Nunca te Dejaré

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En el colegio todo iba más que normal, eran las siete de la mañana y todos desayunaban para ir a clases, mientras que con Ruby y Dylan no todo era de color de rosas...

Ruby acababa de despertar, sentía su mejilla y su cuerpo frío, era normal, había dormido en el piso toda la noche, se había dormido mientras lloraba. Apenas se levantó y sintió que todo le daba vueltas, estaba muy mareada y tenía hambre, demasiada hambre. Se intentó parar pero apenas pudo, no hacía falta ver el reloj como para darse cuenta de que era temprano y hacía frio...

_Dylan... - murmuró mientras se paraba.

Era el único nombre que tenía en su cabeza, el nombre del niño era el único que se le pasaba por la cabeza. Se paró y se agarró de un mueble que tenía cerca, se tocó la cara y la cabeza para poder comprobar si estaba bien... estaba bien.

Se acercó a la puerta para abrirla pero notó que estaba cerrada. En ese momento recordó que Gilbert le había enseñado a abrir puertas sin la llave, el picaporte era de pomo por lo que no sería complicado. Buscó entre sus cosas algunos clips, estuvo un rato buscando hasta que encontró algunos detrás de la cama de Dylan, ¿por qué estaban ahí? No puedo responder esa pregunta, lo que si puedo responder es que cuando Ruby vio esos clips, no solo vio eso sino que vio algo más: esperanza.

Se dirigió hacía la puerta y estuvo unos minutos intentando abrir la puerta. Tardó unos minutos hasta que lo logró, apenas abrió la puerta y sintió que la suerte estaba de su lado. Caminó lenta y silenciosamente hacía la habitación de su padre y la mujer de su padre.

Apenas abrió la puerta del cuarto de su padre y de Samantha, y vio como ambas personas estaban dormidas, tuvo miedo de despertarlos pero eso no impidió que libere a su medio hermano.

Con miedo y con su mano temblando, agarró la llave y se dirigió hacía el armario bajo de madera en donde estaba su hermanito, se agachó y abrió el candado pero no fue todo tan fácil. Su mano temblaba por el miedo a que se despierten.

Al abrir el candado, sacó la cadena con cuidado y sin hacer ruido, dejó de lado ambos objetos y abrió la puerta del armario bajo, vio a Dylan dormido con su cabecita apoyada en la pared del armario.

_Dylan... - lo sacudió levemente para que se despierta.

El niño apenas escuchó la voz de Ruby y se despertó, al verla sonrió como nunca y fue directo a abrazarla, se quedaron así abrazados por un momento.

_Estás fría - murmuró Dylan al notar que la piel de la rubia estaba más fría que la nieve.

_No importa. Vamos, hay que irnos - dijo Ruby sacándole la cinta a Dylan.

_No podemos. Ellos cierran las puertas y ventanas con seguro, la llave solo la tienen ellos y sin la verdadera llave no podremos salir - explicó el niño.

_Pero no podemos quedarnos aquí - dijo Ruby.

_Lo se, pero esto acabará. Llévate el yogurt, luego me sacarán - dijo el niño dándole el pote con yogurt.

_No quiero dejarte - dijo con los ojos llenos de lágrimas.

_Me conociste ayer y ya me quieres - rio Dylan levemente.

_Te tomé cariño rápido - sonrió dándole un beso en el cachete.

_Vete porque si te descubren, será peor. Confía en mi, estarás bien - dijo Dylan con una sonrisa.

Ruby tuvo que aceptar con todo el pesar del mundo. Le dio un beso a Dylan en la frente para luego darle un abrazo, después cerró la puerta del armario y volvió a poner la cadena y el candado, lo cerró y devolvió la llave.

Tan diferentes pero tan igualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora