Los días pasaban más rápido de lo que quería. Sin darme cuenta, ya estábamos a inicios de Diciembre. Las montañas, los árboles y el patio estaban cubiertos de nieve, mientras el lago tenía una capa de hielo perfecta para patinar.
Los alumnos se ponían sus patines y salían en su tiempo libre con sus amigos a patinar sobre el lago mientras veían a las criaturas de hielo pasar bajo sus pies.
Los árboles de navidad y el muérdago adornaban cada parte del castillo, mientras el olor a madera inundaba los pasillos y salones. Sin duda esta era mi época favorita del año.
En estos días, Theodore y yo nos hicimos más cercanos que nunca. Pasábamos todo el tiempo juntos, y algunas noches incluso dormíamos juntos. Pero no lo malinterpreten, lo único que hacíamos era platicar hasta quedarnos dormidos, siempre abrazados, y eso me gustaba más que otra cosa.
Ya le había contado acerca de lo que pasaba con Atticus y Hérmes. También le conté acerca de Pansy y todo lo que ella me había dicho, aunque él fue el único al que se lo dije. Claro que no lo tomó bien, se molestó con Atticus y prometió estar conmigo y cuidarme todo el tiempo. Tal vez era por eso que pasaba todo el día a mi lado, o porque disfrutábamos la presencia el uno del otro.
Una mañana, Theodore estaba en clase tomando un examen, así que me quedé con Laurie en la biblioteca. A pesar de que ahora él pasaba casi todo su día con Camille y yo con Theodore, seguíamos siendo grandes amigos. Para mi, Laurie era como un hermano menor, pero bastante maduro, tal vez más maduro y emocionalmente inteligente que yo.
Yo estaba en una mesa leyendo cuando llegó él con 5 enormes y pesados libros. Los dejó caer sobre la mesa provocando un sonido tan fuerte que Madam Pince le pidió que guardara silencio.
—¿Un poco de lectura ligera?— bromeé.
—Lo creas o no, he leído estos libros millones de veces—
—¿Entonces por qué los vuelves a leer?—
—Porque hay algo que no entiendo—
Tomé los libros y miré los títulos uno por uno. El primero tenía en la portada a una chica de aproximadamente el siglo XIX con colmillos, y arriba de la chica decía "Carmilla". El segundo libro no tenía dibujos en la portada, únicamente decía "El misterio de Salem's Lot". El tercer libro se veía aún más antiguo que los anteriores y decía "El secreto detrás de las sombras". El cuarto estaba lleno de polvo, pero en excelentes condiciones y se llamaba "El vampiro". El último libro fue el que más me llamó la atención, pues a diferencia de los otros, este no era una novela. Era el más antiguo, empolvado y gastado de todos. El título era apenas legible, y decía "Guía definitiva para matar a los desalmados".
—Ese lo saqué de la sección prohibida— dijo.
—¿Es en serio? ¿Cómo entraste?—
—Tengo mis trucos y secretos— guiñó un ojo.
Finalmente se sentó y comenzó a leer detenidamente. Yo también regresé a mi lectura, pero me distraía la fascinación de Laurie por sus libros. Se los comía con los ojos como si estuviera sediento de letras.
—¿Laurie?—
—¿Si?— respondió sin despegar los ojos del libro.
—Tienes una extraña obsesión con los vampiros que no logro entender. ¿Por qué?— pregunté con curiosidad.
—Es complicado—
—¿Qué tan complicado puede ser?—
—Más que las clases de Atticus. Hablando de él, el otro día vi que estaba muy intenso contigo. Sé que no debí tomarme el atrevimiento sin tu consentimiento, pero no podía ver que te acosaba y quedarme con los brazos cruzados...—
—¿Qué hiciste?— pregunté un poco asustada.
—Tuvimos una pequeña charla. Pequeña, pero importante. Y le dejé en claro algunas cosas—
—¿Qué le dijiste?— pregunté sorprendida y al mismo tiempo temerosa.
—No te preocupes, no te involucré demasiado. Solo le dije que ya me percaté de que es un acosador contigo, y que si no te dejaba de incomodar, hablaría con McGonagall—
—¿Es todo?—
—Si— asintió. Sonreí.
—Gracias— dije mirándolo mientras él continuaba leyendo.
—No hay por qué agradecer. Solo hice lo que creía que era correcto—
—Si, pero no todos tienen esa valentía de enfrentarse a un profesor. Sobre todo cuando no se trata de ellos y no es relevante— dije y Laurie me miró.
—Tienes razón, no se trata de mi. Se trata de ti, lo cual significa me importa aún más— suspiró —Atenea, sé que has pasado por muchas cosas y has tenido muchos problemas, pero créeme que tú también eres importante. ¿Y te digo algo? Creo que amas preocuparte por los demás y estás siempre para los demás pero nunca te preocupas por ti. Pero tampoco dejas que los demás se preocupen por ti. Atenea, tienes que dejar de pensar que lo que te ocurre "no es relevante". Si lo es, y sobre todo situaciones cómo estas. ¿Sabes qué tan importante y serio es esto? Si yo le digo esto a McGonagall, Atticus podría terminar en Azkaban... así que, por favor, si él te hace daño, dímelo. No te quedes callada, ¿si? Porque aunque no lo creas yo si te escucho, y tú voz si es importante—
Sonreí. Tenía un nudo en la garganta, pues él tenía razón en todo. Me era imposible no amarlo tanto cuando era posiblemente el mejor amigo que había tenido en toda mi vida.
Tenía unas ganas inmensas de abrazarlo y agradecerle por escucharme y entenderme, pero por alguna razón sentí vergüenza, y como si fuera innecesario.
Laurie me sonrió, y continuó con su lectura.Estuvimos ahí otro rato, y pudimos habernos quedado ahí toda la tarde si no hubiera sido por que una chica de Ravenclaw, Ophelia Rottenhoffer, entró corriendo a la biblioteca gritando que habían unos chicos de último año peleando en el pasillo. Cuando otra chica de acercó a preguntarle quien, Ophelia respondió:
—¡Son Malfoy y Nott!—
Laurie y yo nos miramos y nos levantamos tan rápido como pudimos. A lo lejos vi a Astoria levantarse igual de preocupada que nosotros.
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FIX ME
FanfictieNOTA DE LA AUTORA: Esta historia se divide en tres partes. La primera parte para Draco Malfoy, la segunda para Theodore Nott y la tercera es sorpresa. Les recomiendo leer todas las partes para entender mejor la trama. Hemos escuchado mucho acerca d...