CAPÍTULO 70 ¡¿ERES SORDO O QUÉ TE PASA?!

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Subimos tomados de la mano hasta su apartamento. El vigilante nos saludó con una sonrisa y le entregó una carta a la Princesita. Al entrar a su apartamento la realidad nos golpeó a ambos, era un hecho, habíamos vuelto. Dejó caer sus cosas y me abrazó. La rodeé con mis brazos.

—No permitirás que me pase nada ¿verdad?

—Claro que no pequeña, no dejaré que nadie te haga daño.

—No permitas que me toque, Natsu, no lo soportaría —empezó a temblar.

—Nena...pensaba que estabas bien —dije. Por cómo se había puesto me dejaba claro que seguía estando mal. ¿Había fingido estos días para no preocuparme? —Lucy —intenté apartarla para mirarla a la cara, pero se aferró más a mí— ¿Has fingido estar bien? —se estremeció bajo mis brazos, pero no decía nada— ¿Lo has hecho verdad? Dímelo por favor.

—No quería preocuparte... —susurró. Cerré mis ojos con fuerza.

—Lucy... me has mentido, te pedí que no lo hicieras...

—Lo siento, lo siento —empezó a sollozar—. Yo...—sentí como sus piernas flaqueaban. Empezó a caer al suelo, con cuidado nos fui sentando a ambos, ahí en el suelo estábamos los dos, yo sentado y ella acurrucada en mi pecho llorando.

—¿Por qué no confías en mí? —pregunté.

—Sí que confío —contestó con un hilo de voz.

—No, no lo haces. Quiero que me muestres todos tus lados Lucy, no solo tu lado divertido. Para mí no solo eres una diversión. Te lo dije una vez y te lo volveré a repetir, aunque me hagas daño y me preocupe por ti, quiero que me digas cuando estás mal, no quiero ser solo un espectador de la parte divertida de tu vida. Quiero poder consolarte cuando estés mal, quiero poder cuidarte, protegerte. Tienes que entender que va a ser inevitable que me preocupe por ti. Por favor te lo pido, no me mientas de nuevo, no así. Confía en mí. Porque yo Lucy, yo te...

—Hay algo más que no te he contado.

—¿El qué? —pregunté.

—Prométeme que no harás ninguna tontería.

—Dímelo ya, si lo dices así pensaré que se trata de algo malo.

—Prométemelo, si te lo digo me tienes que prometer que no te lanzarás contra él.

—¿Contra él? Oh mierda —la separé de mí y la miré a los ojos— ¿Qué más te hizo ese desgraciado?

—No te enfades —me abrazó del cuello—. Nadie lo sabe, solo lo vas a saber tú.

—Lucy... —me abrazó más fuerte— ¿Qué te hizo?

—Él... él me pegó.

—Voy a matarlo.

—¡No!

—¡¿No?! —la cogí de los brazos para mirarla de nuevo— Lucy, ese bastardo además de abusar de ti, te pegó, te maltrató. Y no hiciste nada. ¿Entiendes la gravedad del asunto?

—Sí, lo sé, pero no quiero que le hagas nada.

—¿Le amas? ¿Aún le sigues amando?

—No, no le amo. Ni le quiero, ni nada.

—¿Entonces? No lo entiendo Lucy, explícamelo porque no lo entiendo.

—No quiero destruir la vida de nadie. No quiero que hagas ninguna tontería y por él arruines tu futuro.

—Vale, entiendo que no quieras arruinar mi futuro, y si eso te deja tranquila intentaré contenerme, pero no te prometo nada. Lo que no puedo entender es que no quieras destruir la vida de nadie, ¿acaso él no ha destruido la tuya?

¡HURACÁN LUCY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora