Tan diferentes pero tan iguales

Una Academia Muy Austera, parte 2

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_Esto es raro, el catalejo es raro, no es normal, tiene discos miren - les mostró Klaus mostrándoles el catalejo a sus amigos.

_Todo debe de estar conectado - dijo Violet terminando de armar su invento -. Ya está - dijo bajando de la cama de paja, encendió el interruptor y su invento comenzó a funcionar, su invento no era dificil al menos para ella, Sunny la había ayudado en hacer figuras de animales en un balde de metal mientras que Violet armaba el mecanismo -. Asusta a los cangrejos y le da algo de estilo al lugar.

_Queda mucho mejor - dijo Gilbert sonriendole.

_Nuestros padres debieron de conocerse - agregó Ruby.

_¿Y por qué nosotros no? - le preguntó Duncan.

_No lo se... - murmuró Violet volteando a ver la foto que tenían colgada (era la foto que habían encontrado en la casa de su tía Josephine).

_¿De donde sacaron esa foto? - preguntó Duncan.

_En la casa de nuestra tía Josephine - respondió Violet.

_Teníamos esa foto en nuestra biblioteca pero nunca le prestamos atención - agregó Isadora.

_Nuestros padres se conocían - dijo Duncan mirando a sus padres.

_Todo debe estar conectado, la foto, el catalejo, los incendios - nombró Klaus.

_En la casa de nuestra tía Josephine encontramos un libro - inició Violet.

_Pero lo perdimos en un huracán antes de poder leerlo - terminó Ruby.

_¿Se parecía a este? - preguntó Duncan mostrándole la libreta.

Ella comenzó a respirar mal, respiraba de forma acelerada, sus piernas temblaban, las manos y piernas le temblaban, se sentía mareada, sentía una respiración en el pecho y empezaba a ver borroso, hasta que Gilbert se sentó al lado de ella, la obligó a sentarse bien y a acomodar su posición para que su respiración mejore.

_Tranquila, tranquila - le susurró Gilbert intentando que su hermana respire bien.

_Los incendios, el libro, la foto, el catalejo y el tatuaje del conde, el consultorio de la doctora Orwell tenía ese tatuaje en la ventana - dijo Ruby intentando calmarse.

_Lo sé, ya lo resolveremos - completó el ayudándola a mejorar su respiración.

_Cálmate - dijeron Duncan y Klaus al mismo tiempo.

_Seguro que en la biblioteca encontraremos respuestas, podemos ir - sugirió Gilbert.

_No estará abierta por mucho tiempo - respondió Isadora un poco preocupada.

Caminaron hacía la biblioteca y encontraron a Olivia sacando a Carmelita a la fuerza con una caja pequeña, Olivia estaba enojada.

_¡Ve y dale un entierro decente! - ordenó Olivia.

_Pero dijiste que te gustaría ver a un ruiseñor muerto así que lo hice por ti - respondió con una sonrisa sínica -. Huele a que alguien perdió a sus padres en un incendio - dijo en tono de burla viendo a los huérfanos.

_¿Y tus padres Carmelita? - le preguntó Isadora en forma de venganza - Tus padres no están, así que no juzgues a los demás. Vete niña malcriada.

Ella le sacó la lengua y se fue con la caja con el animal muerto. Olivia sonrió al ver a los huérfanos juntos.

_Los Quagmire, los Baudelaire y los Blythe, que gusto verlos y juntos podría agregar - dijo Olivia sonriendo.

_¿Sigue abierta? - preguntó Duncan.