Capitulo 46

2.6K 226 75
                                    

Miércoles

Desperté en la madrugada y no logré conciliar el sueño, así que fui a mi escritorio y comencé a recordar todo lo que había vivido en Hogwarts este año. Todo era tan importante para mi que no quería olvidar ningún detalle de lo que había vivido, así que tomé una pluma, un poco de tinta y comencé a escribir en una libreta vacía que tenía.

Sin darme cuenta me quedé dormida en el escritorio y desperté unas horas después porque alguien golpeaba la puerta. Todavía estaba entre dormida y despierta cuando pregunté quien tocaba, y luego la puerta se abrió dejando ver a los chicos.

—Buenos días dormilona— saludó Daphne.

—¿Lista para la clase de hoy?— preguntó Theodore acostándose en la cama y lanzando una pelota hacia el techo y luego atrapándola.

—Chicos, la verdad no tengo ganas de entrar a clases hoy— respondí adormilada.

—Oh no, creo que no entiendes. No hablamos de esas clases horribles y aburridas— dijo Blaise.

Hablamos de clases de natación— dijo Daphne y yo la miré confundida —Iremos al lago, tonta— giré los ojos con una sonrisa en la boca.

—No quiero que se metan en problemas. Si Snape se entera será su fin.

—Nuestro— corrigió Theodore —Aún así, ¿qué importa? queremos hasta que nos pongan un castigo contigo, el punto es estar juntos— lo miré tierna.

—Si, vamos. No te permitiré que te hundas en tu depresión y te quedes dormida en tu escritorio de nuevo— dijo Daphne, me tomó de la mano y me levantó.

Al final, accedí a ir con los chicos al lago. Todos se fueron a cambiar a sus habitaciones y nos reunimos en las escaleras de la sala común.

Corrimos por los pasillos tratando de ser lo más silenciosos posibles, pero entre más tratábamos, más nos reíamos.

Al llegar al lago, Daphne y Blaise comenzaron a hacer unos cuantos hechizos y encantamientos al lugar para evitar que algún alumno o profesor nos pudiera ver. Mientras ellos se encargaban de eso, Theodore y yo nos sentamos en el muelle.

—¿De verdad tienes que irte?— preguntó mirando al frente.

—Supongo que por mi familia, si.

—No quiero que te vayas— me miró.

—Yo tampoco quiero irme— apreté mis labios.

—Entonces no te vayas.

—No puedo, Theo. Créeme que si tuviera la opción me quedaría aquí con ustedes.

Nos quedamos en silencio por unos segundos, hasta que Theodore volvió a hablar.

—¿Y ya hablaste con Draco?

—Si.

—¿Qué dijo?

—Nada. Se enojó.

—¿Es en serio?— asentí —Es un maldito. De verdad espero que se de cuenta pronto de lo estúpido que está siendo, y no cuando ya sea demasiado tarde y ya te hayas ido—

—Yo espero lo mismo.

—¿Y Pansy? ¿No le has mandado una carta?

—Pensé en hacerlo, pero como dicen mis padres, es muy peligroso. El ministerio está controlando demasiado la mensajería. Mis padres tuvieron que hechizar las cartas y además utilizar a una lechuza no domesticada para que el ministerio no la reconociera.

—Si, eso dijeron mis padres. ¿Y por qué no le haces una carta y nosotros se la damos cuando vuelva?

—Eso es una buena idea— lo miré y lo abracé, él hizo lo mismo —No sé qué haré sin ustedes—

—Te extrañaremos mucho, Ate— dijo y depositó un beso en mi cabeza.

—Y yo a ustedes.

Blaise y Daphne fueron a buscar comida a la cocina. Nuevamente el silencio reinó el lugar, al menos hasta que Theodore habló de nuevo.

—Hay algo que debo decirte.

—¿Qué?— pregunté aún en sus brazos.

—Promete que no vas a enojarte.

—No puedo enojarme, menos contigo.

—Está bien...— suspiró —Cuando Draco y tú comenzaron a salir, tú me gustabas. No sabía por qué, sólo me atraías. Tu personalidad, tu forma de ser, tu inteligencia, tu seguridad, siempre te vi como una chica genial. Te veía caminar por los pasillos tan alegre y con tanta confianza que intimidabas a todos, créeme. Después ustedes dos comenzaron a salir y al inicio yo pensé que no iban a durar porque, bueno, todos conocíamos al Draco de antes. Y me molestaba mucho que teniéndote a ti se iba con otras chicas. Una vez se lo dije y él se enojó, y recuerdo que me dijo "si eso crees entonces vete con ella". En mi mente yo pensé "con gusto", pero él era mi amigo. Después de eso ya nunca le dije nada, además él cambió mucho cuando al fin se volvieron novios. No podía contarle a Blaise lo que sentía porque él es más amigo de Draco que yo, y tampoco podía contarle a Pansy porque, en ese momento, yo creía que ella lo utilizaría para separarlos y así ella quedarse con él. La única persona a la que podía contarle todo esto era a Hannah, por eso ella se ganó todo mi aprecio. Pero fue una gran equivocación haber confundido amistad con amor, porque aún cuando estaba con ella, sólo deseaba estar contigo.

Recordé esa etapa y suspiré.

—¿Ahora puedo decirte algo yo?— pregunté y Theodore asintió —Tú también me gustabas en ese tiempo. De hecho, se lo dije a Pansy, o bueno, ella lo notó y yo lo acepté. Me sugirió pedirle a Draco que me ayudara, y así lo hice. Él aceptó, pero en una fiesta él, a propósito, te puso un reto con Hannah, y al otro día los vi tan cariñosos que no pude hacer otra cosa más que aceptar la realidad.— suspiré— A veces me pregunto si las cosas hubieran sido más fáciles si Draco no se hubiera cruzado en mi camino—

—Yo me pregunto lo mismo— lo miré a los ojos y él también logrando conectar nuestras miradas —¿Atenea?

—¿Si?

—¿Puedo besarte?

Aún lo miraba a los ojos. Por mi cabeza pasaban muchas cosas. Pensaba en Draco, en lo mucho que se enojaría si se enteraba, pero también pensaba en que solo me quedaban pocos días aquí, y en ese momento me mataba el pensamiento de lo que pudo haber sido si jamás le hubiera pedido ayuda a Draco. Realmente quería hacerlo, y lo único que me detenía era Draco. Y por favor, no me mal entiendan, claro que lo amaba, pero la curiosidad me comía entera.

Al final, asentí.

Theodore se acercó despacio y delicadamente me tomó la cara con una mano. Unió nuestros labios en un beso tan delicado e inocente, pero que al mismo tiempo se sentía tan incorrecto.
Nos separamos después de unos segundos. Nos miramos a los ojos mutuamente y lo abracé.

Theodore era un claro ejemplo de que no puedes ignorar una situación, una persona o un sentimiento que persiste en ti si quieres dejarlo ir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Theodore era un claro ejemplo de que no puedes ignorar una situación, una persona o un sentimiento que persiste en ti si quieres dejarlo ir. A veces, la mayoría de veces, para dejar ir algo tienes que enfrentarlo, y cuando lo haces, la paz y la libertad que sientes dentro de ti es maravilloso.

Blaise y Daphne no tardaron en llegar con la comida. Estuvimos casi todo el día en el lago nadando, comiendo, cantando y tratando de disfrutar el poco tiempo que nos quedaba juntos. 

-

FIX MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora