No hubo la reacción esperada. Ninguno rio, ni le siguió el vitoreo a Juvia. Jellal se limitó a sonreír a medias. Erza estaba compungida por lo ocurrido, aunque no quisiese anularlo la forma le había disgustado y más preocupada estaba por lo que dirían sus padres.
—La cosa no está animada ¿no...? —susurró Juvia. Gray la rodeó con su brazo para darle apoyo.
—Lo siento, pero entended que esto no es lo que esperaba —dijo Erza.
—Lo sabemos, pero si lo piensas bien, peor hubiera sido que os hubierais casado con otro —Erza fulminó a Gray con la mirada—. No me mires así, ibais muy borrachos, os estuvimos buscando horas. Quizás ahora, sería Gajeel que estuviera casado con Jellal, o Levy, o Erza y Levy o Erza y Gajeel, pero por fortuna fue con Jellal.
—Ahí sí que me muero —dijo con pesadez Erza.
—Y yo contigo —dijo Levy. Gajeel se abstuvo de decir nada. Estaba más de cuerpo presente que otra cosa.
—Sentimos si os causamos muchas molestias —dijo Jellal.
—Tranquilo, para eso estamos —dije. Jellal asintió agradecido.
—Entonces... —dijo Levy— ¿Continuamos con el viaje o volvemos a casa? —¡¿Qué?! ¡¿Volver?! ¡¿Por qué?! ¡No, no, no, no, yo quiero estar con mi Princesita!
—No lo sé. Estoy muy agobiada. Necesito calmarme y pensar, sobre todo en cómo se lo diremos a mis padres —dijo Erza.
—Yo hablaré con ellos Erza, no te preocupes —dijo Jellal.
—Lo sé, pero se pensarán que he sido una cabeza loca o peor aún, que estoy embarazada —dijo Erza. Eso hasta hace poco, había sido una posibilidad.
—Nunca te dejaría sola con eso Erza. Así que no tienes de que preocuparte. Les explicaremos bien la situación —dijo Jellal.
—Ay... —se quejó Erza, estaba muy agobiada— no debimos venir a este viaje. Habría sido mejor la playa —miré a Lucy, no decía nada. Se mantenía en el sitio, esperando quizás el ataque de Erza, pero a mi ver era peor lo que estaba haciendo Erza que soltarle a Lucy directamente que le echaba la culpa.
—Bueno, todos decidimos venir aquí. Queríamos pasarlo bien, y así ha sido. Al menos ayer estabais muy contentos —dije sonriéndoles.
—Claro, ¿cómo no lo íbamos a estar? Con todo el alcohol que bebimos —dijo de forma sarcástica Erza. Yo solo quería relajar el ambiente, pero parece imposible con Erza así.
—Nos pasamos mucho —dijo Levy.
—Mira que yo no quería beber, sabía que si bebía mucho acabaría liándola y así ha sido... —se quejó Erza— ¡Agh! Ni siquiera un vestido de novia he llevado.
—Erza, lo siento. Es culpa mía que acabarais así. No debí darte ningún coctel para empezar —dijo Lucy. Me sorprendí. ¿Por qué se disculpaba? Si tampoco le dio en exceso, fue Erza que siguió bebiendo al tercer coctel que fue cuando se dio cuenta de la magia del zumo de fresa.
—Lucy, no te culpes, no es tu culpa —dijo Jellal—. A mí no me obligaste a beber y a Erza tampoco, solo le diste para que se relajara un poco, ella decidió seguir bebiendo.
—Sí... bueno... —Erza parecía querer echarle la culpa a Lucy. Respiró hondo— Lo siento Lucy, no quiero echarte la culpa, pero no paro de pensar que tu propusiste este sitio y si no hubiéramos venido nada de esto hubiera pasado. Sé que no es tu culpa y lo siento.
—No pasa nada, tranquila lo entiendo. La situación es delicada. Es más fácil echar la culpa a otro —dijo Lucy. Erza asintió—. No te preocupes si te hace sentir mejor, puedes echármela —abracé por la cintura a Lucy. No quería que se sintiera mal. Solo por hacer sentir bien a los demás ella sufriría. No quería eso.
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¡HURACÁN LUCY!
RomansaQuien le diría al joven Natsu Dragneel, que su tranquila vida de mujeriego iba a dar un giro de 360º. ¿Y por qué razón? Ella. Según él, una pija malcriada de lengua viperina y mirada venenosa. Había llegado el ¡Huracán Lucy! Fecha de inicio: 08/01/2...