Tan diferentes pero tan iguales

Entre la Vida y la Muerte

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Apenas se destruyó la puerta y comenzaron a caminar rápidamente hacía el final del pasillo. Intentaban darse prisa así no perdían tiempo.
No tardaron mucho en llegar ya que no notaron que iban corriendo en vez de caminando, apenas llegaron y vieron a Escila, Dolores y Luna sentadas en el suelo intentando pararse luego de la explosión, mientras que a un costado estaba Carmelita atada a una estaca.

_Malditos huérfanos - murmuró Escila intentando respirar bien.

_Thomas, desata a Carmelita. Matteo y Gilbert, agarren a Escila. Duncan y Clara, agarren a Dolores. Quigley y Valentín, agarren a Luna - ordenó Estrella cruzada de brazos.

_¿Cómo supieron de este lugar? ¿Y Caribdis? - preguntó Luna tosiendo.

_Tal vez muerto - respondió Pía cruzada de brazos.

_¿Qué haremos con ellas ahora? - preguntó Gilbert agarrando a Escila.

_¿No sienten un olor a pelo de perra? - preguntó Dolores de la nada mirando a Luz.

_Seguro te estuviste cepillando y estás oliendo tus propios pelos - dijo Luz cruzada de brazos.

_Morirán por todo lo que hicieron - dijo Estrella respondiendo la pregunta de Gilbert -. Son asesinos junto con Caribdis... morirán esta noche.

_Ustedes... son tan inocentes - rio Escila a carcajadas.

_Gracias - le susurró Carmelita a Thomas junto con una sonrisa con miedo.

_No son capaces de matarnos - rio Luna.

_Ellos no pero yo si - dijo Estrella sacándole el arma a Luz de su bolsillo.

_Tiene razón, puede matarte - dijeron Thomas, Pía y Matteo al unísono.

En ese momento, Dolores sacó disimuladamente una granada de humo, la activó y luego la tiró por el suelo.

_¿Qué es eso? - preguntó Violet confundida.

_Oh mierda - dijeron los Martinelli, Luisana, Pía, Matteo y Julián al unísono.

En cuestión de segundos... el lugar estaba repleto de humo, Gilbert, Matteo, Quigley, Clara, Duncan y Valentín soltaron el agarre de las tres mujeres ya que no usaron la suficiente fuerza para retenerlas, a lo que ella aprovecharon a librarse de sus manos, se escuchó cómo algo se abría y se cerraba al instante. Apenas podían ver algo ya que no sabían cómo deshacerse del humo, pero este se fue yendo de la habitación en cuestión de segundos ya que la puerta estaba abierta... mejor dicho, destruida.

_¡MIERDA! - gritó Luz molesta -. Otra vez se fueron - murmuró molesta.

_Mierda... - susurró Klaus al notar la ausencia de alguien -. ¿Y Ruby? ¿Y Carmelita?

_Hijas de puta... - susurraron Thomas y Valentín al unísono.

_¿Y si quemamos el colegio? Escila, Caribdis, Luna y Dolores mueren y nosotros nos vamos - propuso Clara.

_No podemos irnos sin Ruby - dijo Klaus molesto -. ¿A dónde la habrán llevado?

_A Carmelita también se la llevaron por si note enteraste - murmuró Estrella.

_Seguro las torturarán. Si yo tuviera que torturar a alguien... la escondería en un lugar en el cuál nadie iría - dijo Thomas en voz baja -. El ático.

_Puede ser también en el observatorio - dijo Valentín.

_Tengo hambre - susurró Quigley tocándose la barriga.