No estaba segura si quería abrir la carta o no.
Al final, lo hice.

"Hola Ate,
No sé cómo comenzar esta carta. Comprendo que la tristeza, el enojo y el miedo que debes estar teniendo en este momento es inmenso, pero debes de entender que todo lo que mamá y papá hacen es meramente por nuestro bienestar.

Tengo entendido que van a Hogsmeade una vez al mes, y que su próxima visita será la próxima semana, así que creo que ya sabes lo que haremos.
Te veré en Hogsmeade, a unos cuantos metros de la estación de trenes, al mediodía. Por favor, no tardes más que eso, y si es posible, no lleves a tus amigos. O sólo llévalos si es demasiado importante.

Comienza a empacar lo antes posible y recuerda utilizar encantamientos de extensión para que quepan todas tus pertenencias dentro de tu bolsa. Procura que sea un encantamiento indetectable para que no hayan sospechas.

Te veo en una semana.

Hérmes."

Esta carta había sido enviada ayer, así que tenía hasta el sábado, que era el día que íbamos a Hogsmeade, para empacar todas mis cosas.

Me levanté de mi escritorio derramando lágrimas por todos lados.
Comencé quitando todos mis libros de mi escritorio y de mis repisas ¿Para qué me serviría estudiar para los tests y exámenes si al final no iba a importar mi calificación?

Tomé un bolso negro que encontré en mi armario, lo apunté con mi varita y conjuré "capacious extremis".
Comencé a meter todo lo que ya no utilizaría, pero que era demasiado importante para mi. Metí todos mis libros, todas las bufandas, banderines, y recuerdos que vendía la escuela en cada partido de quidditch. Metí todas las decoraciones de mi habitación, y dejé fuera únicamente los objetos que utilizaría en toda la semana, como ropa, artículos de higiene personal, entre otras cosas.

Cuando casi todo mi habitación había perdido su esencia, recordé que debajo de la cama tenía cosas importantes.
Saqué una caja mediana color café y adornada con flores secas que alguna vez Pansy me había dado y la abrí.

Me senté en la cama y comencé a sacar todo lo que había dentro. Habían fotos que nos habíamos tomado Pansy, Daphne y yo en los partidos de quidditch; fotos de algunas fiestas a las que había ido con los chicos; fotos con Draco, Theodore, Blaise, Pucey, Cedric, Fred, George, incluso con Neville, pues él me ayudó en la materia de herbología y aunque habíamos dejado de hablar, en su tiempo fue un gran amigo; habían también cartas que me habían dado mis amigos en mi cumpleaños, en navidad, año nuevo, y todo tipo de obsequios y recuerdos; tenía los banderines de nuestro primer juego de quidditch en Hogwarts, e incluso una foto con Draco y Pansy de ese día, teníamos once años.

Recordé aquel día en el que estábamos tan emocionados de ver a los más grandes jugar. Recuerdo que Draco estaba muy emocionado y que Pansy, por seguirle la contraria, le dijo que ella no creía que Draco logrará entrar al equipo. Recuerdo perfectamente que Draco no le habló a Pansy por una semana. Reí un poco.

Recordé el día que conocimos a Nott. Fue en segundo año. Él estaba en el equipo de quidditch, y fue el primero en acercarse a Draco para darle la bienvenida al equipo. Me preguntó si yo quería ser parte del equipo, pero yo me negué.

Recordé cuando conocimos a Zabini en el muelle. Estaba triste porque era el día del padre y nos habían obligado a hacer una bola mágica que proyectara un mensaje lindo para nuestros padres, pero Zabini no tenía papá, así que Draco, Pansy y yo lo llevamos a la cocina y nos robamos muchos pastelillos. Al otro día nos castigaron, pero nos habíamos ganado a un nuevo amigo.

Recordé cuando Draco se vistió de dementor junto a Crabbe y a Goyle para asustar a Harry, y yo fui corriendo a ayudarle a quitarse el disfraz para que los profesores no supieran que había sido él. Aún así lo descubrieron y lo castigaron, pero Nott, Zabini, Pansy y yo estuvimos con él en su castigo.

Comencé a recordar cada cosa que había vivido en Hogwarts, y entre más me acordaba, más fuerte lloraba.

Lloré por horas enteras hasta que me quedé dormida sobre las cartas y con mi uniforme.

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