Protocolo Strömer, parte 2

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Dolores, Clara, Luna y Billy estaban en la oficina de Escila y Caribdis junto a Carmelita, mientras que Esme estaba mirando unas revistas de que estaba de moda y que no.

_Bien, ¿ustedes que relación tienen con los Baudelaire, los Blythe y los Quagmire? - preguntó Escila a los presentes.

_No somos amigos - dijo Dolores cruzada de brazos -. Violet es insoportable, Klaus es un traga libros, Sunny es una niña molesta, Ruby llora mucho, Dylan es molesto, Isadora se la pasa leyendo, Duncan se hace el galán y Quigley es aburrido. Gilbert es lindo - explicó.

_Se creen mucho por tener una gran fortuna en sus cuentas bancarías - agregó Luna -. Además... Violet es esa típica chica que piensa que por tener ojos azules, puede llevarse el mundo por delante.

_Ni me miren, ni les hablo a esos huérfanos - dijo Billy malhumorado por lo de su padre.

_Creo que el único bueno de ellos es Duncan, es lindo - agregó Clara.

_Tenemos una propuesta para ustedes - empezó Caribdis.

_¿Son capaces de hacernos un favor? - les preguntó Escila.

_Si - respondieron los cuatro.

_A los huérfanos les haremos un reseteo, ellos cambiarán y sus actitudes igual, ustedes solo síganles el juego y no les recuerden sus vidas pasadas - explicó Escila.

_Tengan - dijo Caribdis mostrándoles sobres -, aquí hay plata, si aceptan y colaboran con nosotros... les damos toda esta plata.

_¿Aceptan si o no? - preguntó Escila.

_Si - respondieron los cuatro recibiendo los sobres con una sonrisa.

_Pero necesitamos todos los nombres de las personas amigas de los huérfanos - pidió Escila.

_Prissy Elordi, Cielo Elordi, Stacey Pye, Valentín Space - dijo Luna.

_Bien niños, muchas gracias, ni una sola palabra a nadie - pidió Escila mientras les mostraba a los huérfanos la puerta.

_No se preocupen, no diremos nada - dijo Dolores segura de si misma.

_Billy, me iré contigo - dijo Carmelita yendo tras el chico.

_Como quieras Carmela - le dijo llamándola por su nombre.

_Soy Carmelita - corrigió molesta.

_Si, si, como digas - bufó mientras caminaba.

La chica no reprochó y solo siguió caminando, mientras que los mellizos y Amelie se toparon con Luisana quién solo puso una mueca de confusión.

_¿Qué te pasa enana? - le preguntó Estrella de mala gana.

_Nada, solo que me gustaría que en la noche... te corten la garganta y mueras desangrada en tu cama para que luego te partan la cabeza - respondió Luisana como si nada.

_No eres capaz de matar a nadie - sonrió Thomas victorioso.

_Yo no, además... si quisiera matarla, ya lo estaría porque nadie me subestima - dijo Luisana con la misma arrogante actitud -. Oigan, ¿saben en donde hay un espejo medianamente grande?

_¿Para qué lo quieres? - preguntó Estrella frunciendo el ceño.

_Para hacer el contrato con el espejo - respondió.

_¿Qué es eso? - preguntó frunciendo el ceño.

_Esto es un contrato. Si firmas este contrato podrás hacer realidad todo lo que desees. Para empezar, espera a que anochezca y una vez que esté todo completamente a oscuras en tu casa, ponte delante de un espejo sin ni una luz encendida. Una vez de cara al espejo, cierra los ojos y quédate en silencio. Espera con los ojos cerrados durante 10 segundos. Si han pasado menos de 5 segundos y abres los ojos, te podrás echar atrás. Pero si han pasado más de 5 segundos y se te ocurre abrir los ojos, te quedarás ciego - explicó -. Quiero hacer el trato esta noche.

Tan diferentes pero tan igualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora