Llegué a la universidad, me fijé a ver si el coche de la Princesita estaba y no lo veía por ningún lado. Esperé como cada día. Los demás fueron llegando, me estaba poniendo nervioso porque ella no llegaba. Divisé el coche de Gray, es posible que venga con él. Bajó, y con él Juvia, pero ni rastro de la Princesita. Nos saludaron, esperaba que dijera algo de la Princesita, pero nada.
—¿Lucy no va a venir? —preguntó Erza. Gracias, estaba a punto de preguntar.
—Sí, lo que se va a retrasar un poco —contestó Gray mirándome con una sonrisita. ¿Qué es tan gracioso?
—Más le vale venir o si no se las verá conmigo —dijo Erza.
—Tranquila, seguro que llegará en el último momento —dijo Levy, cruzó mirada con Juvia y rieron.
—O quizás tenga tanta vergüenza que haya decidido huir del país —dijo Gajeel divertido. Ja, ja, que gracioso.
—Natsu, no nos has dicho que te llegó a decir en esa llamada —dijo Jellal. Lo miré con los ojos entrecerrados, y yo pensando que eras un amigo...
—Uy, pero mirad que hora es, se nos va a hacer tarde como sigamos aquí hablando —dije, y emprendí marcha hacia el interior de la universidad. Pude escuchar risas a mi espalda. Lo que hablemos la Princesita y yo es cosa nuestra, no de ellos.
Nos tocaba una clase todos juntos, así que tendría que llegar en cualquier momento. El aula se fue llenando de alumnos, ¿no va a venir?
—Pues Lucy parece que no va a venir —dijo Levy. Me da igual, esta vez me he cerciorado de guardar un sitio para ella, justo a mi lado. El profesor entró y la Princesita no había llegado, dos minutos después llegó.
—Tarde Srta. Heartfilia —dijo el profesor.
—Disculpe el retraso —se disculpó.
—La próxima vez intente llegar a tiempo —dijo el profesor. Ella asintió. La odiosa de Lisanna y sus amigas se reían por lo bajo, vi como Lisanna le echaba una mirada de odio—, puede sentarse.
—Gracias —dijo. Vi como miró a Lisanna de reojo. Miró hacía donde estábamos nosotros con cara impasible, esperaba que subiera para sentarse a mi lado, pero no lo hizo, se sentó en el otro sitio libre que había, varias filas más abajo de las nuestras, junto al lado del idiota de Max. Él le sonrió de nuevo pícaramente y ella le dedicó una hermosa sonrisa. Entrecerré mis ojos. ¿Por qué se ha sentado con él y no conmigo? El idiota de Max, como la otra vez, empezó a cuchichearle cosas, pero esta vez ella no lo ignoró. Sin quitarles ojo de encima empecé a repiquetear la mesa nerviosamente con el dedo.
—¿Nervioso, Natsu? —me susurró Juvia, estaba sentada junto a mí y a su lado Gray, seguido de Levy y Gajeel.
—¿Yo? Para nada —contesté. Juvia sonrió. Ja, eso no te lo crees ni tú Dragneel. Ya tardabas...
—Parece que se llevan bien —dijo Juvia. Se había dado cuenta lo que miraba.
—¿Tú crees? No parece del estilo de ella —dije.
—¿Ah, no? ¿Y tú sabes cuál es su estilo? —preguntó.
—No, pero sé que no es como él —contesté. Rio por lo bajo—. Ella es más de los chicos como... —dejé la frase en el aire. ¿Cómo quién?
—¿Cómo tú? —preguntó.
—Sí —contesté.
—Engreído —dijo. Rodé los ojos.
—No lo soy —claro que sí Dragneel—. Solo que no la veo con esa clase de chicos —volvió a reír.
—¿Acaso sabes cómo es Max para decir eso? —preguntó.
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¡HURACÁN LUCY!
RomanceQuien le diría al joven Natsu Dragneel, que su tranquila vida de mujeriego iba a dar un giro de 360º. ¿Y por qué razón? Ella. Según él, una pija malcriada de lengua viperina y mirada venenosa. Había llegado el ¡Huracán Lucy! Fecha de inicio: 08/01/2...