Tal como había dicho Sting, los chicos me estaban arrastrando a la feria. No me habían dicho nada de las chicas. La excusa era que mejor ir a la feria a desfogarse con los tontos juegos que había por allí, comer porquerías y montar en alguna atracción. En Navidad llegaba la feria a la ciudad. Venía un par de veces al año y esta era una de ellas. Así que aquí estábamos los cuatro. En una feria.
—No venía a la feria desde que tenía catorce años —dije.
—Ni yo —dijo Gray.
—Pues yo sí —dijo Gajeel. Lo miramos.
—Yo igual —dijo Jellal.
—Las chicas ¿verdad? —preguntó Gray.
—Sí, nos han arrastrado varias veces desde que nos conocemos —dijo Gajeel.
—Anda que avisáis —dije.
—Sí... —dijo Gray.
—Era en plan parejitas —dijo Jellal.
—Pero si este y la Enana no tenían una relación confirmada —dijo Gray.
—Buah, ¿y? —dijo Jellal— Se veía a la legua que algo se traían —Gray y yo reímos.
—Ja, ja, muy graciosos. Pero tenéis razón, vosotros también podríais haber venido, parecíais una parejita, todo el santo día pegados como lapas detrás de las chicas. Dabais el cante para parecer una parejita de enamorados —se burló Gajeel.
—Ahora que lo dices, tienes razón Gajeel —dijo Jellal. Los dos se empezaron a reír. Gray y yo no.
—¡No somos gays! —dijimos a la vez.
—¡¿Gays?! —la voz de la Enana nos hizo girarnos. Era obvio que sería un encuentro casual. Venían las cuatro. Miré a la Princesita, estaba a punto de partirse de risa. Seguro que se estará imaginando cosas con eso de gays...
—¡Anda que casualidad! —la voz de Sting nos hizo girarnos hacía otro lado. Venía con Yukino. Tuve que aguantarme la risa.
—Sí —dijo Levy—, la verdad que no esperaba encontraros aquí —mentirosa.
—¿Qué es eso de gays? —preguntó Juvia, mirándonos a Gray y a mí.
—¡Nada! —dijimos Gray y yo. Le eché una mala mirada.
—Vaya, ¿ahora también te van los chicos? —dijo la Princesita de forma sarcástica. Pequeña bruja, seguro que por dentro se lo estaba pasando en grande.
—Lucy, no es lo que piensas —dijo Gray.
—Yo no pienso nada. Bueno sí, mejor me voy no quiero tener nada que ver con él —dijo señalándome. Hizo ademán de darse la vuelta.
—¡Espera! —dijo Levy.
—¿Qué? No pienso pasear al lado de él —dijo molesta. Lo hace genial y eso me empieza a preocupar. ¿De verdad puede fingir conmigo y no me daría cuenta? Drangeel, lo hizo, en el viaje, te puso buena cara y estaba mal. Hm...
—Nadie te obliga a pasear conmigo, puedes irte si quieres —dije con su misma molestia.
—Venga chicos, es la feria hemos venido a divertirnos ¿no podéis dejar vuestras diferencias a un lado por un rato? —dijo Yukino— ¿Eh, Patito? —la Princesita suspiró.
—Supongo... —dijo. Todos me miraron.
—Supongo... —dije.
—Bien —dijo alegre Erza— ¿Qué queréis hacer primero?
—¡Comer! —dijimos la Princesita y yo a la vez. Vi que aguantó la risa y yo también. Todos se miraron y no sabían si reír o qué.
—Pues no se diga, vamos a algún puesto a comer —dijo Sting, rompiendo el hielo de la situación.
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¡HURACÁN LUCY!
Storie d'amoreQuien le diría al joven Natsu Dragneel, que su tranquila vida de mujeriego iba a dar un giro de 360º. ¿Y por qué razón? Ella. Según él, una pija malcriada de lengua viperina y mirada venenosa. Había llegado el ¡Huracán Lucy! Fecha de inicio: 08/01/2...