El Aserradero Lúgubre, parte 3

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Apenas entraron y se escabulleron para que nadie los viera, aunque al entrar en el consultorio sintieron como el miedo les corría por las venas, estaban con miedo pero al estar juntos se les pasaba. Se escondieron de la doctora Orwell y del conde en el piso de arriba del edificio, ahí vieron como ella estaba con Charles haciéndole algo raro, algo que a Klaus se le hizo familiar.

_Eso mismo me hizo a mi - murmuró él mirando a sus amigos.

_Leí un libro sobre eso - murmuró Ruby -, trataba de hipnotismo, pero es imposible, ¿no?

_También es imposible que unos simples niños hayan sobrevivido a varias cosas - comentó Gilbert.

_No es imposible Ruby - siguió Klaus -. Vi una película sobre eso, hay dos palabras importantes: la que iniciar el hipnotismo y la que lo revierte.

_Seguro que Orwell te hipnotizó - dijo Violet.

_Creo que si, ¿recuerdan la palabra que me despertó?

_No - respondieron todos a la vez.

En ese momento el conde se percató de que había alguien más escuchando la conversación de el y la doctora, subió al piso de arriba mientras que por atrás de el los huérfanos se escondían en un armario. Apenas entraron y Ruby comenzó a respirar aceleradamente, Sunny tocó su rodilla para que se calmara pero ella seguía con su respiración.

_Chicos - dijo con miedo mirando el fondo del armario.

_Son... esqueletos - dijo Gilbert emocionado.

_Que lindos - dijo Ruby temblando del miedo.

_Todos los doctores usan esqueletos para hacer pruebas - dijo Violet intentando calmar a sus amigos.

_Pero la doctora Orwell es optometrista, doctora de la vista y los esqueletos no tienen ojos - corrigió Gilbert acercándose a una caja que le llamó la atención.

_Ajierni (¿Qué es eso?)

_Documentos... parece que tiene hipnotizado a todo el aserradero - dedujo Gilbert sacando una carpeta.

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Estaban en el cuarto, nadie les hablaba, Violet, Klaus, Ruby y Gilbert tenían un diccionario el cuál usarían para poder despertar a sus compañeros del trance. Sin Phil todo era más triste, deprimente y más lúgubre de lo normal, los huérfanos estaban un poco decaídos por el accidente pero no se darían por vencidos.

Abrieron el diccionario en la primera hoja y Klaus comenzó a leer la primera palabra.

_¡Cállense! - gritó uno de sus compañeros.

Ruby leyó la segunda palabra.

_Dejen dormir - siguió otro de sus compañeros.

_Debe haber otra forma - dijo Ruby cerrando el diccionario suspirando.

_Debe de haber, pero también podemos irnos - propuso Gilbert -, podremos sobrevivir solos.

_No podremos si uno de nosotros está en trance además no podemos dejar que los demás trabajadores del aserradero sean utilizados para trabajar a cambio de chicle - explicó Violet.

_Tiene razón, debemos quedarnos para poder despertarlos a todos - siguió Ruby.

Gilbert aceptó de mala gana y juntos leyeron el diccionario, pero en voz baja para no molestar a sus demás compañeros. Pero en mitad de la lectura, se quedaron dormidos con las velas encendidas.

Tan diferentes pero tan igualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora