Empecé a escribir esta historia desde hace mucho, pero sólo hace algunos meses me atreví a publicarla, estaba pasando por tiempos muy difíciles y pensé ¿porque no? Después de todo no tenía nada que perder.
Pero para mi gran sorpresa la historia que había escrito con tanta dedicación no quedó totalmente en el olvido.
Quiero agradecerles por el apoyo que le han dado a esta historia, y desearles una muy feliz Navidad, son tiempos muy difíciles y espero que se la estén pasando bien con sus familias. Espero que todos estén bien, llenos de salud y felicidad.
Los quiero mucho, les mando muchos besos y abrazos.La nieve cubría todo el techo del orfanato, Sakura observaba desde su ventana como los pequeños copos de nieve caían con elegancia, ojalá las cuidadoras los hubieran dejado salir a jugar en la nieve...
Pero hoy tenían programado ir a cantar villancicos en uno de esos tontos eventos de beneficencia en donde todos los veían con lastima. Aún no entendía la necesidad de esos adultos adinerados por mostrar que eran buenas personas invitando a un montón de huérfanos a cantar en sus eventos y pagarles con una "cena" y uno que otro juguete usado.
-este suéter pica- se quejó mientras Saya la obligaba a ponerse el feo suéter de navidad que tenía un extraño muñeco de nieve deforme y un chillante color rojo.
-la señora Kaede dijo que tenemos que usarlos, no están tan mal en mi opinión- Saya trato de calmarla, tenia un suéter verde con un gato que traía puesto un gorro navideño- aunque son un poco... vistosos...
-son feos- sentenció Sakura cruzándose de brazos.
No le gustaba mucho celebrar la navidad, en el orfanato no tenían las posibilidades de celebrar como en las películas viejas que solían ponerles los viernes, de hecho, apenas si recibían un pequeño caramelo y uno que otro donativo de las personas, pero jamás era la gran cosa.
Excepto cuando algún héroe profesional o empresario los invitaba a participar en su lindo evento de navidad, ahí si tenían la oportunidad de ver lo que era el lujo y la extravagancia, aunque eso los hacía sentir un poco mal cuando llegaban al orfanato y la fantasía se acababa.
La gente de esos eventos no era muy discreta que digamos, los veían con lastima y otros tantos los evitaban como si tuvieran la peste, lo cual realmente se le hacía muy estúpido, no es como si de repente se fueran a hacer huérfanos solo por tocarlos o por tratarlos como lo que eran, niños normales que solo querían un poco de cariño...
-no se separen y no rompan nada- decía la cuidadora principal, la señora Kaede- muestren educación, ni se les ocurra faltar el respeto a los invitados.
Sakura resopló desde su lugar en la fila, miró hacia donde estaban todas esas personas con trajes costosos y joyas brillantes. Ninguno les prestaba la más mínima atención a pesar de estar usando unos suéteres demasiado vistosos y horribles.
Se suponía que ellos iban a esperar su turno para cantar los villancicos en un lugar un poco apartado del evento.
Pero por andar distraída de repente perdió a sus demás compañeros en uno de los grandes pasillos.
E hizo lo que consideró más racional para una niña de casi cuatro años, largarse a llorar.
-¿estás bien?
Alzó la mirada y se encontró con un chico alto y de cejas chistosas que la miraba con preocupación.
Negó rápidamente, claro que no estaba bien, se había perdido y la señora Kaede de seguro se iba a enojar con ella por haberse perdido.
-¿qué pasa? ¿No puedes hablar?
-eres un extraño- musitó Sakura- Saya nee-chan dice que no debo hablar con extraños...
-oh- el chico pareció entender y la miró con una gran sonrisa, nadie le había sonreído de esa forma nunca, bueno, a excepción de Saya- Iida Tensei, soy estudiante en el curso de héroes de la UA, y como futuro héroe tengo el deber de ayudar a una damisela en peligro- declaró el muchacho- ¿qué te parece? Ahora no soy un extraño.
Tenía razón... ya hasta sabía a qué escuela iba.
-supongo que tienes razón- expreso Sakura.
-y bien ¿qué puedo hacer por esta pequeña damisela?- pregunto con galantería.
-me distraje y perdí a mis compañeros y la señora Kaede- explico con un poco de vergüenza.
-tranquila- Tensei se arrodilló a su altura- te ayudaré a buscarlos, vamos.
-¡Haruno Sakura!
Bueno, al parecer ya no iba a ser necesario que la ayudaran.
La señora Kaede venía muy apurada hacia ellos, en cuanto se percató de la presencia de Tensei, quien portaba un elegante traje a la medida en vez de un desgastado y extravagante suéter, hizo una educada reverencia.
-lamentó las molestias- comentó la señora Kaede mientras tomaba la mano de Sakura-vamos, el evento está a punto de empezar.
-adiós- se despidió Sakura, agitando su pequeña manita.
-adiós, Sakura-chan.
Había que admitir que esa pequeña niña tenía unos ojos muy bonitos.
-00-
Le gustaba mucho ir a esos eventos, después de todo él quería ser un héroe profesional tal como su padre, hacerlo era como un entrenamiento para su futuro.
-Touya, no te alejes mucho- ordeno su padre mientras sostenía la mano del pequeño Natsuo y mantenía la vista fija en Fuyumi para que esta no saliera corriendo entre la multitud. Su madre se había quedado junto al bebé Shouto, aún era muy pequeño para ese tipo de eventos.
Como él era el mayor tenía permiso para explorar un poco, siempre y cuando se mantuviera cerca de la visión de su padre.
No pudo evitar seguir la dulce música de los villancicos navideños.
Todos esos niños estaban ataviados con suéteres muy coloridos y chistosos, además los villancicos hacían que el ambiente sea mucho más alegre.
Pero una pequeña niña de pelo rosa le llamó la atención, era muy bonita, con ese pelo rosa y esos grandes ojos verdes...
A veces las personas se conocen en los momentos más inesperados y se encuentran en algún momento determinado de sus vidas.
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Kunoichi
FanfictionElla murió en la cuarta guerra ninja protegiendo a sus compañeros de equipo. Pero ahí no acaba su historia. Volvió a nacer en un mundo donde su presencia cambiaría el camino de muchas personas de diferente manera. Porque a veces solo hace falta un e...