Tan diferentes pero tan iguales

Un mal principio, parte 4

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Violet aceptó en casarse con el conde, pero este no iba a soltar a Sunny, lo haría pero después de la función. Decidieron volver a su cuarto asqueroso ya que podían hacer nada por la menor de los Baudelaire. Apenas entraron y Violet miró a su hermano y a Ruby.

_¿Qué sucede? - preguntaron ambos al mismo tiempo.

_Ustedes duerman, yo inventaré algo para salvar a Sunny - dijo Violet.

_Yo te ayudaré - dijo Gilbert.

_Bien... pero tengan cuidado - dijo Ruby.

_Lo tendremos, ustedes se desvelaron para descubrir el plan del conde y nosotros trabajaremos para poder rescatar a Sunny - repitió Violet.

Ruby y Klaus se acostaron a dormir mientras que Gilbert era el asistente de Violet ya que él le traía lo que iría a usar para rescatar a la pequeña bebe. Se fueron al baño que tenían permitido usar y vieron los materiales que tenían. El lugar era poco luminoso y apenas se podía ver con claridad pero la mente de Violet podía ver y pensar perfectamente bien, en su cabeza los engranajes se movían para pensar en algo.

Estuvieron armando algo toda la tarde, hasta que finalmente tenían un arpeo en sus manos. El que subió fue Gilbert, estaban en el patio trasero, el chico tenía el invento de Violet, puesto, mientras que ella estaba al lado de él y nerviosa por lo que harían.

_¿Podrías calmarte? - le preguntó el al verla nerviosa.

_No puedo - respondió ella jugando con sus dedos.

_Oye, Sunny estará bien. Es hora de probar tu invento - dijo tirando la garra de metal que sería atrapada por el pedazo de hierro que haría que Gilbert pudiera subir.

_Vamos, tu puedes - lo animó Violet.

_Sabes que no tengo mucha puntería - aclaró Gilbert a punto de enojarse.

_Lo siento, pero necesito que intentes, ánimo, se que podrás hacerlo.

_Podrías hacer otra cosa - dijo Gilbert acercándose a Violet para darle un beso.

_No, ahora tira esa cosa - dijo Violet conteniéndose la risa.

_Por favor, uno pequeño - insistió Gilbert.

_Está bien - dijo dándole un beso en el cachete, algo que Gilbert no quería ya que el quería que lo besara en la boca. Este la miró como si hubiera dicho: "¿En serio"? -. Nunca especificaste. Ahora tira esa maldita cosa.

_La próxima vez voy a especificar - murmuró Gilbert.

Ella solo rio y vio como su amigo tiró la garra y vio como esta se enganchó en el pedazo de hierro, solamente se miraron felices y Gilbert subió a la torre con el invento de Violet. Este subía a cierta velocidad y en cuanto menos lo pensó, algo lo detuvo. Era el hombre con las manos de garfios, enseguida lo agarró y lo metió a la torre. Para luego avisarle al conde quién llevó a Ruby, Klaus y Violet.

_Se quedarán aquí hasta la noche - dijo el Conde tirando a Ruby al piso para luego cerrar la puerta que los dividía de Sunny -. Cuando este reloj de arena llegue a su final, Violet Baudelaire será mi esposa - dijo poniendo un reloj de arena en el piso para luego salir por la puertilla que había en el piso.

_¿Qué pasó? - preguntó Ruby limpiándose el polvo de la cara.

_Hicimos un invento para salvar a Sunny - explicó Gilbert ayudando a su hermana.

_Lamento que no haya funcionado - dijo Klaus acomodándose sus gafas.

_Si funcionó pero no atraparon - corrigió Violet.